Mark 8:22-26

Amigos, después que Jesús sana al ciego, en el Evangelio de hoy, le dice: “Ni siquiera entres en el pueblo”.

La ceguera es una imagen bíblica para la falta de visión espiritual, la incapacidad de ver las cosas como son. Uno de los efectos de la caída fue una pérdida de la santidad —ver con los ojos de Cristo, apreciar al mundo como participación en la energía creativa de Dios. Todos los pecadores, en diversos grados, somos ciegos a esta metafísica de la creación y tendemos a ver el mundo desde el punto de vista de nuestro elevado ego.

Uno de los orígenes de esta debilidad espiritual es pasar demasiado tiempo en el pueblo. Jesús, sanador y juez, saca de la ciudad a las personas ciegas y les da la vista, luego nos exige estrictamente que no regresemos a los caminos enceguecedores del pueblo.

Los desafortunados habitantes de los pueblos debemos, por el poder de Cristo, ponernos en Su mente. Y luego vivir en una nueva ciudad, una comunidad de amor y justicia que es la Iglesia. Es la visión de esta ciudad la que efectivamente desafía (y juzga) el poder duradero de la sociedad enceguecedora.

Mansueto de Milán, Santo

Obispo, 19 de febrero

Por: Redacción | Fuente: santiebeati.it

Martirologio Romano: En Milán, de Lombardía, Italia, san Mansueto, obispo, que luchó firmemente contra la herejía de los monotelitas (c. 680).

Breve Biografía

Entre los tantos y delicadas asuntos cristológicas sobre los que debatía la teología en los primeros siglos de la Iglesia, se encontraba aquella que investigaba sobre si en Cristo hay una o dos voluntades. En el primer caso se habla de «monotelismo», y en el segundo de «duotelismo».

El problema explotó en el siglo VII, con un Oriente preponderantemente monotelista. A tal grado llegó la disputa, que incluso hubo intervenciones imperiales que llegaron a prohibir bajo penas severas la continuación de la disputa.

En diversos Concilios, en cambio, la cuestión se abordó condenando la posición monotelita como un error pernicioso, ya que el monotelismo era en realidad una sutil respuesta herética sobre la verdadera naturaleza de Jesús: la de ser verdadero Dios y verdadero hombre, dogma proclamado por la Iglesia. La doctrina de la presencia de dos voluntades en Cristo, la divina y la humana, fue reafirmada por el Concilio de Letrán (octubre de 649), convocado por el Papa San Martín I, lo que le costó la muerte, ordenada por el emperador, ya que la convocatoria tenía una clara orientación duotelista.

La discusión se prolongó algún tiempo, y entre los que tomaron parte en ella se encuentra san Mansueto, cuadragésimo obispo de Milán. Su intervención en el Concilio de Roma (marzo de 680) tuvo exactamente ese sentido: desaprobar el monotelismo y dejar claro cómo las dos voluntades coexisten en Cristo, la voluntad humana sujeta a la divina, pero permaneciendo activa, como verdadero hombre.

San Mansueto estaba tan convencido de que estando de parte de Jesús se estaba de parte del hombre que luchó valientemente contra el monotelismo en todas sus actividades, sea como obispo, como organizador o escritor. Contra esta herejía (que, si ponemos algo de atención notaremos que incluso en nuestros días aun existe, algunas veces algo escondida), escribió un importante libro de argumentación doctrinal.

Aunque su celebración es el 19 de febrero, en la liturgia ambrosiana su fiesta se traslada al 2 de septiembre, para que no caiga en Cuaresma.

Veía con toda claridad

Santo Evangelio según San Marcos 8, 22-26. Miércoles VI del tiempo ordinario

Por: David Mauricio Sánchez Mejía, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, entendimiento y voluntad; todo mi haber y poseer. Tú me lo diste, a ti, Señor, lo torno.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 8, 22-26

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida. Y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?». El ciego empezando a ver, le dijo: «Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan». Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: «Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie».

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús pasa cada día por el camino de tu vida y quiere socorrerte en tus necesidades. Sabe que necesitas de Él. Cristo ha venido a «liberar a los oprimidos» pero, para hacerlo, tú mismo debes reconocer aquello que te oprime. Nadie puede ayudar a quien no necesita ayuda. Sólo el que se reconoce necesitado puede ver la mano que se le tiende en auxilio.

En una sociedad en la que ya no existen líneas tan definidas entre lo que está bien y lo que está mal, es fácil confundirse y alejarse del camino por donde pasa Jesús. Algunos estarán metidos en senderos que alteran la visión de la realidad, como el pensar que la vida es una fiesta sin responsabilidades, la pornografía o las drogas; otros estarán en senderos desviados simplemente por no haber encontrado suficiente apoyo y sostén para madurar en el amor y tomar así el control de sus vidas.

Saber reconocer en qué parte del camino te encuentras y ser capaz de dialogarlo con Jesús, te abre plenamente a la experiencia del amor paternal de Dios. ¿En qué parte del camino te encuentras?

«Una palabra de consolación, fundada sobre el hecho de que Dios es padre para su pueblo, lo ama y lo cuida como un hijo; le abre delante un horizonte de futuro, un camino factible, practicable, sobre el que podrán caminar también “el ciego y el cojo, la preñada y la parida”, es decir, las personas en dificultad. Porque la esperanza de Dios no es un milagro, como ciertas publicidades donde todos aparecen sanos y bellos, sino una promesa para la gente real, con virtudes y defectos, potencialidad y fragilidad, como todos nosotros: la esperanza de Dios es una promesa para la gente como nosotros».

(Ángelus S.S. Francisco, 28 de octubre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Invitaré a un amigo a hacer una visita a la Eucaristía.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

10 curiosidades sobre el beato Angélico, el pintor angelical

El pintor que pintaba de rodillas, rezaba antes de pintar y otras 8 curiosidades que aquí te contamos

Domaine Public / La Anunciación de Fra Angélico

El artista y fraile dominico Guido di Pietro, nació en Vicchio, Florencia en 1395.

Comenzó con manuscritos iluminados

El artista y fraile dominico Guido di Pietro, nació en Vicchio, Florencia en 1395. Comenzó su carrera artística pintando manuscritos iluminados en libros religiosos como los misales.

Pronto llegó a ser un gran maestro en el arte de la miniatura, una disciplina rigurosa, que sirvió mucho a Fra Angélico en sus obras posteriores.

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Tres nombres distintos

En 1423 entra a formar parte de los dominicos del convento de Fiesole y Guido di Pietro, pasa a llamarse fray Giovanni da Fiesole.

Más tarde se lo conocerá por Fra Angélico, apodado por el pintor e histórico del arte, Giorgio Vasari, que lo consideraba “angelical” por la conmovedora religiosidad de todas sus obras y por sus personales cualidades de humanidad y humildad.

Antes de pintar rezaba

Se dice que no pintaba si antes no rezaba y nunca corregía sus obras. Estaba convencido de que cada pincelada tenía un origen divino.

Su trabajo angelical

Sus pinturas fueron influenciadas por el gótico internacional e insertó la prospectiva arquitectónica para situar las imágenes dándole un cierto volumen y profundidad.

Unía la estética gótica con la renacentista, utilizando el arte para difundir el Evangelio.

Su arte da testimonio de una vida pasada en la plenitud cristiana.

De Florencia a Roma y todo el mundo

A lo largo de su vida pintó temas sagrados: Anunciaciones, escenas de la Pasión, Vírgenes entronizadas y santos.

Realizando sus pinturas en Florencia, pero también le encomendaron trabajos en Orvieto, Perugia y Roma, donde fue llamado por papa Eugenio IV y luego por papa Nicolás V, que lo hizo pintar su famosa capilla.

Muchas de sus obras también se encuentran en el Museo del Prado en Madrid.

Frescos que debían ser inspiración

En el convento de san Marcos en Florencia, pintó junto a su discípulo Benozzo Gozzoli, 50 frescos, dónde la única función era inspirar a los monjes en la meditación.

De rodillas

Fra Angélico pintaba generalmente de rodillas. La pintura para el beato era un acto de devoción y decía que:

“Para pintar las cosas de Cristo, se debe vivir con Cristo”.

Inspiró a Leonardo da Vinci

Su mensaje artístico influyó fuertemente en el más grande pintor florentino de finales del siglo XV y XVI, Sandro Botticelli y también en otros artistas como: Domenico Veneziano, Piero della Francesca y hasta incluso Leonardo da Vinci, por su uso innovador del paisaje y la composición

Su tumba se encuentra en Roma

Beato Angélico murió en Roma en el año 1455. Se encontraba en la casa madre de los dominicos, al lado de la iglesia de santa María Sopra Minerva, donde hoy se encuentra su tumba.

Beato antes de su beatificación

Aunque si ya venía llamado beato desde el siglo XV, por su ejemplo de santidad, Fra Angélico, fue beatificado el 3 de octubre de 1982 por san Juan Pablo II.

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