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• Matthew 9:1-8

Bishop Robert Barron

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús cura a un paralítico, pero no sin antes perdonarle sus pecados: “Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: ‘Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados’”. Jesús lee los corazones de los Escribas, quienes dicen que ha blasfemado, y entonces les responde, “¿Qué es más fácil decir: ‘tus pecados te son perdonados’, o ‘levántate y camina’?”. Cuando nadie responde estas preguntas, Jesús manda al hombre llevar su camilla y volver a su casa.

Esta historia afirma que Jesús nos ofrece perdón y sanación. Si bien somos pecadores, si bien somos casos perdidos por nuestros odios y estupideces, si bien hemos llegado al límite (y todavía lo hacemos hoy día) de matar al propio hijo de Dios, aun así Dios nos ama, aun así Dios nos perdona. Sabemos que nada puede separarnos del amor de Dios porque hemos escuchado en el saludo de Jesús resucitado que todos y cada uno de los pecados pueden ser perdonados.

 

 

Isabel de Portugal, Santa

Memoria Litúrgica, 4 de julio
Por: n/a | Fuente: Corazones.org
Reina de Portugal y Terciaria Franciscana.

 

Martirologio Romano: Santa Isabel, reina de Portugal, admirable por su desvelo en conseguir que reyes enfrentados hiciesen las paces y por su caridad en favor de los pobres. Muerto su esposo, el rey Dionisio, abrazó la vida religiosa en el monasterio de monjas de la Tercera Orden de las Clarisas de Estremoz, en Portugal, que ella misma había fundado, y en el cual murió cuando se esforzaba por conseguir la reconciliación entre un hijo y un nieto suyos que estaban enfrentados († 1336).

Etimológicamente: Isabel = «Promesa de Dios», viene de la lengua hebrea

Breve Biografía


Nacida en Aragón, España en 1271, santa Isabel es la hija del rey Pedro III de ese reino y nieta del rey Jaime el Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron Isabel en honor a su tía abuela, Santa Isabel de Hungría.

 

Su formación fue formidable y ya desde muy pequeña tenía una notable piedad. Le enseñaron que, para ser verdaderamente buena debía unir a su oración, la mortificación de sus gustos y caprichos. Conocía desde pequeña la frase: «Tanta mayor libertad de espíritu tendrás cuando menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas». Se esmeró por ordenar su vida en el amor a Dios y al prójimo, disciplinando sus hábitos de vida. No comía nada entre horas .

La casaron cuando tenía 12 años con el rey Dionisio de Portugal. Esta fue la gran cruz de Santa Isabel ya que era un hombre de poca moral, siendo violento e infiel. Pero ella supo llevar heroicamente esta prueba. Oraba y hacía sacrificios por el. Lo trataba siempre con bondad. Tuvo dos hijos: Alfonso, futuro rey de Portugal y Constancia, futura reina de Castilla. Santa Isabel llegó hasta educar los hijos naturales de su esposo con otras mujeres.

 

El rey por su parte la admiraba y le permitía hasta cierto punto su vida de cristiana auténtica. Ella se levantaba muy temprano y leía 6 salmos, asistía a la Santa Misa y se dedicaba a regir las labores del palacio. En su tiempo libre se reunía con otras damas para confeccionar ropas para los pobres. Las tardes las dedicaba a visitar ancianos y enfermos.

Hizo construir albergues, un hospital para los pobres, una escuela gratuita, una casa para mujeres arrepentidas de la mala vida y un hospicio para niños abandonados. También construyó conventos y otras obras para el bien del pueblo. Prestaba sus bellos vestidos y hasta una corona para la boda de jóvenes pobres.

Santa Isabel frecuentemente distribuía Monedas del Tesoro Real a los pobres para que pudieran comprar el pan de cada día. En una ocasión, el Rey Dionisio, sospechando de sus actos, comenzó a espiarla.

Cuando la Reina comenzó a distribuir monedas entre los pobre, el rey lo observó y enfurecido fue a reclamarle. Pero el Señor intervino, de manera que, cuando el rey le ordenó que le enseñara lo que estaba dando a los pobres, las monedas de oro se convirtieron en rosas.

Forjadora de la paz

El hijo de Isabel, Alfonso, tenía como su padre un carácter violento. Se llenaba de ira por la preferencia que su padre demostraba por sus hijos naturales. En dos ocasiones promovió la guerra civil contra su padre. Isabel hizo todo lo posible por la reconciliación. En una ocasión se fue en peregrinación hasta Santarém lugar del Milagro Eucarístico, y vestida de penitente imploró al Señor por la paz.

 

Llegó hasta presentarse en el campo de batalla y, cuando los ejércitos de su esposo y su hijo se disponían a la guerra, la reina se arrodillaba entre ellos y de rodillas ante su esposo e hijo, les pedía que se reconciliasen.

Se conservan algunas de sus cartas las cuales reflejan el calibre evangélico y la audacia de nuestra santa.

A su esposo: «Como una loba enfurecida a la cual le van a matar a su hijito, lucharé por no dejar que las armas del rey se lancen contra nuestro propio hijo. Pero al mismo tiempo haré que primero me destrocen a mí las armas de los ejércitos de mi hijo, antes de que ellos disparen contra los seguidores de su padre».

A su hijo: «Por Santa María Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo, y como súbito con el rey».

Consiguió la paz en mas de una ocasión y su esposo murió arrepentido, sin duda por las oraciones de su santa esposa.

Entra en el convento de las Clarisas después de enviudar

 

Por el amor tan grande que Santa Isabel le tenía a la Eucaristía, se dedicó a estudiar la vida de los santos mas notables por su amor a la Eucaristía, en especial Santa Clara. Después de enviudar, Santa Isabel se despojó de todas sus riquezas. Emprendió un peregrinaje a Santiago de Compostela, donde le entregó la corona al Arzobispo para recibir el hábito de las Clarisas como terciaria. El Arzobispo fue tan movido por este acto de la santa, que el le entregó su callado pastoral para que la ayudara en su regreso a Portugal.

Vivió los últimos años en el convento, dedicada a la adoración Eucarística.

Cuando estalló la guerra entre su hijo y su yerno, el rey de Castilla, Santa Isabel, a pesar de su ancianidad, emprendió un largísimo viaje por caminos muy peligrosos y logró la paz.

Sin embargo el viaje le costó la vida. Al sentir próxima la muerte pidió que la llevasen al convento de las Clarisas que ella misma había fundado. Allí murió invocando a la Virgen Santísima el 4 de julio de 1336.

Dios bendijo su sepulcro con milagros. Su cuerpo se puede venerar en el convento de las Clarisas en Coimbra.

Fue canonizada en 1625.

Santa Isabel de Portugal, ruega por la paz en nuestros países.

Es patrona de los territorios en guerra.



 

 

Solo basta ponerme frente a Él

Santo Evangelio según San Mateo 9, 1-8.

 

XIII Jueves de Tiempo Ordinario
Por: Adrián Olvera de la Cruz, LC |
Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



Hoy es un nuevo día… un día normal, un día más. Así me pongo ante Ti, Señor. Te quiero contar… te quiero escuchar.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 9, 1-8



En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad. En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: «Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados». Al oír esto, algunos escribas pensaron: «Este hombre está blasfemando». Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir ‘Se te perdonan tus pecados’, o decir ‘Levántate y anda’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, -le dijo entonces al paralítico-: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.



Palabra de Dios


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Me doy cuenta que la relación con Dios muchas veces se da en el silencio…sin palabras. Muchas veces sólo basta ponerme frente a Él… sin decir nada.

Ponerme frente a Él no con máscaras…con sonrisas o lágrimas falsas; ponerme frente a Él tal y como estoy; tal y como soy. Con mis alegrías, con mis tristezas; con mis grandes o pequeños problemas… en la felicidad o en la enfermedad.

Jesús no pregunta…el paralítico sólo se muestra. No hay diálogo. Sólo amor y sinceridad…sólo sinceridad y amor. Jesús sabe mi necesidad pero respeta mi libertad.

No puedo solamente contemplar la escena; me doy cuenta que estoy en ella.

Yo también padezco y…, también estoy enfermo pero, aún mas importante…necesito de Dios. Sólo es cuestión que abra mi corazón y me deje mirar… me deje amar.

Él sabe lo que mi corazón necesita…sólo quiere que se lo diga… No hay diálogo…sólo amor y sinceridad; sinceridad y amor.

«Permítenos hoy, Hijo de Dios, acercarnos a tu corazón. Haz que no nos creamos grandes por nuestras experiencias. Concédenos, en cambio, que seamos pequeños como tú, para que podamos estar cerca de ti y recibir de ti humildad y mansedumbre en abundancia. No nos prives de tu revelación, la epifanía de tu infancia en nuestros corazones, para que con ella podamos curar todo tipo de orgullo y de arrogancia». (Discurso de S.S. Francisco, 22 de diciembre de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me acercaré al sacramento de la confesión con un corazón abierto, sencillo, confiando en que Aquél con quien voy es Dios.

 

 

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

 

Pier Giorgio, el beato que te ayudará a escalar al cielo 

 

 

Pier Giorgio Frassati, un joven beato proveniente de Italia, te enseñará a escalar cada vez más alto para alcanzar la meta del cielo como él lo hizo

El beato Pier Giorgio Frassati, un joven del siglo XX, ha dejado una gran marca en muchos corazones, empezando por el de su padre Alfonso, puesto que ahora es conocido por haber vivido su vida con gran pasión hacia Dios, compartiendo su fe, especialmente con los más pobres. 

Una de sus virtudes más profundas, sin duda, fue el servicio a los necesitados, quienes comúnmente se encontraban a las afueras de Turín y mucha gente lo consideraba santo en vida, a lo que él siempre respondía «aún no, pero oren mucho por mí». 

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Aquí hay algunas lecciones que podemos aprender de su vida: 

1 Un anhelo llamado: “¡Verso l’alto!”

 

Una de las cosas que caracterizaban a Pier era su dinamismo y motivación, le gustaba practicar senderismo, de tal manera que al ir escalando siempre decía: «¡Verso I’alto!» con gran júbilo, que quiere decir: «¡Hacia las alturas!»


Mismo lema que apropiaba también a su vida espiritual, pues tenía un fuerte anhelo de estar siempre en presencia de Dios por medio de su vida laica, esperando poder encontrarse un día con Dios, titulando a ese momento «el más hermoso de todos».

2 Coraje y testimonio en tiempos difíciles

En una época de tensiones políticas y sociales en Italia, Frassati mostró valentía al defender sus convicciones cristianas y enfrentar las adversidades con confianza en Dios. 

Así como con su familia, aunque sus padres no vivieran del todo su fe, este beato nunca ocultó su testimonio, sino que lo daba con entusiasmo

3 El buen humor y las buenas amistades

 

Este joven italiano sí que sabía divertirse, pues creó la «Compañía de los Chicos Fastidiosos»; quienes pertenecían a ella se nombraban con apodos divertidos. Pier se hacía llamar «Robespierre». 
Estos jóvenes tenían como fin reunirse para pasar tiempo mientras realizaban actividades, viajes y bromas, pero lo más importante era tener una gran amistad entre ellos, fundada en la oración y en una fe alegre.

4 La paciencia y el ejemplo

Seguro has escuchado el dicho «el ejemplo arrastra», Frassati es un claro ejemplo de hacer cumplir ese dicho, puesto que sus amigos y su familia veían como era tan acercado a Dios, dejando de lado otras actividades de “diversión” para ir a visitar a Dios.

Así como también al momento de que un pobre se acercaba, sin importar lo que estuviera haciendo o el lugar, no lo dudaba dos veces y les daba lo que tenía en ese momento, además después se quedaba de ver con ellos para llevarles más cosas. 

Al final, muchos se acercaron más a Dios siguiendo su ejemplo y uno de los más impresionantes hallazgos atribuidos al beato es la conversión absoluta de su padre Alfredo Frassati. 

Estas son solo algunas de las virtudes que llevaron a este joven a “volar alto” para alcanzar a Cristo, tú también puedes proponerte escalar alto en tus actividades cotidianas, así como en los lugares donde te sea más difícil, encomiéndate a Pier para que aspires a cosas más grandes con tenacidad y perseverancia.

Conoce más de Pier Giorgio:

 

 

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