Mark 6:7-13

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús envía a los Doce con la misión de anunciar la cercanía del Reino. Quisiera decir algunas cosas sobre aceptar la misión y estar equipados para ello.

¿Qué necesitas para tu misión? Necesitas un sentido agudo de Dios como centro absoluto de tu vida. En una palabra, necesitas los dones espirituales de la piedad y el temor al Señor. Me doy cuenta de que estos términos pueden sonar exigentes y puritanos, pero en realidad están nombrando algo que es fuerte y esencial.

Necesitamos el temor al Señor, esto no significa tener miedo de Dios. Significa que para ti nada es más importante que Dios, que todo en tu vida se centra y está subordinado al amor por Dios. Y también necesitamos tener piedad. Esto significa honrar a Dios por encima de todo, adorar a Él solamente. Estos dones espirituales les permiten encontrar el verdadero equilibrio; les permiten saber de qué se tratan sus vidas.

Equipados con estos dones, ya están listos para la misión. Habiendo recibido el fuego del Espíritu Santo, ya están listos para encender fuego en el mundo.

Camilo de Lelis, Santo

Memoria Litúrgica, 14 de julio

Fuente: ACIprensa.com

Presbítero y Fundador

Martirologio Romano: San Camilo de Lelis, presbítero, que nació cerca de Teano, en el Abruzo, y en su juventud siguió la carrera militar, dejándose arrastrar por los vicios propios de una juventud alegre y despreocupada, pero convertido de su mala vida, se entregó al cuidado de los enfermos incurables hospitalizados, a los que servía como al mismo Cristo. Ordenado sacerdote, puso en Roma los fundamentos de la Congregación de los Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos. ( 1614)

Etimológicamente: Camilo = Aquel que es el mensajero de Dios, es de origen hebreo.

Breve Biografía

Nació en Abruzos (Italia) en 1550. Siguió la carrera militar, igual que su padre. Le apareció una llaga en un pie, que lo hizo dejar la carrera de las armas e irse al Hospital de Santiago en Roma para que lo curaran. En el hospital de Roma se dedicó a ayudar y atender a otros enfermos, mientras buscaba su propia curación. Pero en esa época adquirió el vicio del juego . Fue expulsado del hospital y en Nápoles perdió todos los ahorros de su vida en el juego, quedando en la miseria.

Tiempo atrás, en un naufragio, había hecho a Dios la promesa de hacerse religioso franciscano, pero no lo había cumplido. Estando en la más completa pobreza se ofreció como obrero y mensajero en un convento de los Padres Capuchinos, donde escuchó una charla espiritual que el padre superior les hacía a los obreros, y sintió fuertemente la llamada de Dios a su conversión. Empezó a llorar y pidió perdón por sus pecados, con la firme resolución de cambiar su forma de actuar por completo. Tenía 25 años.

Pidió ser admitido como franciscano, pero en el convento se le abrió de nuevo la llaga en el pie, y fue despedido. Se fue al hospital y se curó, y logró que lo admitieran como aspirante a capuchino. Pero en el noviciado apareció de nuevo la llaga y tuvo que irse de allí también. De nuevo en el hospital de Santiago, se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo que fue nombrado asistente general del hospital.

Dirigido espiritualmente por San Felipe Neri, estudió teología y fue ordenado sacerdote. En 1575 se dio cuenta que ante la gran cantidad de peregrinos que llegaban a Roma, los hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Fue entonces que decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicaran por completo a los hospitales.

San Camilo trataba a cada enfermo como trataría a Nuestro Señor Jesucristo en persona. Aunque tuvo que soportar durante 36 años la llaga de su pié, nadie lo veía triste o malhumorado. Con sus mejores colaboradores fundó la Comunidad Siervos de los Enfermos el 8 de diciembre de 1591. Ahora se llaman Padres Camilos. Murió el 14 de julio de 1614, a los 64 años.

Fue canonizado en 1746 por S.S. Benedicto XIV.

Los envía de dos en dos

Santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13. Domingo XV del Tiempo Ordinario

Por: Redacción | Fuente: Catholic.net

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, tú has querido llamarme a ser cristiano, no sólo para estar contigo, sino también para enviarme a predicar tu mensaje a los hombres y mujeres con quienes me encuentre. Te pido en esta oración por las familias cristianas para que sean un verdadero testimonio para el mundo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13

Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas». Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos». Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Este pasaje del Evangelio nos presenta una serie de instrucciones que Jesús dio a sus discípulos cuando los envió a predicar y a sanar. A continuación, reflexionemos sobre algunos aspectos clave:

El poder y la misión: Jesús les otorgó poder sobre los espíritus inmundos. Esto no solo se refiere a la capacidad de expulsar demonios, sino también a la autoridad para proclamar el mensaje del Reino de Dios. Como seguidores de Cristo, también tenemos una misión: compartir el evangelio y ser instrumentos de sanación y liberación.

La sencillez y la confianza: Jesús les pidió que no llevaran provisiones adicionales. Solo un bastón y sandalias eran suficientes. Esta enseñanza nos recuerda la importancia de confiar en la provisión divina y no depender excesivamente de las posesiones materiales. La fe y la obediencia son más valiosas que cualquier recurso material.

La hospitalidad y la perseverancia: Jesús instruyó a los discípulos a quedarse en una casa que los recibiera. Esto destaca la importancia de la hospitalidad y la comunidad. Sin embargo, si no eran bienvenidos, debían seguir adelante sin resentimiento, sacudiendo el polvo de sus pies como testimonio. A veces, nuestra misión implica enfrentar rechazo, pero debemos perseverar con amor y humildad.

La transformación y la sanación: Los discípulos predicaron la conversión y sanaron a los enfermos. Esto nos muestra que la proclamación del evangelio no es solo teoría, sino una invitación a la transformación interior y la curación física. Como cristianos, debemos ser agentes de cambio y esperanza en un mundo necesitado.

En resumen, este pasaje nos desafía a vivir nuestra fe con sencillez, confianza, hospitalidad y perseverancia, compartiendo el mensaje de Jesús y siendo instrumentos de su amor y sanación.

«Cuántas veces pensamos la misión en base a proyectos o programas. Cuántas veces imaginamos la evangelización en torno a miles de estrategias, tácticas, maniobras, artimañas, buscando que las personas se conviertan en base a nuestros argumentos. Hoy el Señor nos lo dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias, con las tácticas, sino simplemente aprendiendo a alojar, a hospedar. La Iglesia es madre de corazón abierto que sabe acoger, recibir, especialmente a quien tiene necesidad de mayor cuidado, que está en mayor dificultad. La Iglesia, como la quería Jesús, es la casa de la hospitalidad. Y cuánto bien podemos hacer si nos animamos a aprender este lenguaje de la hospitalidad, este lenguaje de recibir, de acoger. Cuántas heridas, cuánta desesperanza se puede curar en un hogar donde uno se pueda sentir recibido. Para eso hay que tener las puertas abiertas, sobre todo las puertas del corazón».

(Homilía de S.S. Francisco, 12 de julio de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Ofrecer mis actividades del día por el familiar que vive más alejado de Dios.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Conoce a la santa indígena patrona de la ecología

Nancy Bauer / Shutterstock

Patricia Navas – publicado el 22/08/19

Kateri (Catalina) Tekakwitha se mantuvo virgen para Jesús a pesar de la oposición de su tribu

En un asentamiento indio de Ossessernon, en lo que hoy es el estado de Nueva York, nació Tekakwitha en el año 1656.

Su madre era una cristiana india algonquina raptada por los indios iroqueses y casada con un jefe mohawk, su padre.

Cuando tenía 4 años, una devastadora epidemia de viruela mató a sus padres y a su hermano pequeño. Ella quedó con graves problemas de visión y unas visibles marcas en la cara.

Tekakwitha fue adoptada entonces por sus tíos.

Cuando tenía 10 años, su asentamiento de origen fue atacado. Entonces se trasladó a vivir al norte del río Hudson.

Los supervivientes construyeron allí una fortificación, cerca de la actual ciudad de Fonda que hoy acoge el Santuario Nacional de Katerine.

Courtesy of St. Kateri Shrine

Marcada

A medida que fue creciendo, su figura se hizo esbelta y fuerte. Pero no era fácil para una chica tener la cara llena de cicatrices. En alguna ocasión tuvo incluso que cubrirse el rostro por ello.

Quizás todavía más difícil fue hacer suya la herencia más valiosa de su madre, la fe cristiana.

Se instruyó en la fe católica en secreto y pidió ser bautizada al misionero jesuita que servía en aquella zona del norte de América. Por ello fue ridiculizada y despreciada.

Firme en su opción, el domingo de Pascua de 1676, a los 20 años de edad, recibió el sacramento de la iniciación cristiana.

Al recibir el Bautismo tomó el nombre de Catalina, inspirada por santa Catalina de Siena.

Deb Nystrom-(CC BY 2.0)

Toda para Jesús

En un lugar escondido en el bosque se retiraba a rezar. Ofrecía a Dios duros ayunos y sacrificios.

Cada vez amaba más a Jesucristo. Y con tal pasión y exclusividad, que no quería ningún otro esposo. 

Pero todo esto no era tan fácilmente comprensible por su tribu iroquí. ¿Por qué se negaba a trabajar en domingo? Se quedaría sin comer ese día. ¿Qué futuro tendrá si no se casa? Raptémosla y concertemos un matrimonio aunque no quiera…

Catalina Tekakwitha, sin embargo, estaba dispuesta a luchar por su libertad. Así que, ayudada por un sacerdote, escapó de su pueblo.

Caminó unos 320 kilómetros por el bosque hasta un asentamiento de indios cristianos cercano a lo que hoy es Montreal, en Canadá.

Allí iba a misa cada día (a menudo dos veces al día, al amanecer y al anochecer), oraba e intentaba agradar a Dios con su trabajo.

Cuidaba a ancianos y enfermos y daba catequesis a los niños, con amabilidad, buen humor y espíritu de mortificación.

kateritekakwitha.net

En 1679, con 23 años, hizo voto de perpetua virginidad. Se ofreció a la Virgen. Y llevó una sencilla vida cristiana hasta su muerte, el 17 de abril de 1680.

“Jesús, te quiero”

Sus últimas palabras fueron: “Jesús, te quiero”, según está inscrito en una imagen de la santa en su santuario.

Patricia Navas / Aleteia

Cuentan que al morir desparecieron las marcas de la viruela de su cara.

Lo que está claro es que muchos -tanto nativos como colonos- empezaron a admirarla y a pedirle favores, y acabó convirtiéndose en la primera santa amerindia. Su tumba puede visitarse en Kahnawake, Quebec, Canadá.

kateritekakwitha.net

San Juan Pablo II la calificó como “gentil, dócil, laboriosa” al beatificarla en 1980.

Fiel a su cultura

Y Benedicto XVI, cuando la canonizó en 2012, destacó la acción de la gracia en su vida y la firmeza de su vocación a la virginidad, tan particular para su cultura.

Rosemarie Mosteller | Shutterstock

Aunque Kateri no asumió las creencias religiosas de su tribu, sí mantuvo muchas de sus tradiciones y valores.

Siempre mostró un profundo respeto a la naturaleza y al “Espíritu Creador”, que ella reconoció además como un padre amoroso y misericordioso.

Por eso muchos la consideran, junto a san Francisco de Asís, patrona de la ecología.

Algunos la llaman “la pocahontas cristiana”.

Señales divinas

Esta indígena “reconoció que la desventaja de la viruela y la pérdida de su padre, madre y hermano por este virus no eran una maldición de Dios sino un rastro para seguir Su Voluntad. Tal valentía humana es de hecho un “salto de fe”“.

Lo explica el capellán de su santuario, Tim Lyons, en una carta enviada a los Amigos de Kateri el mes de agosto de 2019.

“Ella usó lo negativo como señales divinas en su camino cristiano para convertirse en otro Cristo -añade-. Santa Kateri humildemente halló su inspiración y su significado en los altibajos de la vida encontrando a Jesucristo en los aspectos negativos de la vida”.

Puedes dirigirte a ella para pedirle lo que necesites, y rezarle:

Oración

Santa Kateri, lirio de los mohawks,
quisiéramos, como tú,
percibir en la naturaleza a nuestro creador,
en las dificultades su amor misericordioso.

Ayúdanos a enamorarnos de Cristo
con tu pasión y dulzura,
a permanecer firmes en nuestra fe
y en las opciones de vida que Él nos inspira,
a pesar de que a nuestro alrededor muchos no nos entiendan,
o de no encajar con algunos valores de nuestra cultura.

Ayúdanos a alcanzar la concordia entre los pueblos,
y pide a Dios que los más desarmados sean respetados
y podamos convivir todos
y enriquecernos unos a otros con nuestra belleza más genuina. 

Santa Kateri, ruega por nosotros.