• Matthew 18:12-14
En el Evangelio de hoy Jesús pregunta: “Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve e irá a buscar la extraviada?”. Bien, ¡por supuesto que no! Ningún pastor que se precie de tal pensaría nunca en hacer algo así. Si fueras un pastor, recortarías tus pérdidas. Esa oveja probablemente esté muerta de todas formas si deambuló lo suficientemente lejos.
Pero debemos comprender que Dios es como un pastor loco. El amor de Dios arroja la cautela al viento para buscar la oveja perdida. Podríamos esperar que Dios sea bueno con aquellos que son buenos, y amable con aquellos que siguen sus mandamientos. Aquellos que no los siguen, los que deambulan lejos, están sencillamente perdidos. Dios podría darles unos pocos minutos, pero después estarían por las suyas.
No; Dios es como este pastor excéntrico. Dios ama irracionalmente, arriesgando todo con entusiasmo por encontrar al único que se ha ido lejos. Qué buena noticia: Dios no ama de acuerdo con nuestra estricta justicia, sino de acuerdo a su modo propio y excéntrico.
Hermanos y hermanas, así es Dios: no se queda «tranquilo» si nos alejamos de Él, se aflige, se estremece en lo más íntimo y se pone a buscarnos, hasta que nos vuelve a tener en sus brazos. El Señor no calcula la pérdida y los riesgos, tiene un corazón de padre y madre, y sufre por la ausencia sus hijos amados. “Pero, ¿por qué sufre, si este hijo es un desgraciado, se fue” Sufre, sufre. Dios sufre por nuestra lejanía, y cuando nos perdemos, espera nuestro regreso. Recordemos: Dios nos espera siempre con los brazos abiertos, sea cual sea la situación de la vida en la que nos hayamos perdido. Como dice un salmo, Él no duerme, siempre vela por nosotros. (Ángelus, 11 de septiembre de 2022)
Nicolás de Mira, Santo
Memoria litúrgica, 6 de diciembre
Obispo
Martirologio Romano: San Nicolás, obispo de Mira, en Licia (Turquía), famoso por su santidad y por su intercesión ante el trono de la divina gracia. († s.IV)
También conocido como: San Nicolás de Bari
Breve Biografía
De San Nicolás, obispo de Mira (Licia) en el siglo IV, tenemos muchas noticias, pero es difícil distinguir las pocas auténticas del gran número de leyendas tejidas alrededor de este popularísimo santo, cuya imagen presentan todos los años los comerciantes vestido de «Papá Noel» (Nikolaus en Alemania y Santa Claus en los países anglosajones), un rubicundo anciano de barba larga y blanca, y con un costal lleno de regalos a la espalda.
Su culto se difundió en Europa cuando sus presuntas reliquias fueron llevadas de Mira por 62 soldados bareses y colocadas con grande honor en la catedral de Bari, para evitar que fueran profanadas por los turcos. Era el 9 de mayo de 1087. Las reliquias habían sido precedidas por la fama de gran taumaturgo y por coloridas leyendas. En la Leyenda áurea se lee: «Nicolás nació de ricas y santas personas. Cuando lo bañaron el primer día, se paró solito en la tina…». Era un niño de excelente salud y ya inclinado a la ascética, pues, como añade la Leyenda, el miércoles y el viernes rechazaba la leche materna. Ya más grandecito «rehusaba las diversiones y las vanidades y frecuentaba la iglesia».
Elevado a la dignidad episcopal por sobrenatural inspiración de los obispos reunidos en concilio, el santo pastor se dedicó a su grey, distinguiéndose sobre todo por su gran caridad. «Un vecino suyo, encontrándose en grandísima pobreza, ordenó exponer al pecado a sus tres hijas vírgenes para sacar de ese vil mercado el sustento para él y para sus hijas…”. Para evitar ese despiadado lenocinio, San Nicolás, pasando en la noche por frente de la casa de ese pobre, tres veces echó una bolsa de monedas de oro, y las tres hijas con la dote consiguieron un buen marido. Su patrocinio sobre muchachos y muchachas parece que se debe a otro hecho legendario: el obispo habría inclusive resucitado a tres niños, asesinados por un carnicero para hacer salchichas.
Se narra también que, invocado por algunos marineros durante una furiosa tempestad en el mar, él se les apareció y la tempestad cesó inmediatamente. En efecto, parece que con los marineros tenían cuenta abierta: durante una carestía había obtenido de una nave llena de trigo una buena porción para sus fieles; después, cuando los dueños controlaron el contenido de la nave, encontraron que todo el trigo estaba completo. Tras su muerte se convirtió en el primer santo, no mártir, en gozar de una especial devoción en el Oriente y Occidente. Multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él, desfigurando, a veces, su inminente carácter práctico y sencillo.
Amor que es fundamento
Santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14.
Martes II de Adviento
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Concédeme, Señor, la gracia de la experiencia del amor vivo y personal de mi Padre Dios.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Qué bello es cuando tenemos la experiencia de escuchar a una persona, que apreciamos, hablar de lo que ama y es fundamento para su vida. Esto lo experimentamos con este Evangelio. En el pasaje de hoy contemplamos cómo Jesús nos habla y trasmite, desde lo más íntimo de su corazón, una característica de su Padre y de nuestro Padre. Para ello usa una imagen: el pastor y la oveja descarriada.
¿Qué verdad desea revelarnos el Señor a nuestro corazón? El amor personal y vivo de su Padre a sus hijos. Amor que es fundamento, sentido y plenitud para nuestra vida. Amor que no pude ser olvidado porque cada día somos llamados a experimentarlo. Amor que nunca dejamos de recibir y conocer.
Este amor del Padre se ha hecho carne. El Hijo de Dios ha venido a este mundo como Pastor que va en busca de la oveja y que guía a su rebaño. El Hijo de Dios se ha hecho hombre para hablar a sus hermanos, los hombres, y revelarnos la verdad y el fundamento de nuestra vida: el amor del Padre.
¿Este amor del Padre está presente en mi corazón? ¿Soy consciente y capaz de descubrirlo en el hoy de mi vida? ¿Mi respuesta es mi amor lleno de gratitud y confianza?
«Tú, hombre, no te atrevías a levantar tu cara hacía el cielo, tú bajabas los ojos hacia la tierra, y de repente has recibido la gracia de Cristo: todos tus pecados han sido perdonados. De siervo malo te has convertido en buen hijo… Eleva, pues, los ojos hacia el Padre que te ha rescatado por medio de su hijo y di: Padre nuestro… Pero no reclames ningún privilegio. No es Padre, de manera especial, más que de Cristo, mientras que a nosotros nos ha creado. Di entonces también por medio de la gracia: Padre nuestro, para merecer ser hijo suyo.» (San Ambrosio, sacr.5,19. Catecismo de la Iglesia Católica, N. 2783; cuarta parte: la oración cristiana)
«Los criterios del protocolo final son los criterios de la cercanía, los criterios de esta cercanía total para tocar, compartir la situación del Pueblo de Dios. Y no olvidemos esto: el buen pastor está siempre cerca de la gente, siempre, como Dios nuestro Padre se acercó a nosotros, en Jesucristo hecho carne». (Homilía de S.S. Francisco, 30 de octubre de 2017, en santa Marta)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En un rato de oración ante el Santísimo, agradeceré a Dios el inmenso amor que me tiene, y le pediré que me ayude a amarlo como Él espera.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La grandeza de lo pequeño
Un par de peregrinos tocarán a la puerta de nuestro corazón pidiendo un lugar para que el Hijo de Dios pueda nacer.
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: « Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. »
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: « ¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron. (Lc. 10. 21-24)
“Yo te alabo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y las revelaste a los pequeños.” Estas palabras encierran un misterio y una paradoja para la lógica humana. Los más grandes acontecimientos de su vida, Cristo no los quiso revelar a quienes, según el mundo, son “los sabios y prudentes”. Él tiene una manera diferente para calificar a los hombres.
Para Dios no existen los instruidos y los iletrados, los fuertes y los débiles, los conocedores y los ignorantes. No busca a las personas más capaces de la tierra para darse a conocer, sino a las más pequeñas, pues sólo estas poseen la única sabiduría que tiene valor: la humildad.
Las almas humildes son aquellas que saben descubrir la mano amorosa de Dios en todos los momentos de su vida, y que con amor y resignación se abandonan con todas sus fuerzas a la Providencia divina, conscientes de que son hijos amados de Dios y que jamás se verán defraudadas por Él. La humildad es la llave maestra que abre la puerta de los secretos de Dios. Es la gran ciencia que nos permite conocerle y amarle como Padre, como Hermano, como Amigo.
El adviento es tiempo de preparación, un momento fuerte de ajuste en nuestras vidas. Esforcémonos, pues, por ser almas sencillas, almas humildes que sean la alegría y la recreación de Dios. Cristo niño volverá a nacer en medio de la más profunda humildad como lo hiciera hace más de dos mil años. Un par de peregrinos tocarán a la puerta de nuestro corazón pidiendo un lugar para que el Hijo de Dios pueda nacer. ¿Cómo podremos negarle nuestro corazón a Dios, que nos pide un corazón humilde y sencillo en el cual pueda nacer?
“Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven, porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que oyen, y no lo oyeron.”
San Nicolás de Bari, el verdadero Santa Claus
Desde niño fue muy generoso con los más necesitados…
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Muchos conocen al Santa Claus regordete de la famosa marca de bebidas, sin saber que su imagen fue extraída de un santo muy querido tanto por la Iglesia oriental como por la occidental.
No vivía en el Polo Norte, sino en Mira, la actual localidad turca llamada Demre. Fue obispo de dicha ciudad en el siglo IV, por eso es también llamado san Nicolás de Mira.
¿Y por qué es más conocido por la ciudad italiana de Bari? ¿También era obispo de allí?
No fue obispo de Bari. Acuña el nombre de la ciudad porque cuando Mira fue invadida por los musulmanes, sus reliquias fueron trasladadas en secreto a Italia, donde su fama y popularidad se extendió por todo el mundo.
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San Nicolás el generoso
Desde niño fue muy generoso con los más necesitados, a sus padres decía: «sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto».
Cuando murieron sus padres a causa de una epidemia, quedó como único heredero de una gran fortuna. El santo donó todo a los pobres y se fue a un monasterio.
Las tres jóvenes pobres
Es muy conocida la historia del santo y las tres doncellas pobres. Se dice que en su ciudad había un anciano con tres hijas a las que no lograba casar por su extrema pobreza y no le quedaba otra que ofrecer sus hijas para la prostitución.
El santo, por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró tener la dote para poder casarlas. Quizás sea por eso que la famosa bebida tomó su testimonio para la imagen de su bebida. Era un santo obispo que donaba regalos a los más necesitados. Y viste de rojo como se lo encuentra representado en varios iconos ortodoxos.
Patronazgo
Una leyenda cuenta que un día san Nicolás fue a comer a una taberna y le sirvieron un plato de carne. El santo enfurecido dijo al tabernero que se trataba de carne humana.
De hecho se trataba de carne de tres niños que el malvado carnicero asesinó y que al ver los restos el santo resucitó. Por esta razón san Nicolás es patrono de todos los niños.
Es patrono de los marineros, porque otra leyenda cuenta cómo estando unos marineros en medio de una terrible tempestad en alta mar, empezaron a rezar diciendo: «Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen obispo Nicolás, sálvanos».
Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.
También es patrono de los pescadores, abogados, prostitutas y de tantísimas ciudades sobre todo en Italia.
Lugares de culto
Por supuesto en la ciudad italiana de Bari se encuentra la basílica dedicada en su honor, la Iglesia de san Nicolás en Demre, donde se encuentra la primera sepultura.
Y en Valencia (España), se encuentra una importante iglesia dedicada al santo, que por sus ricos frescos es considerada la segunda Capilla Sixtina.
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Curiosidades
Se dice que a san Nicolás de Bari se le puede pedir por las varias necesidades económicas del hogar.
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Arte y cultura
Generalmente viene representado con el bastón pastoral (símbolo del obispado) y tres bolsas de monedas (o incluso tres bolas de oro) en relación con la leyenda de la dote entregada a las tres doncellas.
La representación actual en traje rojo bordeado de blanco toma origen del poema Una visita de San Nicolás o Cuento de Nochebuena de Clement C. Moore.
Oración de petición a san Nicolás
¡Oh glorioso San Nicolás!
Desde ese hogar de luz, en que gozas de la presencia divina,
vuelve piadoso tus ojos hacia mí,
y alcánzame del Señor aquellas gracias y auxilios que necesito ahora,
tanto espirituales como corporales,
y en particular la gracia (mencionar aquí la intención),
si es que conviene para mi eterna salvación.
Protege también, oh santo obispo, a nuestro Papa, a la Iglesia y a todo el pueblo cristiano. Conduce al camino recto de la salvación a los que viven sumidos en el pecado
o envueltos en las tinieblas de la ignorancia, del error y de la herejía.
Consuela a los afligidos, socorre a los necesitados, conforta a los pusilánimes,
defiende a los oprimidos, asiste a los enfermos;
y haz que todos experimenten los efectos de tu intercesión ante el Señor,
quien es el dispensador de todos los bienes.
Amén.