Matthew 10:16-23

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos asegura que el Espíritu Santo nos ayudará cuando seamos perseguidos. Hablando a sus discípulos la noche antes de morir, Jesús dice que Él y su Padre enviarán otro Parakletos (Abogado). Esta palabra, que proviene de kaleo (llamar) y para (por, o en nombre de), designa a alguien similar a un abogado, alguien que suplicará en nombre de otro, alguien que apoyará, abogará, animará.

Jesús nos dice que mientras Él se aleja físicamente de la escena, Su Padre y Él mandarán Su Espíritu como un amigo. Y este será el abogado que inspirará a cristianos a lo largo de todos los tiempos. 

Cuando los mártires fueron a la muerte, lo hicieron con la ayuda del Espíritu Santo; cuando los misioneros fueron a proclamar la fe a tierras hostiles, fue el Espíritu Santo quien imploró en nombre de ellos; cuando Edith Stein fue llevada por sus captores a Auschwitz, fue también acompañada del Espíritu Santo. Y ese mismo Espíritu está hoy día, ahora mismo, con nosotros.

Teresa de los Andes, Santa

Religiosa, 12 de julio

Por: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net

Religiosa Carmelita

Martirologio Romano: En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que, siendo novicia en la Orden de Carmelitas Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad (1920).

Fecha de beatificación: 3 de abril de 1987 por el Papa Juan Pablo II
Fecha de canonización: 21 de marzo de 1993 por el Papa Juan Pablo II.

También conocida como Santa Teresa de los Andes.
También conocida como Santa Teresa Fernándes Solar.

Nota: Hoy 12 de julio se la festeja en el calendario carmelita, el Martirologio Romano la recuerda el 12 de abril, el día de su ingreso a la Casa del Padre.

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

Breve Biografía

El Continente joven, nuestra América, nos da también Santos muy jóvenes. Hoy nos toca presentar a Teresa de los Andes, una Santa que muere en la flor de la edad ?diecinueve años sólo?, y que se gana todos los corazones. ¡Qué linda esta jovencita chilena, que nace con el siglo veinte, el año 1900!

Muy niña aún, entabla con el Padre Capellán este diálogo encantador:

– Padrecito, vámonos al cielo.
– Bien, vamos. Pero, ¿dónde está el cielo?
– Allá, en los Andes. Mírelos qué altos son, que tocan al cielo.
– Está bien, hijita. Pero fíjate: cuando hayamos trepado esos montes, el cielo estará mucho más arriba. No; ése no es el camino del cielo. ¿Sabes dónde está el verdadero camino del Cielo? En el Sagrario, donde está Jesús.

Teresa lo entiende, y ya no suspira sino por recibir a Jesús. El santo Padre Mateo Crawley entroniza en el hogar al Sagrado Corazón, y la mamá le pide:

– Padre, consagre especialmente mi hija al Sagrado Corazón.
Así lo hace el Padre Mateo. Y la mamá, al conocer después la santidad de su hija, dirá:
– Con todo el corazón se la presenté yo también. Y Nuestro Señor no desechó la ofrenda.
Teresa recibe la Primera Comunión de manos del gran Obispo Monseñor Jara, de quien es esa célebre página sobre la madre. La niña Teresa se sintió feliz, y escribió:
– Jesús, desde ese primer abrazo, no me soltó y me tomó para sí. Todos los días comulgaba y hablaba con Jesús largo rato.

Su devoción a María va a ser también muy tierna, como nos dice ella misma: -Mi devoción espe-cial era la Virgen. Le contaba todo. La Virgen, que jamás ha dejado de consolarme y oírme.

Teresa es cada día más buena. Pero no vayamos a pensar que era sin esfuerzo. Si le preguntamos a la mamá, ésta nos responde:

– Solía tener sus rabietas, que se traducían en llantos a mares y en tenacidad para no obedecer. Pero fue venciéndose y adquiriendo gran dominio de sí misma.

Afectuosa, se hacía querer de todos. Juegan mucho los seis hermanos, gana ella casi todas las partidas, y hasta le tienen que prohibir el juego por tantas discusiones. Montar a caballo y nadar constituían sus delicias… En suma, una muchachita normal, encantadora: buena y traviesa, inocente y enredona…

Desde niña, aprende el Catecismo y se convierte en catequista. De familia acomodada, busca los niños más pobres. Les enseña la doctrina, les dice cómo amar a Jesús y a la Virgen, les hacer mirar la eternidad del Cielo y del Infierno…

Y tiene siempre alegres a estos niños. Era una consecuencia de la alegría que llevaba dentro de sí este ángel caído del cielo, y que tenia por máxima:

– Dios es alegría infinita.
¿Y se puede estar tristes cuando se tiene a Dios dentro de nuestro ser? Con Dios no cesa nunca la alegría en el alma. La alegría es la manifestación más pura de la presencia de Dios con nosotros.
Se hizo famoso el caso del niño que encuentra perdido en la calle. Harapiento y muerto de hambre, se lo lleva a casa. Lo cuida, lo mima. Se las ingenia para sacar dinero de sus ahorritos, y escribe:
– El día de mi cumpleaños junté treinta pesos. Voy a comprarle unos zapatos a Juanito y lo demás se lo entregaré a mi mamá para que ayude a los pobres.
Todos se extrañan de su proceder, y le preguntan:
– Pero, ¿qué has hecho?…
Y ella, con la naturalidad más grande del mundo:
– Nada. Le he dado mis zapatos a la mamá de Juanito, porque ella no tenía. Y al papá, como es aficionado al licor y hace padecer a los suyos, lo he llamado y le he hecho ir a confesarse y comulgar. Después, fui a su casa para consagrar la familia al Sagrado Corazón de Jesús.

Así es Teresa. Entre las compañeras, es la mejor del Colegio. Queda la primera muchas veces, y ella lo consigna con simpático orgullo, por amor a sus papás:

– Salí primera en Historia. Estoy feliz. Yo que jamás tenía puestos, ahora la Virgen me los da. Se los pido para dar gusto a mi papá y a mi mamá.
¿Por qué es tan querida de todos? Porque es fiel a sus lemas, cumplidos con tesón:
– El deber ante todo, el deber siempre.
– El amor es la fuerza que ayuda a obrar.
– Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás. Para ello, olvidarme de mí misma.

Ya lo vemos: una chica como cualquier otra en apariencia, pero con un tesón enorme por superarse.

La vida le sonríe, pero Teresa la va a sacrificar generosamente. Pide entrar en el convento de las Carmelitas de clausura, de Los Andes, y en él se encierra para siempre. La que se llamaba Juanita, ahora se quiere llamar Teresa, y como Santa Teresa de Los Andes será conocida para siempre en la Iglesia.

Pero su vida de religiosa va a ser muy corta. No llegará a un año, pues, a los once meses, el Señor se la lleva para darle el premio de su vida preciosa. En vida y en muerte, se le ha cumplido su gran deseo:

– ¿Quién puede hacerme más feliz que Dios? Nadie. En Él lo encuentro todo…

Los envío como a ovejas entre lobos

Santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23. Viernes XIV del Tiempo Ordinario

Por: Redacción | Fuente: Catholic.net

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Puedo caminar seguro, Cristo, por esta vida, aún entre medio de lobos porque se sé que no estoy nunca sólo. Dame fuerzas para crecer en mi vida de unión contigo; que tenga más fe y esperanza para aceptar lo que me pidas, que tenga más amor para quererlo intensamente y que tenga fortaleza para llevarlo adelante. Quiero serte fiel, Señor, cuando llegue la prueba, dame tu gracia y eso me basta.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23

Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes que llegue el Hijo del hombre.

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Cristo nos llama para ser sus testigos frente al mundo. Invita a salir del mezquino horizonte para ser evangelizadores en nuestra casa, trabajo y familia. ¿Seremos capaces? ¿Podemos llevar una cruz sobre los hombros a pesar de lo débiles que somos? Sí. Ya que Cristo le pide a cada hombre lo que está a su medida.

Cuánta confianza inflama nuestro pecho al ver que no caminamos solos por este camino. Jesús lo recorrió primero y nos dejó su cuerpo bondadoso en la Eucaristía, para cumplir su promesa: “No se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes”.

Perseveremos en la evangelización de nuestro ambiente con energía y decisión, no sólo para salvarnos a nosotros sino también para prender una llama más en este mundo que lentamente va apagándose.

Todo bautizado lleva impreso en el alma el mandato misionero, y Cristo, por sus palabras, nos infunde el ánimo que necesitamos. Es claro que el camino tiene incomprensiones de parte de aquellos que nos rodean, incluso de los más cercanos, pero “en Él somos fuertes”. Jesús pasó por la cruz y luego resucitó, sigamos su mismo camino.

«El Evangelio muestra una parte del discurso de Jesús a sus discípulos cuando los envían a la misión. Dice, entre otras cosas: “Seréis odiados por todos a causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin se salvará”. Estas palabras del Señor no turban la celebración de la Navidad, sino que la despojan del falso revestimiento empalagoso que no le pertenece. Nos hacen comprender que en las pruebas aceptadas a causa de la fe, la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida. Para acoger verdaderamente a Jesús en nuestra existencia y prolongar la alegría de la Noche Santa, el camino es precisamente el que indica este Evangelio. Es decir, testimoniar a Jesús en la humildad, en el servicio silencioso, sin miedo a ir contracorriente y pagar en persona. Y, si no todos están llamados, como san Esteban, a derramar su propia sangre, a todo cristiano se le pide, sin embargo, que sea coherente en cada circunstancia con la fe que profesa. Es la coherencia cristiana. Es una gracia que debemos pedir al Señor. Ser coherentes, vivir como cristianos. Y no decir ‘soy cristiano’ y vivir como pagano. La coherencia es una gracia que hay que pedir hoy.».

(Angelus de S.S. Francisco, 26 de diciembre de 2014).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Invitar a algún conocido del trabajo o familiar a hacer una oración juntos.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Amor a primera vista: La dulce historia de cómo los santos Luis y Celia Martín se enamoraron

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Philip Kosloski – publicado el 24/02/19 – actualizado el 14/02/23

Nunca lo había visto antes, pero ella escuchó dentro de su alma: “Este es el que he preparado para ti”

Luis y Celia Martín, los primeros casados que fueron canonizados juntos, inicialmente no se sintieron atraídos por la vida matrimonial. De hecho, el matrimonio era la idea más lejana de sus mentes.

Ambos se sintieron atraídos por la vida religiosa y cada uno trató de unirse a una comunidad que facilitaría su búsqueda de la santidad.

Sin embargo, por diversas razones, a ambos se les negó la entrada a la vida religiosa y regresaron al mundo sin saber qué pasaría después.

Con el paso de los años, Luis y Celia comenzaron a sentir que habían sido llamados a la vida matrimonial. Sin embargo, no llegó ningún pretendiente elegible para ninguno de los dos.

Pero un día sus vidas cambiaron para siempre.

Inmediatamente lo supieron

Mientras Celia caminaba por un pequeño y estrecho puente medieval en su ciudad natal de Alençon, notó a un joven alto y guapo que caminaba hacia ella.

Celia nunca lo había visto antes y no pudo evitar sonreír. Entonces, cuando estaban a punto de rozarse, Celia escuchó dentro de su alma:

“Este es el que he preparado para ti”.

Luis igualmente quedó impresionado por esta hermosa joven. Uno puede imaginarse a las dos almas enamoradas mirándose la una a la otra mientras seguían caminando hacia los extremos opuestos del puente.

Providencialmente, la madre de Luis había estado tomando algunas clases de encaje con Celia y ya había querido jugar a la casamentera, y enfocó a su hijo hacia la joven.

Cuando los dos se encontraron, inmediatamente supieron que Dios había puesto el uno al otro en su camino para unirse en el sacramento del matrimonio.

Un fecundo matrimonio

No perdieron el tiempo y después de solo tres (¡largos y dolorosos!) meses de compromiso, los dos se unieron en matrimonio el 13 de julio de 1858. Celia tenía 27 años y Luis 35 cuando se casaron.

Este fue solo el comienzo de un hermoso matrimonio que tuvo muchos hijos, incluyendo la famosa santa Teresa de Lisieux y la Sierva de Dios Leonia Martin.