Referencias Bíblicas
• Mark 2:13-17
• Obispo Barron
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús llama a Mateo para convertirse en discípulo.
Jesús miró a este hombre y dijo simplemente: “Sígueme”. ¿Lo invitó Jesús a Mateo porque este recaudador de impuestos lo merecía? ¿Estaba Jesús respondiendo a algún anhelo oculto en el corazón del pecador? Ciertamente no. La gracia, por definición, viene sin invitación y sin explicación.
En la magnífica pintura de Caravaggio sobre esta escena, Mateo responde a la llamada de Jesús señalándose a sí mismo, incrédulo, y con una expresión burlona, como si dijera: “¿A mí, me quieres?”.
Mateo inmediatamente se levantó y siguió al Señor. ¿Pero a dónde lo siguió? ¡A un banquete! “Mientras Jesús estaba en la mesa de su casa . . .” es lo primero que leemos después que Mateo decide seguirlo. Antes de llamar a Mateo para hacer algo, Jesús lo invita a sentarse en comunión alrededor de una mesa festiva. Erasmo Leiva-Merikakis ha comentado que: “El significado más profundo del discipulado cristiano no es trabajar para Jesús sino estar con Jesús”.
Prisca de Roma, Santa
Mártir, 18 de enero
Por: Ramón Rabre Jordá
Fuente: preguntasantoral.blogspot.com.es
Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Prisca (o Priscila), nombre bajo el cual fue dedicada la basílica edificada en la colina del Aventino (antes de 499).
Etimológicamente: Prisca = “antigua”. Viene de la lengua latina.
Breve Biografía
La passio -que data a lo más del siglo X- carece de verdadero valor histórico, pero es interesante leer, nos dice que Prisca era una niña de 13 años –para la ley romana, una adulta ya- que fue detenida entre un numeroso grupo de cristianos durante la persecución del emperador Claudio II (año 269). El emperador, al verla de tan corta edad, creyó fácil vencerla y la llevó al templo de Apolo para que le quemara incienso en ofrenda. Pero aunque fue abofeteada hasta que le sangró la boca, no tomó el incienso que debía ofrendar. Fue luego encarcelada en una celda rodeada de criminales que la molestaron todo el tiempo, pero eso tampoco logró abatirla. Posteriormente la torturaron quemándola con antorchas y aceite hirviendo, pero ante las protestas de la gente, el emperador mandó encerrarla de nuevo. Durante la noche recibió visitas de sus padres y parientes, que en vano le suplicaron que se salvara. Fue torturada de nuevo, quemada con grasa derretida, desgarrada con uñas de acero, azotada con cuerdas emplomadas y descoyuntada en el potro. La echaron a los leones y éstos no la tocaron, la colgaron por encima de una hoguera y no se quemó. Finalmente la llevaron a las afueras de Roma, en la Vía Ostia, y allí fue decapitada. Fue enterrada en las catacumbas de esa zona, que pasaron a llamarse catacumbas de Santa Priscila.
Las evidencias históricas
Dejando aparte el relato del martirio, que diferencia claramente a una niña mártir romana de nombre Prisca, los documentos más antiguos crean confusiones con una tal Priscila, hasta el punto de hacer creer que hay tres personas distintas llamadas Prisca: una, titular de una iglesia en el Aventino, como dice un epígrafe funerario del siglo V: “Adeodatus presb. Tit. Priscae” (Adeodato, presbítero del título de Prisca). A esta se la llama “fundadora” según los sínodos romanos de 499 y 595. ¿Sería una matrona romana?
En el siglo VIII, esta Prisca pasa a ser confundida con la mujer de Aquila, a quien San Pablo menciona en varias de sus epístolas. Este matrimonio también tenía una iglesia dedicada en Roma.
Y una tercera Prisca es recordada en los Itinerarios del siglo VIII, situada en las catacumbas de Santa Priscila –es muy probable que el lío Prisca-Priscila venga de aquí, cuando en origen son nombres totalmente distintos que simplemente se parecen-. Lo mismo hace el Sacramentario Gregoriano, recordándola el 18 de enero. ¿Sería ésta la mártir?
En cuanto a ella, ya hemos dicho que tiene una iglesia en el Aventino –en cuya “confesión” del altar mayor está ubicada la urna de madera con sus restos- y que debajo apareció una casa romana. La leyenda dice que en ella se hospedó San Pedro y se conserva una antigua pila bautismal donde bautizaba –de hecho allá hay una pintura donde aparece bautizando a Santa Prisca, la matrona romana, tenida por la mártir- pero sin ningún fundamento histórico.
A Priscila, esposa de Aquila, la inscribió Baronio en el Martirologio Romano a 16 de enero, basándose en el Martirologio Jeronimiano. Pero esta Priscila es confundida constantemente entre la mujer de Aquila y la matrona romana y “fundadora” de las catacumbas que llevan su nombre en Roma. A día de hoy, eso es un problema sin resolver.
Lo que si es evidente es que a pesar de lo infundado de su passio, Prisca la mártir, tiene su iglesia y tiene sus reliquias, así como un culto muy temprano.
¡Felicidades a las que lleven este nombre!
“No hay soledad más triste y afligida que la de un hombre sin amigos, sin los cuales el mundo es desierto; el que es incapaz de amistad, más tiene de bestia que de hombre” ( Francis Bacon).
Un hombre como yo
Santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17.
Sábado I de Tiempo Ordinario
Por: Rubén Tornero, LC | Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy gracias de todo corazón por lo que me regalas. Creo en ti, Señor, pero dame Tú la fe que me falta. Espero en ti, pero ayúdame a realmente abandonar mi vida entera en tus manos amorosas. Te amo, Jesús, ayúdame a experimentar el infinito amor que me tienes. Quiero consolar tu corazón y adorarte con mi vida. Gracias, Jesús, por ser quien eres. Por favor, ven a reinar en mi vida y en la de mis hermanos. Cristo Rey Nuestro, ¡venga tu Reino!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?” Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, ¿cómo habrás visto a Mateo?, ¿cómo habrá sido tu voz que con una sola palabra hiciste que un hombre lo dejara todo?
Mateo era un hombre. Un hombre y nada más. No un gran místico, no un fariseo devoto, no un rey poderoso. No, sólo un hombre… ¡Y qué hombre! Un pecador público, un avaro, ladrón y traidor de su patria… sólo un hombre como tantos hombres, un hombre entre tantos hombres…
Quizá ninguno de los que te seguían se hubiera sorprendido de que hubieras llamado a alguien bueno como al joven rico, a Nicodemo o a tu amigo Lázaro… pero ¿a Mateo?, ¿a ese pecador? Sí, Tú lo llamas a él… Como igual me llamas a mí… ¡A MÍ! que tantas veces me creo indigno de tu llamada a la vida, al amor, a la santidad… en particular, Jesús, me llamas a esta última que tantas veces me parece casi inalcanzable…
Sin embargo Tú me llamas a soltar mis seguridades, a dejar mi banco de impuestos, ese pecado que me encadena a las cosas de este mundo, que me hace encerrarme en mí mismo, en mi sacristía, en vez de seguirte con sinceridad y alegría.
San Mateo, intercede por mí para que, al igual que tú, sepa dejar todo lo que me impida seguir al Maestro en una vida cristiana coherente. Que me dé cuenta que Cristo me llama, no por mis méritos, sino porque lo necesito. Pídele a Cristo que me dé la fuerza para responder siempre afirmativamente y con presteza a su llamado a ser un verdadero apóstol de su Reino.
«Todos somos pecadores, todos hemos pecado. Llamando a Mateo, Jesús muestra a los pecadores que no mira su pasado, la condición social, las convenciones exteriores, sino que más bien les abre un futuro nuevo. Una vez escuché un dicho bonito: «No hay santo sin pasado y no hay pecador sin futuro». Esto es lo que hace Jesús. No hay santo sin pasado, ni pecador sin futuro. Basta responder a la invitación con el corazón humilde y sincero. La Iglesia no es una comunidad de perfectos, sino de discípulos en camino, que siguen al Señor porque se reconocen pecadores y necesitados de su perdón. La vida cristiana, entonces, es escuela de humildad que nos abre a la gracia». (Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hacer un pequeño sacrificio para seguir a Cristo más de cerca.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
San Juan Pablo II te da 6 tips para santificar el domingo
El domingo es el día del Señor, por lo tanto, también de descanso. ¿Estás usando bien este día? San Juan Pablo II, nos dice qué hacer y qué no hacer este día.
El domingo es conocido por ser el día de descanso. San Juan Pablo II, se dio a la tarea de explicarnos cómo podemos santificar el día del Señor, por medio de su carta apostólica Dies Domini. En este documento comparte cuáles son las actividades que podemos hacer en este día.
El Papa san Juan Pablo II, explicó el significado que cobra este día para nosotros, hijos de Dios, escribiendo:
«En el cómputo semanal del tiempo, el domingo recuerda el día de la resurrección de Cristo. Es la Pascua que se repite semana tras semana, celebrando la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, el cumplimiento en él de la primera creación y el alba de la ‘nueva creación'».
Por lo tanto, es un día de agradecimiento y regocijo, en el cual debemos aprovechar al máximo y darle el peso que debe tomar este día de la semana tan importante. A continuación te explicamos qué cosas puedes hacer durante el domingo para vivir como se debe.
1 Ir a misa
Aunque este punto pueda parecer obvio para muchos, pasa desapercibido, olvidando el importante hecho de ir a misa, o bien, dejándolo para el final del día, acudiendo a la última misa.
Este punto no debe ser para nada un negociable, al contrario, esta debe ser una de nuestras principales prioridades. Planea con anticipación la hora de misa y procura llegar unos minutos antes para leer las lecturas y ofrecer en oración la Santa Misa.
Pues durante ese día recordamos la Resurrección y «La resurrección de Jesús es el acontecimiento fundamental en el que se apoya la fe cristiana», señala el Papa.
2 Convivencia
San Juan Pablo explica, que el domingo debe estar marcado desde el principio al final, por el recuerdo agradecido y activo de la obra salvífica de Dios, por lo que no solo nos invita a participar en la misa, sino también en la convivencia familiar y social.
Dando pie a las reuniones con el fin de compartir, comunicarse y disfrutar de la compañía.
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3 Santifica tu descanso
¿Exactamente a qué nos referimos con descansar? No significa que este día no te moverás para nada de tu cama. San Juan Pablo II nos invita a hacer actividades recreativas que nos motiven y nos mantengan rejuvenecidos, desde un pícnic, hasta jugar juegos de mesa en familia.
Estas actividades tienen el propósito de descansar de la rutina diaria, como el trabajo, o las obligaciones del hogar.
4 Paseos con propósito
En esta carta apostólica, también encontramos que este día tradicionalmente se usaba para realizar alguna peregrinación o visitar un santuario o sitio de formación y reflexión, por ello también propone retomar este tipo de actividades.
5 Di no a los trabajos innecesarios
Como bien hemos entendido, al ser este un día de descanso, no se recomienda hacer actividades laborales, que sean de otro día, a no ser que esto sea necesario. Existen trabajos que requieren personal durante los domingos, o bien, la persona requiere trabajar este día.
En este caso, busca otro momento de descanso y opta por ir a misa el sábado por la tarde o bien, acude antes o después de tu jornada laboral.
6 Practica obras de misericordia
En su carta Dies Domini, explica que el domingo debe ser también ocasión para que los fieles se dediquen a las obras de misericordia, de caridad y apostolado.
Ya que señala que «¡no hay alegría sin amor! Jesús mismo lo explica, relacionando el ‘mandamiento nuevo’ con el don de la alegría».
Con estas sencillas prácticas podrás vivir un domingo pleno, el cual puedas disfrutar, ofrecer y santificar.
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