Luke 4:16-30

Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús comienza a predicar en Galilea con un mensaje profético que realiza la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”.

Ha llegado el momento, un tiempo privilegiado, el kairos; ha aparecido alguien que los seres humanos han anhelado, se han esforzado y tenido esperanza de ver. En Jesús de Nazaret, lo divino y lo humano se han unido de modo salvífico, y esta reconciliación es el tan esperado reino de Dios.

Un tema persistente en las Escrituras es el deseo apasionado de liberación, un clamor del corazón hacia el Dios, de quien la gente se siente enajenada. Lo que Jesús anuncia en este primer sermón, y lo que demuestra a lo largo de Su vida y obra, es que el deseo de los antepasados, esta esperanza contra toda esperanza, esta unión íntima de Dios y la humanidad, es un hecho consumado, algo que se puede ver, y ser escuchado y tocado.

Salomón Leclerc, Santo

Religioso Lasallista y Mártir, 2 de septiembre

Por: Redacción | Fuente: LaSalle.org

Mártir Lasallista

Fecha de beatificación: 17 de octubre de 1926 por el Papa Pío XI
Fecha de canonización: 16 de octubre de 2016 por S.S. Francisco

Breve Biografía

El Hermano Salomón (Nicolás Leclerc) nació en Boulogne-ser-Mer, Francia en 1745. Entrado en el Noviciado de La Salle en 1767.

Después del derrocamiento de la monarquía, al comienzo de la Revolución francesa, el blanco siguiente fue la Iglesia. En 1790, la Constitución civil del Clero dio al estado el control de la Iglesia en Francia. Los sacerdotes y religiosos debían prestar juramento de fidelidad a la Constitución bajo pena de exilio, de encarcelamiento y hasta de muerte. La mayor parte de los Hermanos se negaron y tuvieron que abandonar sus escuelas y comunidades, y esconderse, el Instituto ya no tenía estatuto legal.

El Hermano Salomón era en esa época secretario del Hermano Agathon, Superior General, después de haber sido maestro, director, ecónomo. Manifestó siempre gran amor por las almas y gran abnegación en sus tareas. Habiéndose negado a prestar juramento, vivía solo en París en la clandestinidad. Conservamos de él numerosas cartas que escribía a su familia. La última lleva la fecha del 15 de agosto de 1792. Ese mismo día fue arrestado y encerrado en el Convento de los Carmelitas transformado en prisión, junto a numerosos obispos, sacerdotes y religiosos. El 2 de septiembre casi la totalidad de los prisioneros fueron exterminados, pasados a cuchillo en los locales y el jardín del Convento.

Fue beatificado el 17 de octubre de 1926 junto con 94 compañeros del martirio en el convento del Carmen.

Fue el primero de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle en ser mártir y también el primero de los mártires de esa Congregación en ser beatificado.

El Santo Padre Francisco recibió el 9 de mayo de 2016 al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato y autorizó la promulgación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Hermano Salomón.

Dios quiere ayudarme con su presencia

Santo Evangelio según san Lucas 4, 16-30. Lunes XXII del Tiempo Ordinario.

Por: Francisco J. Posada | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dios, Tú que conoces mi miseria y lo que necesito, ayúdame a confiar en ti; aunque todo esté en contra, ayúdame a poner mi vida con todas mis heridas en tus manos, y ayúdame a dejar que Tú me llenes el inmenso deseo de amor que tengo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 16-30

En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura.

Se le dio el volumen del profeta Isaías y, lo desarrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura, que ustedes acaban de oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?”. Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm’». Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Piensen en lo que más quieren pues Dios, a quien le encanta vernos felices como buen padre, nos lo quiere dar porque nos ama. ¿Alguna vez han pensado cuál es la cosa que Dios quiere más? Lo que más me impresiona de los deseos de Dios es que se preocupa tanto por nosotros, sus hijos. Si estamos tristes Él está ahí para consolarnos, si nos sentimos perdidos o cansados nos ayuda a liberarnos de toda preocupación y abrazar su camino que es suave y llevadero, pero no puede hacer nada de esto si no le dejamos. Él respeta nuestra libertad. Hay que abrirle la vida a Cristo para que nos haga los milagros que necesitamos en nuestras vidas. Su sola presencia ya hace mucha diferencia. Es muy hermoso ver cómo gente pone imágenes religiosas u objetos de devoción en sus coches, casas, aparatos electrónicos, etc., porque no son solo adornos bonitos, sino que son como ventanas al cielo y puentes por los que puede pasar la gracia. El solo hecho de ver estos objetos nos sirve como recuerdo de las realidades que nos trascienden y nos recuerdan el cielo que es nuestro último destino. Y aún más nos hacen presente el misterio de Cristo, es como si Él nos hablara y dijera, «estoy aquí», «soy real».

Cristo es un Dios de personas concretas. En la Biblia leemos historias de gente con nombre a la cual, cuando está en apuros, Dios sabe cómo ayudarlos. Dios se presenta para dar su gracia a través de intermediarios humanos. Así como una buena comida no se hace sola, sino que para ser algo rico se necesita una persona que sepa cocinar bien, Dios se nos presenta a través de las personas que nos rodean, nosotros nos tenemos que poner los lentes de la fe para verlos.

Pidámosle al Señor que nos abra los ojos para descubrir su presencia y ayuda en nuestras vidas.

«Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”. Participamos con Jesús de su pasión, nuestra pasión, para vivir también con Él la fuerza de la resurrección: certeza del amor de Dios capaz de movilizar las entrañas y salir al cruce de los caminos para compartir “la Buena Noticia con los pobres, para anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”, con la alegría de que todos ellos pueden participar activamente con su dignidad de hijos del Dios vivo. Todas estas cosas que pensé y sentí durante este tiempo de pandemia quiero compartirlas fraternalmente con ustedes para ayudarnos en el camino de la alabanza al Señor y del servicio a los hermanos. Deseo que a todos nos sirvan para “más»».

(Carta de S.S. Francisco, 30 de mayo de 2020).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Reflexionar en cuánto confío en el Señor.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Fray Bartolomé Gutiérrez, el beato poco conocido en su país

José de Jesús Aguilar-Youtube

Mónica Muñoz – publicado el 01/09/23 – actualizado el 30/08/24

Fray Bartolomé Gutiérrez es un beato mexicano que fue misionero y murió en Japón, al igual que san Felipe de Jesús, sin embargo, es poco conocido en su patria

Dentro de la riqueza religiosa que tiene México es posible que la memoria haya omitido a uno de sus mártires, quizá por la gran cantidad de hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas por Cristo en distintas épocas y circunstancias. Este es el caso del beato Fray Bartolomé Gutiérrez, mártir mexicano muerto lejos de su patria, y que, al igual que san Felipe de Jesús, derramó su sangre en tierras japonesas.

La historia de Bartolomé Gutiérrez comienza en 1580. Lo poco que se sabe de él es que nació en la Ciudad de México, sus padres fueron Alfonso Gutiérrez y Ana Rodríguez. Fue bautizado el 4 de septiembre de 1580 en el Sagrario Metropolitano, capilla ubicada junto a la Catedral de México.  

Estudiante en Yuriria y misionero en Japón

A los 16 años, en 1596, ingresa a la Orden de los Agustinos en la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús, en el Centro Histórico de México. Hace su profesión religiosa el 1° de junio de 1596 y continúa sus estudios en Yuriria, Guanajuato. Después de ser ordenado sacerdote, es enviado a ejercer su ministerio sacerdotal a Puebla.

En 1605 solicita ser misionero. Sus compañeros, en broma, le decían que no podría soportar las penalidades de las misiones, pues era muy obeso. «Tanto mejor -respondía con gracia- así habrá más reliquias para repartir cuando muera mártir; porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón, a morir por la fe de Cristo».

En 1606 es enviado a la misión de Manila, Filipinas, con Fray Pedro Solís, donde durante seis años se desempeña como maestro de novicios. En 1612 es enviado a Japón junto con los presbíteros Vicente Carvalho y Francisco Terrero. 

Es expulsado de Japón para volver al martirio

Sin embargo, a petición de sus fieles, hacia 1618 Fray Bartolomé vuelve disfrazado a Japón para seguir trabajando durante 15 años, a pesar de la cruenta persecución pagana iniciada por Taicosama. Logra múltiples conversiones, se oculta y evade las cacerías de cristianos, hasta que, por una denuncia, es atrapado y encarcelado en una estrecha jaula con los otros  sacerdotes, siendo conducidos hacia a Nagasaki.

Ahí son encerrados, maltratados y, después de tres años, condenados a muerte. Se les somete a crueles tormentos como sumergirlos en aguas sulfúreas hirviendo y después fueron quemados a fuego lento en una hoguera. Sus cenizas fueron arrojadas al mar en Omura, Japón, el 3 de septiembre de 1632.

Fray Bartolomé Gutiérrez fue beatificado por el beato Pío IX el 7 de mayo de 1867 junto con otros 205 mártires sacrificados en Japón. El proceso de canonización del beato Bartolomé Gutiérrez continúa vigente en la Santa Sede.

El beato anónimo de la Catedral Metropolitana de México

La Catedral Metropolitana alberga un sinnúmero de imágenes religiosas, y entre ellas, se encuentra un cuadro donde está pintado Fray Bartolomé. Su ubicación está al fondo de la nave oriente, del lado derecho, junto al retablo barroco que contiene pinturas de fundadores de órdenes religiosas, destacando la Virgen de Zapopan en medio.

Humildemente, silencioso y en espera del milagro que logrará su canonización, está este gran hombre, enamorado de Cristo, y de la grey japonesa, que podemos visitar cuando estemos en la Ciudad de México.