Luke 21:1-4

Amigos, el Evangelio de hoy nos habla de la viuda pobre que dio su último centavo al tesoro del Templo. Su comportamiento nos tiene que hacer considerar nuestra posesividad por las cosas. ¿Qué nos decimos a nosotros mismos todo el tiempo? Que no estamos contentos porque no tenemos todas las cosas que deberíamos tener o que queremos tener. Lo que sigue después de esto es que la vida se convierte en una búsqueda constante para obtener, adquirir, y alcanzar posesiones.

¿Recuerdas la parábola sobre el hombre rico tonto? Cuando sus graneros se habían llenado con todas sus pertenencias, decidió derribarlos y construir otros más grandes. ¿Por qué es un tonto? Porque (y quiero que lo repitas a ti mismo mientras lo digo) tiene todo lo que necesita en ese momento para ser feliz.

Lo que nos hace feliz siempre está frente a nosotros porque es el amor. El amor desea el bien del otro y nos abre al mundo que nos rodea. El amor no es un sentimiento. Es un acto de voluntad. Es un gran acto de despojo.

Catalina de Alejandría, Santa

Memoria Litúrgica, 25 de noviembre

Por: Redacción | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: Santa Catalina, mártir, que, según la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí (s. inc.)

Breve Biografía

La veneración de los restos de santa Catalina en el monte Sinaí y la celebridad del monasterio ortodoxo que lleva su nombre y que los guarda ha hecho que casi haya disminuido la figura del mismo Moisés. Se la venera tanto en Oriente como en Occidente. Los aficionados al saber la tienen como patrona.

Nada sabemos con certeza histórica del lugar y fecha de su nacimiento. La historia nos tiene velado el nombre de sus padres. Los datos de su muerte, según la «passio», son tardíos y están pletóricos de elementos con los que se ha rellenado los huecos de lo poco que se conoce de su vida con alguna que otra leyenda dorada.

Lo que se sabe es que era una joven de extremada belleza y aún mayor inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y buscadora incansable de la verdad.

Movida por la fe cristiana, se bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Sí, le ha tocado compartir el tiempo con este «hombre semibárbaro, fiera salvaje del Danubio, que habían soltado en las cultas ciudades del Oriente», según lo describe el padre Urbel, o, con términos de Lactancio, «el mundo para él era un juguete». Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus rectos razonamientos.

Enfrentada con los sabios del imperio, descubre sus sofismas e incluso se convierten después de la dialéctica bizantina. Aparece como vencedora en la palestra de la razón y vencida por la fuerza de las armas en el martirio de rueda con cuchillas que llegan a saltar hiriendo a sus propios verdugos y por la espada que corta su cabeza de un tajo.

Sea lo que fuere en cuanto se refiere a la historia comprobable, lo cierto es que la figura de nuestra santa lleva en sí la impronta de lo recto y sublime que es dar la vida por la Verdad que con toda fortaleza se busca y una vez encontrada se posee firmemente hasta la muerte. Esto es lo que atestigua la tradición, la leyenda y el arte.

¡Que bien nos vendrían hoy unas cuantas Catalinas que sepan ser mártires por la Verdad que es lo mismo que ser de Él testigos!

Generosidad

Santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4. Lunes XXXIV del Tiempo Ordinario.

Por: Pablo Méndez, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Ahora que nos acercamos más al Adviento, que pueda yo, Señor, continuar amándote con mi pequeña entrega de amor. Especialmente ahora, que me dispongo para hablar contigo, concédeme la gracia de no desear nada más que encontrarte a ti… ¡Concédeme la gracia de participar del gozo de tu encarnación!

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4

En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En el Evangelio de hoy, Jesús elogia a una viuda pobre que sabe compartir desde lo que ella tiene para vivir.

La imagen que nos presenta este relato no parece ser tan ajena a nuestra realidad; en muchas ocasiones vemos gestos que gozan del aplauso de muchos por los montos que se mueven en favor de diversas causas y personas.

Sin embargo, la mirada de Jesús va más allá y destaca una sencilla, pero radical, donación de quien no anda buscando honores ni prestigio alguno; Jesús tiene ojos para los dos casos, pero su ternura y reconocimiento se posan sobre la solidaridad de la viuda pobre, que es capaz de comprometer su propio sustento con aquello que da; la viuda anónima representa la verdadera espiritualidad de los seguidores de Jesús.

Se dona a sí misma, en una entrega total en las manos de Dios, poniendo en Él toda su confianza, no en las riquezas ni en el poder. No tiene conocimiento de la ley como los escribas, sino que practica la ley del amor. Desde el gesto que Jesús destaca, entre otras cosas, estamos llamados a pensar en lo que debe movernos a compartir, para dar y darnos.

«Los pobres son los que están doblados, como los mendigos que se inclinan para pedir. Pero también es pobre la viuda, que unge con sus dedos las dos moneditas que eran todo lo que tenía ese día para vivir. La unción de esa viuda para dar limosna pasa desapercibida a los ojos de todos, salvo a los de Jesús, que mira con bondad su pequeñez. Con ella el Señor puede cumplir en plenitud su misión de anunciar el evangelio a los pobres. Paradójicamente, la buena noticia de que existe gente así, la escuchan los discípulos. Ella, la mujer generosa, ni se enteró de que “había salido en el Evangelio” —es decir, que su gesto sería publicado en el Evangelio—: el alegre anuncio de que sus acciones “pesan” en el Reino y valen más que todas las riquezas del mundo, ella lo vive desde adentro, como tantas santas y santos “de la puerta de al lado”».

(Homilía de S.S. Francisco, 18 de abril de 2019).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Poner especial atención a los signos de amor de Dios en este día.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir

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Dolors Massot – publicado el 25/11/14 – actualizado el 25/11/24

Una increíble santa del siglo IV de la era cristiana, de la que se cuentan prodigios inimaginables, concedidos por su gran valentía y forma de dar razones de su fe

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Santa Catalina vivió en la Alejandría del siglo IV, gobernada por Maximino Dacio, que se había proclamado Augusto en Oriente.

Nacida en una familia noble, fue una mujer de gran inteligencia. Sus estudios la hicieron destacar, colocándola al nivel de los grandes poetas y filósofos de la época.

Virgen y mártir

Una noche se le apareció Cristo y decidió, en ese momento, consagrarle su vida.

Cuenta la historia que el emperador visitó Alejandría por una fiesta pagana en donde pidió sacrificios a los dioses. Catalina se enfrentó a él, exhortándolo a conocer al verdadero Dios.

El emperador entabló un debate frente a ella, pero perdió, así la mantuvo presa. después llamó a muchos sabios del imperio para que refutaran sus argumentos, pero no pudieron hacerlo, por el contrario, se convirtieron y pidieron el bautismo antes de ser ejecutados en la hoguera.

La santa entonces fue condenada a morir en una rueda con cuchillos. Así suele representarla la iconografía cristiana. Sin embargo, salió ilesa y las piezas sueltas de la máquina mataron a muchos de los presentes.

Por fin, fue decapitada, y de la herida manó leche, signo de su inocencia. En seguida aparecieron unos ángeles que transportaron su cuerpo al monte Sinaí, donde es venerado en el famoso monasterio del monte Sinaí, que también se denomina monasterio de la Transfiguración.

Santa Patrona

Santa Catalina de Alejandría es patrona de las solteras, estudiantes, filósofos, prisioneros, barberos, apologistas, artesanos que usan ruedas en su trabajo, de personas en trance de muerte y quienes de alguna manera dedican su vida al estudio, la enseñanza, el aprendizaje y el saber.

Oración

Santa Catalina de Alejandría, mujer sabia y elocuente:
Quisiéramos parecernos a ti en ese conocimiento admirable de las ciencias y de la fe
para ser testigos de Jesús en el mundo.

Alcánzanos esa fe y esa ciencia para que seamos siempre capaces de dar razones de nuestra creencia y también de nuestra esperanza.

Por Jesucristo Nuestro Señor. 

Amén.