Matthew 10:1-7
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús envía a misionar a aquellos apóstoles a quienes formó. Los sacerdotes, a través de los siglos —desde San Agustín y Santo Tomás de Aquino, hasta San Francisco Javier y John Henry Newman, hasta San Juan Pablo II— son descendientes de esos primeros amigos y discípulos del Señor. Han sido necesitados en todas las épocas, y se necesitan hoy, porque el reino de los cielos debe ser proclamado, los pobres deben ser atendidos, Dios adorado, y los sacramentos administrados.
Los padres espirituales son necesarios especialmente en nuestro tiempo, cuando una marea creciente de secularismo amenaza con oprimir los impulsos religiosos. Hemos sido diseñados por Dios, y nunca satisfaremos el anhelo más profundo de nuestro corazón sin Dios.
La ideología secularista enseña las cantidades suficientes de riqueza, placer, poder u honor que nos harán felices. ¿Quién puede contrarrestar esto? ¿Quién hablará a esta cultura de la belleza de Dios? ¿Quién nos recordará que nuestras vidas no son acerca de nosotros? ¿Quién interpretará y hará comprender las palabras del Evangelio, y extenderá la mesa del banquete del Cuerpo y la Sangre de Cristo? Por eso necesitamos sacerdotes.
Agustín Zhao y compañeros, Santos
Memoria Litúrgica, 9 de julio
Por: Redacción | Fuente: Vatican.va
AGUSTÍN ZHAO RONG († 1815) Y 119 COMPAÑEROS, MÁRTIRES EN CHINA († 1648 – 1930)
Martirologio Romano: Santos Agustín Zhao Rong, presbítero, Pedro Sans i Jordá, obispo, y compañeros, mártires, que en distintos lugares de China y en distintos tiempos fueron testigos del Evangelio de Cristo con sus palabras y con sus obras, y, por haber predicado y confesado la fe, sufrieron persecución, mereciendo por ello pasar al banquete eterno de la gloria (siglos XVII/XVIII).
Etimológicamente: Agustín = Aquel que es venerado, es de origen latino.
Fecha de canonización: 1 de Octubre del año 2000 por el Papa Juan Pablo II.
Reseña de los Hechos
Desde los más remotos orígenes del pueblo chino (hacia la mitad del tercer milenio antes de Cristo) el sentimiento religioso hacia el Ser Supremo y la piedad filial y devota hacia los antepasados difuntos son las características más relevantes de su cultura milenaria.
Esta nota de neta religiosidad se encuentra, más o menos, en los chinos de todos los siglos, hasta el nuestro, cuando bajo el influjo del ateísmo occidental, algunos intelectuales, especialmente los educados en el exterior, han querido desprenderse, como algunos de sus maestros occidentales, de cualquier idea religiosa.
El Evangelio se anunció en China en el siglo V y, a primerosdel VII, se erigió allí la primera iglesia. Durante la dinastía T´ang (618-907) la comunidad de los cristianos estuvo floreciente durante dos siglos. En el XIII la comprensión del pueblo chino y de sus culturas, que supo tener un misionero como Juan de Montecorvino, lograron que se pudiera dar impulso a la primera misión católica en el «Reino del medio» con sede episcopal en Beijin.
No es de extrañar que, especialmente en la época moderna (es decir, desde el siglo XVI, cuando las comunicaciones entre oriente y occidente comenzaron a ser en cierto modo más frecuentes), haya existido por parte de la Iglesia Católica el deseo de llevar a este pueblo la luz del Evangelio, a fin de que ésta enriqueciese aún más el tesoro de tradiciones culturales y religiosas tan ricas y profundas.
Así pues, a partir de las últimas décadas del siglo XVI, varios misioneros católicos fueron invitados a China: se habían elegido con gran esmero personas como Matteo Ricci y otros, teniendo en cuenta, además de su espíritu de fe y de amor, sus capacidades culturales y sus cualidades en diversos campos de la ciencia, en especial de la astronomía y de la matemática. De hecho, gracias a éstos y al aprecio que demostraron los misioneros por el notable espíritu de investigación presente en los estudiosos chinos, pudieron establecerse relaciones de colaboración científica muy provechosas. Éstas sirvieron a su vez para abrir muchas puertas, incluso las de la corte imperial, y para así entablar relaciones muy útiles con varias personas de grandes capacidades.
La calidad de la vida religiosa de estos misioneros fue lo que indujo a no pocas personas de alto nivel a sentir la necesidad de conocer mejor el espíritu evangélico que los animaba y, luego, de instruirse en los postulados de la religión cristiana: lo cual se hizo de manera conveniente a sus características culturales y a su modo de pensar. A finales del siglo XVI y primeros del XVII, fueron numerosos los que, una vez adquirida la debida preparación, pidieron el bautismo y llegaron a ser cristianos fervientes, manteniendo siempre con justo orgullo su identidad de chinos y su cultura.
El cristianismo se vio en aquel período como una realidad que no se oponía a los más altos valores de las tradiciones del pueblo chino, ni se superponía a ellos, sino que los enriquecía con una nueva luzy dimensión.
Gracias a las óptimas relaciones existentes entre algunos misioneros y el mismo emperador K´ang Hsi; gracias a sus servicios prestados por restablecer la paz entre el «zar» de Rusia y el «hijo del cielo», o sea el emperador, éste promulgó en 1692 el primer decreto de libertad religiosa, en virtud del cual todos sus súbditos podían seguir la religión cristiana y todos los misioneros podían predicarla en sus vastos dominios.
Como consecuencia, la acción misionera y la difusión del mensaje evangélico se desarrollaron notablemente y fueron muchos los chinos que, atraídos por la luz de Cristo, pidieron recibir el bautismo.
Pero desgraciadamente la cuestión espinosa de los «ritos chinos», irritó sobremanera al emperador K´ang Hsi y preparó la persecución (fuertemente influenciada por la del vecino Japón), que en unos sitios más en otros menos, abierta o solapada, violenta o velada,se extendió prácticamente con sucesivas oleadas desde la primera década del siglo XVII hasta la mitad del siglo XIX, matando a misioneros y a fieles laicos y destruyendo no pocas iglesias.
Fue exactamente el 15 de enero de 1648 cuando los Tártaros Manciù, habiendo invadido la región del Fujian y mostrándose hostiles a la religión cristiana, dieron muerte al San Francisco Fernández de Capillas, sacerdote de la Orden de los Frailes Predicadores. Después de haberlo encarcelado y torturado, lo decapitaron mientras rezaba con otros los misterios dolorosos del Rosario.
El San Francisco Fernández de Capillas ha sido reconocidopor la Santa Sede como Proto mártir de China.
Hacia la mitad del siglo siguiente, el XVIII, otros cinco misioneros españoles, que habían ejercido su actividad entre los años 1715-1747, fueron también asesinados como resultado de una nueva ola de persecución iniciada en 1729 y con secuaces más encarnizados en 1746. Era la época de los emperadores Yung-Cheng y de su hijo K´ien-Lung.
San Pedro Sans i Iordà, O.P., Obispo, martirizado el 26 de mayo de 1747 en Fuzhou.
San Francisco Serrano, O.P., Sacerdote,
San Joaquín Royo, O.P. Sacerdote,
San Juan Alcober, O.P., Sacerdote,
San Francisco Díaz, O.P. Sacerdote, los cuatro fueron matados el 28 de octubre de 1748 en Fuzhou.
Una nueva fase de régimen de persecución en relación con la religión cristiana se desató posteriormente en el siglo XIX.
Mientras algunos Emperadores de los siglos precedentes habían autorizado el catolicismo, el Emperador Kia-Kin (1796-1821) publicó en cambio numerosos y severos decretos en contra. El primero se remonta al 1805; dos edictos del 1811 iban dirigidos contra aquellos de entre los chinos que hacían los estudios para recibir las órdenes sagradas y contra los sacerdotes que propagaban la religión cristiana. Un decreto del 1813 exoneraba de cualquier castigo a los apóstatas voluntarios, es decir, a los Cristianos que declaraban espontáneamente que abandonaban la fe cristiana, pero amenazaba a todos los demás.
En este período sufrió el martirio el San Pedro Wu, laico catequista, chino, nacido de familia pagana, recibió el bautismo en 1796 y pasó el resto de su vida anunciando la verdad de la religión cristiana. Todas las tentativas para hacerlo apostatar fueron vanas. Emitida contra él la sentencia de muerte, fue estrangulado el 7 de noviembre de 1814.
Siguió sus pasos en la fidelidad a Cristo el San José Tshang-Dapeng, laico catequista, comerciante, bautizado en el 1800, llegó a ser después el alma de la misión en la ciudad de Kony-Yang. Encarcelado, murió estrangulado el 12 de marzo de 1815.
Este año (1815) se promulgaron otros dos Decretos, en los que se aprobaba la conducta del Virrey del Sichuan, que había hecho decapitar a Mons. Dufresse, de las Misiones Exteriores de París,y a muchos cristianos chinos. Siguió una persecución más exacerbada.
Son de este período los siguientes mártires:
San Juan Gabriel Taurin Dufresse, M.E.P., Obispo, arrestado el 18 de mayo de 1815, conducido a Chengdu, condenado y ajusticiado el 14 de septiembre de 1815.
San Agustín Zhao Rong, Sacerdote diocesano chino que, siendo antes uno de los soldados que escoltaron a Mons. Dufresse desde Chengdu hasta Beijin, había quedado impresionado por la paciencia de éste y había pedido ser contado entre los neófitos: una vez bautizado, se le mandó al Seminario y después se ordenó sacerdote. Arrestado, sufrió crueles suplicios y después murióen 1815.
San Giovanni da Triora, O.F.M., Sacerdote, hecho prisionero junto con otros en el verano del 1815, después condenado a muerte y murió estrangulado el 7 de febrero de 1816.
San José Yuan Zaide, Sacerdote diocesano chino, el cual, habiendo escuchado a Mons. Dufresse hablar de la fe cristiana, quedó prendado de la belleza de ésta y después llegó a ser un neófito ejemplar. Más tarde, ordenado sacerdote y, como tal, entregado a la evangelización en varios distritos; fue apresado en agosto de 1816, condenado a la estrangulación y matado de esta suerte el 24 de junio de 1817.
San Francisco Regis Clet de la Congregación de la Misión que, después de haber obtenido el permiso para ir a las misiones de China, se había embarcado para el Oriente en 1791. Llegado allí, llevó durante treinta años una vida sacrificada de misionero: sostenido por un celo incansable, evangelizó tres inmensas Provincias del Imperio Chino: Jiangxi, Hubei, Hunan. Traicionado por un cristiano, fue arrestado y llevado a prisión donde sufrió atroces suplicios. Mediante sentencia del Emperador fue matado por estrangulación el 17 de febrero de 1820.
San Tadeo Liu, Sacerdote diocesano, chino, que se negó a apostatar, diciendo que era sacerdote y quería ser fiel a la religión que había predicado. Condenado a muerte, fue estrangulado el 30 de noviembre de 1823.
San Pedro Liu, catequista, laico, chino, arrestado en 1814 y vendido como exclavo en Tartaria, donde permaneció casi tres lustros. Vuelto a la patria, fue de nuevo apresado y estrangulado el 17 de mayo de 1834.
San Joaquín Ho, catequista laico, chino, fue bautizado a la edad de casi 20 años. En la gran persecución del 1814 había sido prendido con muchos otros fieles y sometido a crueles torturas. Desterrado a Tartaria, allí permaneció unos 20 años; regresado a la patria fue nuevamente apresado y rehusó apostatar. A continuación, una vez confirmada la sentencia de muerte por parte del Emperador, fue estrangulado el 9 de julio de 1839.
San Augusto Chapdelaine, M.E.P., sacerdote de la Diócesis de Coutances. Habiendo ingresado en el Seminario de las Misiones Exteriores de París, se embarcó directamente a China en 1852; llegó a Guangxi a finales del 1854. Arrestado en 1856, torturado, condenado a muerte enjaulado, expiró en febrero de 1856.
San Lorenzo Bai Xiaoman, laico, chino, obrero modesto, que acompañó al San Chapdelaine en el asilo que habían ofrecido al misionero y fue con él apresado y conducido al tribunal. Nada pudo hacerlo apostatar. Fue decapitado el 25 de febrero de 1856.
Santa Inés Tsao Kouying, viuda, había nacido de antigua familia cristiana; habiéndose dedicado a la instrucción de las muchachas jóvenes convertidas por el San Augusto Chapdelaine, fue arrestada y, condenada a morir enjaulada, expiró el 1 de marzo de 1856.
El 28 de enero de 1858, por orden del mandarín de MaoKou (en la provincia de Guizhou), fueron matados tres catequistas, conocidos como Mártires de MaoKou:
San Jerónimo Lu Tingmei,
San Lorenzo Wang Bing,
Santa Àgueda Lin Zao.
Se pidió a los tres que renunciaran a la religión cristiana. Como su respuesta fuese negativa, fueron condenados a la decapitación.
El 29 de julio de 1861 sufrieron el martirio simultáneamente dos seminaristas y dos laicos, de los cuales uno era cultivador y la otra una viuda que prestaba sus servicios como cocinera en el seminario. Se los conoce como Mártires de Qingyanzhen (Guizhou):
San José Zhang Wenlan, seminarista,
San Pablo Chen Changpin, seminarista,
San Juan Bautista Luo Tingying, laico,
Santa Marta Wang-Luo Mande, laica.
El año siguiente, el 18 y 19 de febrero de 1862, dieron su vidapor Cristo otras 5 personas, conocidas como Mártires de Guizhou,a saber:
San Juan Pedro Néel, Sacerdote de las Misiones Exterioresde París,
San Martín Wu Xuesheng, catequista laico,
San Juan Zhang Tianshen, catequista laico,
San Juan Chen Xianheng, catequista laico,
Santa Lucía Yi Zhenmei, catequista laica.
Mientras tanto habían ocurrido, en el campo de la política, algunos episodios que tuvieron notables repercusiones en la vida de las misiones cristianas.
En junio de 1840 el Comisario imperial de Guangdong, queriendo con razón suprimir el comercio del opio, que estaba en manos de los ingleses, había hecho arrojar al mar más de veinte mil cajas de esta droga. Este había sido el pretexto de la guerra inmediata, con victoria de los ingleses. Terminada la guerra, China debió firmar en 1842 el primer tratado internacional de los tiempos modernos, al que siguieron muy pronto otros con América y Francia. Aprovechando la ocasión, Francia sustituyó a Portugal como potencia protectora de las misiones y como consecuencia se promulgó un doble decreto: uno del 1844, por el cual se permitía a los chinos seguir la religión católica, otro del 1846, mediante el cual se suprimían las antiguas penas contra los católicos.
La Iglesia pudo entonces vivir abiertamente y ejercer su acción misionera, desarrollándola también en el ámbito de la educación superior, universitaria y de la investigación científica.
Al multiplicarse los diversos Institutos culturales de alto nivel y gracias a su actividad muy apreciada, se establecieron gradualmente lazos cada vez más profundos entre la Iglesia y China con sus ricas tradiciones culturales.
Esta colaboración con las autoridades chinas favoreció de un modo creciente la mutua estima y participación en aquellos valores que deben regir siempre toda sociedad civil.
Transcurrió así un siglo de expansión de las misiones cristianas, con la excepción hecha del período en que se abatió sobre ellas la desgracia de la insurrección de la «Asociación de la justicia y de la armonía» (conocida comúnmente como de los “Boxers”), que ocurrió al principio del siglo XX y causó el derramamiento de sangre de muchos cristianos.
Es sabido que en esta revuelta confluyeron todas las sociedades secretas y el odio acumulado y reprimido contra los extranjeros de los últimos decenios del siglo XIX a causa de las vicisitudes políticas y sociales que siguieron a la «guerra del opio» y a la imposición de los así llamados «Tratados desiguales» por parte de las Potencias Occidentales.
Sin embargo fue muy distinto el móvil de la persecución a los Misioneros, aunque fueran de nacionalidad europea. Su matanza fue determinada por una causa puramente religiosa: fueron matados por el mismo motivo con que lo fueron los fieles chinos que se habían hecho cristianos. Documentos históricos indiscutibles ponen en evidencia el odio anticristiano que impulsó a los “Boxers” a asesinar a los Misioneros y a los fieles locales que se habían adherido a su doctrina. Respecto a ellos se emitió un edicto el 1 de julio de 1900, en el cual se decía, en síntesis, que ya había pasado el tiempo de las buenas relaciones con los Misioneros europeos y sus cristianos: que los primeros debían ser repatriados inmediatamente y los fieles obligados a la apostasía, bajo pena de muerte.
Como resultado de esto tuvo lugar el martirio de algunos misioneros y de muchos chinos que se agruparon en los siguientes grupos:
a) Mártires de Shanxi, muertos el 9 de julio de 1900, que son Frailes Menores Franciscanos:
San Gregorio Grassi, Obispo,
San Francisco Fogolla, Obispo,
San Elías Facchini, Sacerdote,
San Teodorico Balat, Sacerdote,
San Andrés Bauer, Hermano Religioso;
b) Mártires del Hunan Meridional, muertos el 7 de julio de 1900, también Frailes Menores Franciscanos:
San Antonino Fantosati, Obispo,
San José María Gambaro, Sacerdote,
San Cesidio Giacomantonio, Sacerdote ( 4 julio).
A los mártires franciscanos de la Orden Primera se añaden siete Franciscanas Misioneras de María, de las cuales 3 francesas,2 italianas, 1 belga y 1 holandesa:
Santa María Ermellina de Jesús (en el siglo: Irma Grivot),
Santa María de la Paz (en el siglo: María Anna Giuliani),
Santa María Clara (en el siglo: Clelia Nanetti),
Santa María de Santa Natalia (en el siglo: Juana María Kerguin),
Santa María de San Justo (en el siglo: Ana Moreau),
Santa María Adolfina (en el siglo: Ana Dierk),
Santa María Amandina (en el siglo: Paula Jeuris).
De los mártires chinos de la familia franciscana forman parte también 11 Franciscanos seglares, todos chinos:
San Juan Zhang Huan, seminarista,
San Patricio Dong Bodi, seminarista,
San Juan Wang Rui, seminarista,
San Felipe Zhang Zhihe, seminarista,
San Juan , Zhang Jingguang, seminarista,
San Tomás Shen Jihe, laico, sirviente,
San Simón Qin Cunfu, catequista laico,
San Pedro Wu Anbang, laico,
San Francisco Zhang Rong, laico agricultor,
San Matías Feng De, laico neófito,
San Pedro Zhang Banniu, obrero laico.
A ellos se añaden algunos fieles laicos chinos:
San Santiago Yan Guodong, agricultor,
San Santiago Zhao Quanxin, sirviente,
San Pietro Wang Erman, cocinero.
Cuando la rebelión de los “Boxers”, iniciada en Shandong, difundida luego en Shanxi y en Hunan, llegó también al sudeste de Tcheli, en aquel entonces Vicariato Apostólico de Xianxian, confiado a los Jesuitas, los cristianos matados se cuentan por millares.
Entre éstos se encuentran 4 misioneros jesuitas franceses y 52 cristianos laicos chinos, hombres, mujeres y niños, el más anciano de ellos tenía la edad de 79 años, mientras que los dos más jóvenes sólo 9 años. Todos sufrieron el martirio en el mes de julio de 1909; muchos de ellos fueron matados en la Iglesia del Pueblo di Tchou-Kia-ho, donde se habían refugiado y estaban en oración junto con los dos primeros de los misioneros que a continuación se enumeran:
San León Mangin, S.J. sacerdote,
San Pablo Denn, S.J., sacerdote,
San Remigio Isoré, S.J., sacerdote,
San Modesto Andlauer, S.J., sacerdote.
He aquí los nombres y edades de los laicos cristianos chinos:
Santa María Zhu, de unos 50 años,
San Pedro Zhu Rixin, de 19 años,
San Juan Bautista Zhu Wurui, de 17 años,
Santa María Fu Guilin, de 37 años,
Santa Bárbara Cui Lian, de 51 años,
San José Ma Taishun, de 60 años,
Santa Lucía Wang Cheng, 18 años,
Santa María Fan Kun, de 16 años,
Santa María Chi Yu, de 15 años,
Santa María Zheng Xu, de 11 años,
Santa María Du Zhao, de 51 años,
Santa Magdalena Du Fengju, de 19 años,
Santa María Du Tian, de 42 años,
San Pablo Wu Anjyu, de 62 años,
San Juan Bautista Wu Mantang, 17 años,
San Pablo Wu Wanshu, de 16 años,
San Ramón Li Quanzhen, de 59 años,
San Pedro Li Quanhui, de 63 años,
San Pedro Zhao Mingzhen, de 61 años,
San Juan Bautista Zhao Mingxi, de 56 años,
Santa Teresa Chen Tinjieh, de 25 años,
Santa Rosa Chen Aijieh, de 22 años,
San Pedro Wang Zuolong, de 58 años,
Santa María Gou Li, de 65 años,
San Juan Wu Wenyin, de 50 años,
San Zhang Huailu, de 57 años,
San Marcos Ki-T´ien-Siang, de 66 años,
Santa Ana An Xin, de 72 años,
Santa María An Guo, de 64 años,
Santa Ana An Jiao, de 26 años,
Santa María An Linghua, de 29 años,
San Pablo Liu Jinde, de 79 años,
San José Wang Kuiju, de 37 años,
San Juan Wang Guixin, de 25 años,
Santa Teresa Zhang He, de 36 años,
Santa Lang Yang, de 29 años,
San Pablo Lang Fu, de 9 años,
Santa Isabel Qin Bian, de 54 años,
San Simón Qin Cunfu, de 14 años,
San Pedro Liu Zeyu, de 57 años,
Santa Ana Wang, de 14 años,
San José Wang Yumei, de 68 años,
Santa Lucía Wang Wang, de 31 años,
San Andrés Wang Tianqing, de 9 años,
Santa María Wang Li, de 49 años,
San Chi Zhuze, de 18 años,
Santa María Zhao Gou, de 60 años,
Santa Rosa Zhao, de 22 años,
Santa María Zhao, de 17 años,
San José Yuan Gengyin, de 47 años,
San Pablo Ge Tingzhu, de 61 años,
Santa Rosa Fan Hui, de 45 años. El hecho de que este considerable número de fieles laicos chinos haya ofrecido la vida a Cristo juntamente con los misioneros que les habían anunciado el Evangelio y se habían prodigado por ellos pone en evidencia la profundidad de los vínculos que la fe en Cristo establece, reuniendo en una sola familia personas de razas y culturas diversas, estrechamente hermanados entre sí, no ya por motivos políticos, sino en virtud de una religión que predica el amor, la fraternidad, la paz y la justicia.
Además de todos los matados por los “Boxers” hasta ahora mencionados, debe recordarse también al San Alberico Crescitelli, sacerdote del Instituto Pontificio de las Misiones Exteriores de Milán, que desarrolló su ministerio en el Shanxi Meridional y fue martirizado el 21 de julio de 1900.
Años después, al nutrido ejército de los Mártires arriba recordados iban a unirse algunos Miembros de la Sociedad Salesiana de S. Juan Bosco:
San Luis Versiglia, Obispo,
San Calixto Caravario, Sacerdote.
Fueron asesinados juntos el 25 de febrero de 1930 en Li-Thau-Tseul.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Tres cosas a considerar
Santo Evangelio según San Mateo 10, 1-7. Miércoles 14ª semana de Tiempo Ordinario
Por: H. José Torres, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, hoy dame, en este rato de oración, poder escuchar tu voz, que me llama.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 1-7
En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Así como Jesús llama a los doce apóstoles también nos llama a nosotros por nuestros nombres. ¿Me siento elegido, llamado? ¿Siento que Cristo realmente me llama? Hoy leemos que aparte de llamarlos les da el poder para expulsar demonios y curar enfermedades y dolencias; pero, no es algo extraordinario, a nosotros también nos lo da, así que nosotros también podemos curar con nuestras palabras, con nuestros actos.
Quizás no sea nada extraordinario, pero cuando lo hacemos de corazón y con una verdadera rectitud de intención, realmente podemos curar y salvar a tantas almas que esperan que nosotros, como cristianos, seamos ese bálsamo que alivia el dolor.Y debemos creer que con nuestras oraciones podemos también curar.
En segundo lugar, vemos que nos manda a buscar las ovejas descarriadas. No es necesario ir muy lejos, quizás pueden estar en nuestro entorno, pues es allí donde primero tenemos que buscar. Son esas ovejas a las que Cristo nos pide que las carguemos sobre nuestros hombros y las llevemos junto con las otras.
En tercer lugar, nos pide algo esencial: ir y proclamar el reino de los cielos. Y es eso lo que hacemos con nuestro testimonio. Quizás hoy debemos preguntarnos: ¿doy testimonio con mis actos de mi filiación divina? ¿En medio del mundo, en mi trabajo, en mi familia en la universidad, en el colegio? Es allí donde tenemos que proclamar el reino de Dios y es allí donde debemos buscar a la oveja perdida.
Jesús instruye a los doce apóstoles en el momento en el que, por primera vez les envía en misión a las aldeas de Galilea y Judea. En esta parte final Jesús subraya dos aspectos esenciales para la vida del discípulo misionero: el primero, que su vínculo con Jesús es más fuerte que cualquier otro vínculo; el segundo, que el misionero no se lleva a sí mismo, sino a Jesús, y mediante él, el amor del Padre celestial. Estos dos aspectos están conectados, porque cuanto más está Jesús en el centro del corazón y de la vida del discípulo, más «transparente» es este discípulo ante su presencia. Van juntos, los dos.
(Ángelus de S.S. Francisco, 2 de julio de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En algún momento del día rezaré alguna oración pidiendo por el aumento de las vocaciones misioneras.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El mes de Ignacio de Loyola y otros santos fundadores

Bro. Jeffrey Pioquinto, S.J. | CC BY 2.0
Salvador Aragonés – publicado el 30/06/18
Los santos de cada día del mes de julio
En este mes de julio destacan los santos fundadores, entre ellos san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.
No faltan en este mes santos muy populares, como la niña santa María Goretti, virgen y mártir, y las dos santas que siguieron a Jesús, las hermanas María Magdalena y Marta de Betania.
Día 1: San Junípero Serra (1713-1784)

Burkhard Mücke CC
Fraile franciscano español, nacido en Petra (Mallorca). Fue a misionar a México, tras la expulsión de los jesuitas y destacó su labor en la Alta California como fundador de las misiones de San Diego, San Carlos, San Antonio, San Francisco, San Buenaventura y otras. Defendió a los indígenas frente al trato que recibían de los militares españoles en los territorios conquistados, aprendió sus lenguas y les enseñó a cultivar la vid y cuidar el ganado, al tiempo que les enseñó el catecismo. Por su labor en California, fray Junípero tiene una estatua en el Capitolio (poder legislativo) de Estados Unidos al ser considerado como uno de los personajes más ilustres de este país.
Día 2: San Bernardino Realino (1530-1616)

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Jesuita italiano, estudió medicina y derecho y se especializó en derecho canónico y civil. Ingresó en los jesuitas a los 35 años y fue destinado a Nápoles y después a Lecce, donde no fue bien recibido. Por su bondad y su predicación fue aceptado hasta el punto de que confesó a toda la ciudad.
Día 3: Santo Tomás, Apóstol (¿?-72)

Wikipedia | Domena publiczna
Fue un pescador judío que siguió a Jesucristo. Lo más conocido del santo es su incredulidad sobre la Resurrección del Señor. Fue quien pronunció aquellas famosas palabras “¡Señor mío y Dios mío!”, cuando Jesús le mostró las llagas de los clavos, en sus manos y pies, y su costado abierto y le dijo: “No seas incrédulo, sino fiel. Porque has visto has creído, Tomás. Bienaventurados aquellos que sin ver, creyeron”. Extendió el Evangelio hacia el Este llegando a la India. Sufrió martirio el año 72 en Calamina.
Día 4: Santa Isabel de Portugal (1270-1336)

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Fue Reina de Portugal, hija del rey Pedro III de Aragón, la prometieron en matrimonio con Dionis de Portugal, un hombre violento, cuando ella tenía solo 12 años. A los 20 años tuvo a su hijo Alfonso IV que fue una cruz para ella, pues practicó las mismas infidelidades que su padre, pero nunca le dejó de amar. A Isabel le tocó guardar a los hijos bastardos de su esposo Dionis. No fue una mujer blanda, sino enérgica, tenaz y una inmensa bondad. Acompañó a su marido hasta la muerte. Viuda, quiso vestir el hábito de las clarisas. Trabajó por la paz entre Castilla y Portugal.
Día 5: San Antonio María Zaccaria, sacerdote y fundador (1502-1539)
Este sacerdote italiano quedó huérfano de padre poco después de haber nacido. Su madre Antonietta, lo formó en la fe y la santidad. Se fue a Milán, donde fundó la orden de los Clérigos Regulares de San Pablo, en un momento en que la Iglesia estaba en decadencia a causa de la Reforma Luterana. En 1535 funda la congregación de las Hermanas Angélicas de San Pablo con una actividad apostólica en las calles y en los hospitales, aunque después fueron de clausura. También fundó los Laicos de San Pablo.
Día 6: Santa María Goretti, virgen y mártir (1890-1902)
María Goretti era una niña italiana que a los 11 años se vio acosada por un joven vecino, Alessandro Serenelli de 19 años, ávido lector de pornografía, hasta que un día la quiso violar. La niña, en defensa de su virginidad, prefirió la muerte: Serenelli, cuando María estaba sola en casa, quiso forzarla, y al no conseguirlo le asestó 14 puñaladas. María murió tras recibir la comunión y la Unión de los Enfermos, y de perdonar a su asesino. Al ser menor de edad, Serenelli fue condenado solo a 30 años. Durante su cautiverio vio que María lo protegía y cambió de vida. Cumplida la cárcel entró como hermano en los Padres Franciscanos Capuchinos, donde murió muy arrepentido de su crimen. La canonización de María Goretti (1950) fue de las más nutridas de la historia.
Día 7: Beata sor María Romero Meneses (1902-1977)

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Religiosa salesiana nicaragüense, nació en Granada (Nicaragua). Al poco de llegar a su país las Hijas de María Auxiliadora, de Don Bosco, ingresó en la congregación religiosa. Trabajó en el Colegio de María Auxiliadora de Granada dando clases de música, piano, canto, dibujo y pintura. Después de los votos perpetuos es enviada a Costa Rica que consideró su “segunda patria”. Destacó por sus obras sociales en favor de los necesitados en consultorios médicos, dando un servicio y medicinas gratuitas para los que no podían pagar. Creó asociaciones, servicios para jóvenes, “roperos”, repartía alimentos y construyó 70 viviendas para necesitados.
Día 7: San Fermín, obispo (272-303)
Es mundialmente conocido por ser patrono de Pamplona, ciudad célebre por los “encierros” de los toros acompañados por “mozos” hasta el corral de la Plaza de Pamplona. Fue el primer obispo de Pamplona, ya a los 24 años, y también de Amiens (Francia). Fue bautizado por san Saturnino y murió decapitado en la persecución de Diocleciano. El lugar del bautismo se conserva en el llamado “Pocico de San Cernin”.
Día 8: San Isaías, profeta (765-695 a. d. Cristo)
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Fue el más grande de los profetas del Antiguo Testamento. Sus profecías son mesiánicas. Tuvo varias visiones, y en una de ellas dice: “He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz a un niño al cual llamarán Dios con nosotros». Así está avisando con siete siglos de anticipación el nacimiento de Jesús, desde el vientre de María Virgen. El libro de Isaías es el más largo de la Biblia. Murió, al parecer, asesinado por el rey Manasés.
Día 9: Beata María Petkovic, fundadora (1892-1966)

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Religiosa croata. Formó parte de la Tercera Orden franciscana y después fundó el Instituto de las Hijas de la Misericordia, dedicadas a la educación e instrucción de las mujeres jóvenes. Sufrió muchas adversidades en la vida, pero fue constante en la oración y en seguir las directrices y consejos de los obispos y del Papa.
Día 10: San Cristóbal, mártir (siglo III)

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Su nombre significa “portador de Cristo”. Cuenta la leyenda que un niño le pidió que lo portara en brazos para cruzar el río. No conocía al niño, pero éste le dijo después que era el Niño Jesús. Es patrono de los viajeros, los conductores y transportistas.
Santa Felicidad y sus siete hijos, mártires (siglo II)

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En tiempo del emperador Antonino fue detenida junto a sus hijos Alejandro, Felipe, Félix, Januario, Marcial, Silvano y Vital, acusada injustamente de insultar a los dioses paganos. Fueron encarcelados y pasando por un tribunal les pidieron, uno a uno, que adoraran a los dioses paganos. Uno a uno lo rechazaron, se mantuvieron firmes en la fe y recibieron martirio. Cuatro meses después le tocó a su madre Felicidad, que padeció como sus hijos el martirio. Hoy se celebra la fiesta de sus siete hijos.
Día 11: San Benito de Nursia, fundador (480-547)

Catherine Leblanc I Godong
Después de haberse dedicado al estudio de la filosofía y la retórica, se retiró para llevar una vida ascética austera. A los 20 años subió al monte Subiaco, en el centro de Italia, viviendo en una cueva. Creó una comunidad de monjes, que llevaban una vida rigurosa. Después fundó el primer monasterio en el monte Cassino el año 529, donde escribió la Regla de san Benito, extendida por todo el mundo por lo que fue nombrado Patriarca del Monaquismo Occidental. Su vida fue orar y trabajar, y a veces acudía a los pueblos con sus monjes a predicar. Fue hermano gemelo de santa Escolástica que murió unos días antes que su hermano Benito. Fue un gran exorcista. Es Patrono de Europa.
Día 12: San Juan Gualberto, fundador (985-1073)
Nació en Florencia de una familia muy rica. Su hermano fue asesinado. Un Viernes Santo pasaba Juan con sus amigos militares y, en un callejón, encontró al asesino de su hermano. Dispuesto a matarle, el asesino se arrodilló con los brazos en cruz y le pidió perdón: “Juan –le dijo- hoy es Viernes Santo. Por Cristo que murió por nosotros en la cruz, perdóname la vida”. Juan le perdonó y lo abrazó. Dejó sus títulos y sus armas y se fue al convento de los benedictinos. Y vio cómo se practicaba la simonía, comprando y vendiendo títulos eclesiásticos. Abandonó el convento y se fue a Valleumbroso para vivir la Regla de San Benito tal como la vivió este santo. Se rodeó de monjes y fundó muchos monasterios, convirtiendo a muchos que dejaron sus vicios y su mala vida.
Día 13: San Enrique, emperador (972-1024)

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Nieto de Carlomagno, fue un gran apóstol de la paz. Hijo de los duques de Baviera, promovió las obras del Papa y colaboró con los monjes de Cluny. Se dedicó al cultivo de las letras en unos momentos en que la Iglesia vive un periodo oscuro por la corrupción y la venta de títulos eclesiásticos (investiduras). Sucedió a Otón III, como emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Gobierna más con el perdón que con el castigo y prefiere antes el bien de sus súbditos que el suyo propio.
Santa Teresa de Jesús de los Andes (1900-1920)
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Es la primera santa chilena. La religiosa y carmelita descalza, nació en el seno de una familia rica de Santiago de Chile. A los 14 años decidió consagrarse como religiosa carmelita, y a los 18 años entró en el Monasterio del Espíritu Santo de las Carmelitas Descalzas de los Andes. Al año de estar en el convento, murió de tifus y difteria. Ella sabía que moriría joven y lo asumió con alegría, serenidad y confianza. Sufrió no pocas tribulaciones interiores y también dolores muy fuertes en su enfermedad. Sólo once meses fueron suficientes para consumar su vida totalmente unida a Cristo.
Día 14: San Camilo de Lelis, fundador y patrono de los enfermos (1550-1614)
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Nació en Italia. Su padre servía como militar en el ejército español. Se preparó para soldado cuando, huérfano de madre, murió también su padre. Le salió una úlcera purulenta en el tobillo, que le obligó ir al hospital de San Giacomo degli Incurabili de Roma y allí vio el estado de abandono de los enfermos. Fue acogido por los padres capuchinos de San Giovanni Redondo y su llaga se le extendió por la pierna. Estudió y se ordenó sacerdote. Con un grupo de amigos se dedicó a los enfermos y fundó la Orden Religiosa llamada de los Padres Camilos dedicados a los hospitales.
Día 15: San Buenaventura, obispo y Doctor de la Iglesia (1221-1274)

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Se le llama “Doctor Seráfico” por su sabiduría y su hábito franciscano. Se llama Buenaventura porque enfermo de niño su madre le llevó a san Francisco que lo curó y le dijo “¡Buona ventura!”. Es uno de los grandes sabios de la Iglesia, contemporáneo del dominico santo Tomás de Aquino. Fue Superior General de los franciscanos y nombrado cardenal. Un día, fray Gil, uno de los hermanos legos más humildes le preguntó. «Padre Buenaventura, ¿un pobre ignorante como yo, podrá algún día estar tan cerca de Dios, como su Reverencia que es tan inmensamente sabio?». El gran sabio le respondió: «Oh mi querido Fray Gil: si una pobre viejecita ignorante tiene más amor de Dios que Fray Buenaventura, estará más cerca de Dios en la eternidad que Fray Buenaventura».
Día 16: Festividad de la Virgen del Carmen
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Su nombre procede del profeta Elías, pues ofreció muchos sacrificios en el Monte Carmelo, para resolver la gran sequía. El lugar quedó como sagrado y acudían a rezar gentes de generación en generación, y después de la Redención se establecieron varios ermitaños que con el tiempo recibieron el nombre de carmelitas. Así nació después la orden de los Carmelitas, tanto de varones como de mujeres, cuya gran reformadora fue santa Teresa. La Virgen por eso se le representa con el hábito carmelita y con el escapulario. Es una tradición (la aparición de la Virgen del Carmen a san Simón Stock, en 1251) llevar el escapulario del Carmen, pues la Virgen prometió que “el que muera con el escapulario no padecerá el fuego eterno”. Es patrono de los marinos y pescadores.
Día 17: Beata Magdalena de Albrizzi, virgen (1415-1465)
Noble italiana, al morir sus padres se retiró en el convento de Santa Margarita de Como, el cual recibía a las hijas de los nobles. Un día en la portería oyó una voz que le dijo: «Magdalena, dirígete a Brunate, ahí es donde debes retirarte». Así lo hizo. El nuevo convento estaba casi vacío, pero a su llegada empezaron a entrar nuevas vocaciones y siguió la Orden de las Ermitañas de San Agustín. Sobresalió por su espíritu de oración y penitencia.
Día 18: San Arsenio, monje (354-445)
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Fue uno de los monjes más famosos de la antigüedad, hasta el punto de que las gentes viajaban hasta él para escuchar sus consejos. Formó a dos hijos del emperador Teodosio. Un día, en medio de una crisis espiritual, Arsenio en su oración escuchó una voz que decía “Apártese del trato con la gente y váyase a la soledad”.
Día 19: Santas Justa y Rufina, vírgenes y mártires (268 y 270-287)
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Son dos santas sevillanas, que formaban la comunidad cristiana de Hispalis (Sevilla) y habitaban en el hoy barrio de Triana. En aquella época, las mujeres de alta sociedad participaban en los ritos de la diosa siria Salambó, representada por una estatua de barro. Justa y Rufina se encargaban de su comercio de alfarería, cuando pasó la procesión de la diosa. Unas mujeres les pidieron una limosna para la diosa, pero las dos se negaron diciendo: “Nosotras damos culto a Dios, no a este ídolo fabricado, que no tiene ojos, ni mano, ni vida propia”. Añadieron que solo darían dinero para aquellas personas que sufrieran alguna necesidad. Por este motivo fueron encerradas y obligadas con torturas a abandonar la fe cristiana, pero al no conseguirlo el prefecto las encarceló hasta morir.
Día 20: Fiesta del Divino Niño Jesús de Praga

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Es una gran fiesta en Colombia, si bien en otros países se celebra en el mes de septiembre. Es la fiesta al Niño Jesús de Praga, que comenzó con el sacerdote salesiano Padre Juan Rizzo, en Italia. El también salesiano, Padre Raúl Rojas, extendió esta devoción al barrio “20 se Julio” de Bogotá. Al Padre Rojas se le encomendó la construcción de un templo, junto con otros salesianos, pero por su timidez no quiso pedir limosna. Recibió los reproches de sus superiores, y se fue a rezar ante María Auxiliadora que lleva al Niño Jesús en sus brazos. El niño le dijo: «Tranquilo, mañana yo te acompaño y vamos juntos y recogemos la limosna que necesitas para el templo».
Día 21: San Lorenzo de Brindisi, Doctor (1559-1619)

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Fraile franciscano capuchino, ha sido tal vez el más famoso predicador de los capuchinos. Nació en Brindisi, cerca de Nápoles. Tenía una gran memoria y talento. Hablaba seis idiomas y su comunicación al predicar era excepcional. Muchos al oírle lloraban de emoción. Fue superior mundial de los padres capuchinos, y recorrió muchos países animando a los frailes a ser mejores, y servía la mesa a los demás. El Papa lo envió a Checoslovaquia y Alemania, pero los turcos invadieron la zona e intentaron eliminar todo vestigio de catolicismo. El Papa lo envió también como legado suyo a muchos países.
Día 22: Festividad de Santa María Magdalena (siglo I)

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Los Evangelios hablan de tres Marías que se identifican con María Magdalena: la pecadora, una de las mujeres que siguen al Señor y la hermana de Lázaro y Marta. Ese día, 22 de julio, el papa Francisco quiso que litúrgicamente fuera ese día fiesta en todo el mundo y solemnidad litúrgica, reivindicando a esta mujer como la que anuncia el Evangelio, en el contexto de la nueva evangelización. Fue la mujer a la que Jesús perdonó el pecado de adulterio, la que con la Virgen María lloró a los pies de Jesús en casa del fariseo Simón, y “la otra María” que acompañaba al Señor. Tras la Resurrección fue a vivir a Éfeso con la Virgen María y san Juan Evangelista.
Día 23: Santa Brígida de Suecia, fundadora y Patrona de Europa (1303-1373)
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Fue una religiosa de Suecia, mística, escritora y teóloga. Es la santa Patrona de Suecia, de las viudas, y uno de los patronos de Europa. De una familia de jueces y huérfana de madre a los 10 años, la dieron en matrimonio a los 13 años, también con un juez, del que tuvo ocho hijos, entre ellos Catalina de Suecia. Con su marido realizó varias peregrinaciones, como a Santiago de Compostela. Su marido enfermó y Brígida quedó viuda. Repartió sus bienes entre sus herederos y los pobres. Quiso tener el permiso del Papa para fundar una orden religiosa, y para ello fue a Roma. Los papas vivían entonces en Avignon (Francia). Vio el decaimiento espiritual de Roma. En 1368 el papa Urbano V volvió a Roma y aprobó las reglas. Brígida viajó a Tierra Santa y a su regreso a Roma murió santamente en la actual Plaza Farnese. En vida tuvo varias apariciones.
Día 24: San Chárbel Makhlouf, presbítero maronita (1828-1898)

Antoine Mekary | ALETEIA
Sacerdote libanés maronita, era hijo de campesinos. A los 23 años entró en el monasterio maronita de Nuestra Señora de Mayfouk y su madre no quería hasta el punto de que fue a buscarlo en el monasterio. Pero al verlo feliz entendió la vocación de su hijo al que le conminó que si no fuera un buen religioso volviera a casa. Despertó en Chárbel la vocación eremítica y se retiró a la ermita de San Pedro y San Pablo. Dormía sobre el suelo y solo comía una vez al día. Fue un gran amante de la Eucaristía y de la Santísima Virgen. Es patrono de los que sufren en cuerpo y alma.
Día 25: Santiago el Mayor, Apóstol, patrono de España (5 a. d. Cristo-44)

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Es el hijo mayor del Zebedeo y hermano de san Juan Evangelista. Originario de Betsaida, se dedicaba a la pesca con su hermano y su padre. Su nombre real era Jacob, Jacobus en latín, Jacobo, Jaime, Yago, Santiago, son sus derivados. Formó parte de los Doce Apóstoles. Con el tiempo, se convierte en uno de los apóstoles predilectos que Jesús distinguía, junto con san Pedro y su hermano san Juan, pues los llevaba aparte ante los acontecimientos importantes, como en el huerto de Getsemaní, en las Transfiguración, etc. Fue llamado “Hijo del Trueno”. Después de la Resurrección de Cristo, fue enviado a difundir el Evangelio por tierras de occidente, cruzando el mas hasta Hispania, y de allí hasta Galicia. Según la tradición, Santiago hizo discípulos y se le apareció la Virgen del Pilar en Cesaraugusta (hoy Zaragoza), hacia el año 40.
Día 26: Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen Santísima (siglo I)

Wikipedia PD
Son los padres de la Virgen María, según una antigua tradición del siglo II. Son los patronos de todos los abuelos, pues ellos son los abuelos de Jesús, hijo de María. La Sagrada Escritura no dice nada de los padres de la Virgen María, y todo se sabe por la tradición y por el evangelio apócrifo de Santiago. Según estas fuentes Joaquín era galileo y se casó con Ana, nacida en Belén, cuando esta tenía 24 años Los dos vivieron en Nazaret, donde nació su hija María.
Día 27: Beata María Magdalena Martinengo, Virgen (1687-1737)
Religiosa italiana, ingresó en el convento de las franciscanas capuchinas de Santa María de las Nieves en Brescia a los 18 años. Dios la dotó de especiales experiencias místicas y el don de los milagros. Tenía una especial devoción a la coronación de espinas.
Día 28: Beato Stanley Rother, presbítero, mártir (1935-1981)

Archdiocese of Oklahoma City
Fue el primer mártir de los Estados Unidos. Misionero a Nicaragua y traductor de la Biblia al idioma zutuhil, lo asesinó un escuadrón de la extrema derecha y elementos del ejército de Guatemala, el mismo día que soldados guatemaltecos, apoyados por norteamericanos, dieron muerte a 13 personas. Por el Decreto de su Martirio fue beatificado en Oklahoma por el papa Francisco.
Día 29: Santa Marta de Betania, virgen (¿?-84)

Johannes Vermeer | Public Domain | Wikicommons
Vivió en las afueras de Jerusalén, en Betania, con su hermana María y su hermano Lázaro al que Jesús resucitó después de muerto. Según los Evangelios, Marta hospedó a Jesús en su casa y testimonió a Jesús cuando dijo: “Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”. Es patrona de las amas de casa, las cocineras, los hoteleros, del hogar y de las hermanas de la caridad.
Día 30: Santa María de Jesús Sacramentado Venegas (1868-1959)
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Fue la primera santa mexicana. Después de unos Ejercicios Espirituales, formó parte de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, que cuidaban los enfermos en el Hospital del Sagrado Corazón. Trató a los enfermos con la inmensa caridad que obtenía del Corazón de Jesús. Escribió las constituciones de esta congregación y fue su superiora general.
Día 31: San Ignacio de Loyola, presbítero y fundador (1491-1556)
Fue un militar español, que tras caer herido en una batalla en Pamplona, leyó muchos libros espirituales hasta el punto que cambió su vida. Fundó la Compañía de Jesús, de la que fue su primer general. Pronto tuvo muchos adeptos y se distinguió por su absoluta obediencia al Papa, creando el cuarto voto, que es la obediencia al Pontífice. Escribió los Ejercicios Espirituales que tuvieron una repercusión enorme en la espiritualidad de su tiempo y que dura hasta hoy. Fue a Roma, pero antes pasó por Montserrat y Manresa, y luego se dirigió a Tierra Santa. Estudió en París junto con Pedro Fabro y Francisco Javier. En Roma impartió Ejercicios Espirituales y recibió críticas de altos dignatarios, pero el siguió se camino de pobreza y obediencia al Papa. Fue canonizado junto con Francisco Javier, Felipe Neri, Teresa de Jesús e Isidro Labrador el año 1622. Es uno de los santos más grandes de la Iglesia católica.