JUAN 16:12-15
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús promete enviar al Espíritu Santo para guiar a la Iglesia a través de los tiempos. “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad”.
Jesús es el Hijo, es Dios, y es imposible para nosotros interpretarlo adecuadamente por nuestro propio poder de percepción. Necesitamos un pedagogo divino a través del cual entender lo que nos dice el Padre. Este es el abogado al cual llamamos Espíritu Santo.
Las palabras del Evangelio de hoy son extremadamente profundas ya que hablan no solo de la vida interior de Dios sino también de una dinámica central en la vida de la Iglesia. El Padre, a través del Hijo, habló en plenitud acerca de Su vida, Su ser y la verdad, pero la Iglesia, en sus primeros días, era incapaz de asimilar esto completamente.
Lo que requería (y todavía requiere) es la influencia continua del Espíritu, el intérprete divino de la Palabra, que hace su trabajo de manera gradual y poderosa a medida que la Iglesia viaja a través del espacio y del tiempo.
El Espíritu Santo, luego, como promete Jesús, nos guía «hasta la verdad plena» (Jn 16, 13); nos guía no sólo al encuentro con Jesús, plenitud de la Verdad, sino que nos guía incluso «dentro» de la Verdad, es decir, nos hace entrar en una comunión cada vez más profunda con Jesús, donándonos la inteligencia de las cosas de Dios. Y esto no lo podemos alcanzar con nuestras fuerzas. Si Dios no nos ilumina interiormente, nuestro ser cristiano será superficial. Preguntémonos: ¿estoy abierto a la acción del Espíritu Santo, le pido que me dé luz, me haga más sensible a las cosas de Dios? Esta es una oración que debemos hacer todos los días: «Espíritu Santo haz que mi corazón se abra a la Palabra de Dios, que mi corazón se abra al bien, que mi corazón se abra a la belleza de Dios todos los días». Quisiera hacer una pregunta a todos: ¿cuántos de vosotros rezan todos los días al Espíritu Santo? Serán pocos, pero nosotros debemos satisfacer este deseo de Jesús y rezar todos los días al Espíritu Santo, para que nos abra el corazón hacia Jesús. (Audiencia General, 15 mayo 2013)
Hoy celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, comunidad de amor y del Dios Uno. Es así como nosotros estamos invitados a vivir en el amor y también ser uno en el Dios Amor.
El Evangelio que nos propone la liturgia en esta solemnidad de la Santísima Trinidad, es ante todo, un Evangelio sobre el Espíritu Santo, pero precisamente al tratar de él, descubre el misterio de la Trinidad. El Espíritu no habla de sí mismo, sino que, como enviado del Padre, es su presencia insustituible. El Padre se revela y se da a conocer a través de su Hijo que todo lo que Él tiene es del Hijo.
La Santísima Trinidad es propiamente el mismo Dios que ha entrado en comunión con nosotros. Es el Padre que se ha hecho «nuestro Padre», es el Hijo que se ha hecho nuestro hermano, es el Espíritu que se ha hecho nuestra vida. La Trinidad es el misterio que funda nuestra convivencia. Para vivir ese misterio se requiere que todos seamos «nosotros» delante del Padre que nos convoca, que todos seamos una fraternidad en el Hijo que nos acompaña, y que todos participemos de un mismo sentir, de una misma esperanza y de un mismo amor, de una misma vida gracias al Espíritu que ha sido derramado en nuestros corazones.
SANTO TOMÁS DE AQUINO, el gran teólogo del siglo XIII que utilizó esta idea para aproximarse al Misterio de la Santísima Trinidad. Todas las cosas están interconectadas, porque todas las cosas tienden a hacer imágenes de sí mismas. Se comunican con la realidad. Piensen en los científicos cuánticos de la actualidad. Hablan de los entrelazamientos cuánticos, hablan de acciones raras a distancias. Cuando las partículas subatómicas estuvieron en contacto en un punto, aunque están muy lejos tienen todavía una ciertas influencia entre sí. Todas las cosas están interconectadas porque todas las cosas tienden a hacer imágenes de sí mismas, se comunican con la realidad alrededor de ellas. Paso a Santo Tomás que utilizó esta idea para aproximarse a la SANTÍSIMA TRINIDAD, ¿Cómo LO HIZO? El dice que cuanto más alto te mueves en la Jerarquía de la existencia, este proceso de hacer imágenes se vuelve más perfecto y más interior, así que aceptó el principio de la realidad que tiende a crear imágenes de si misma. Pero dijo que cuanto más alto te mueves en la jerarquía de la existencia, este proceso se vuelve más perfecto y más interior, así que aceptó el principio de la realidad. Me gustaría darles algunos ejemplos de Santo Tomás. Hoy diríamos que son los QUARKS Y LAS PARTÍCULAS SUB ATÓMICAS, pero en la edad Media el nivel más bajo de la existencia, eran los objetos físicos básicos, como las pie, las plantas, los animales, el ser humano. ¿Pero cómo una piedra puede hacer una imagen de sí misma? Una piedra que ha estado depositada en el suelo por largo tiempo, bueno ha creado una imagen de sí misma. Llegamos a los seres humanos y las madres gestan las crias dentro de ellas y aparecen los bebés, que son imágenes nuestras, pero aquí está la diferencia cuántica, los seres humanos son capaces de formar en sus mentes una imagen casi perfecta de ellos mismos. Me estoy refiriendo a esta capacidad de crear un mundo interior. Mi mente puede conocerse así misma. Eso es muy abstracto, pero realmente sucede todo el tiempo. Existe uno que pregunta y existe quien está siendo interrogado.
Piensen en algún instante en este proceso que me he partido en dos SER Y ESPÍRITU. Pienso en algún instante que existe un yo y luego existe otro totalmente extraño allí afuera. No soy yo interrogándome a mi mismo. La mente ha hecho una imagen de sí misma. Escuchen esto CRISTO de un modo extraordinariamente perfecto e interior. La piedra que vimos hacer una imagen de un modo realmente fundamental, un modo básico. Ahora hemos llegadoa un nivel espiritual cuántico en SAN AGUSTÍN se refirió a esto como `MENS` que en su latín significa Mente y luego se refería al mundo interior como ¨NOTITIA SUI¨que significa CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO. El mundo interior por el cual veo el reflejo de sí mismo. Cualquiera que haya seguido una Dirección Espiritual o terapia. Incluso una conversación con un amigo y están intentando conocerse así mismos más minuciosamente, ¿Cierto? Existe un tu que está haciendo la comprensión y luego hay otro TU que está siendo entendido más minuciosamente. Estos son MENS y NOTITIA SUI. La mente y su mundo interior, ¿Ven dónde está yendo SANTO TOMÁS DE AQUINO. Hoy nos estamos volviendo más intensos y más interiores. En esta capacidad de hacer imágenes. AHORA VAYAMOS HASTA LA MISMA CIMA DE LA JERARQUÍA. De la existencia, la causa de todas las cosas, el Creador de todas las cosas, tanto visibles como invisibles. AQUEL que es necesariamente reflejado a todos los niveles de existencia. La causa de todas las cosas. Lo que encontramos dice Santo Tomás de Aquino, es esa realidad que es capaz de hacer una imagen en el modo más perfecto y más interior posible. Y la forma de acceder a este Misterio.
En nuestro modo humano de conocer. En DIOS que es inteligencia suma e infinita. Existe un MENS ¿Cierto? Pero la mente de Dios es capaz de formar una imagen perfecta de si mismo. El mundo interior del PADRE, llamamos a esto HIJO y decimos que el HIJO procede del PADRE. Así como mi mundo interior procede del conocimiento fundamental de Dios y da origen, desde toda la eternidad aun mundo interior. Ahora, ¿de qué naturaleza es esta Imagen? No es como la piedra que puede verse reflejada en un estanque. Nos es como una planta que da origen a otras plantas, no es simplemente como un mamífero que da origen a sus cachorros.
Y no es simplemente como nuestras mentes, que son capaces de eso pero en un nivel muy bajo, incierto. No, NO, desde toda la Eternidad el PADRE genera, produce si se quiere, esta imagen perfecta de sí mismo. La llamamos HIJO. En el Principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era DIOS. Así como mi reflejo no produce dos seres diferentes, así también el reflejo que sucede en Dios, SINO UN DIOS EN ESTAS DOS PERSONAS. EL PADRE Y EL HIJO. ¿Me siguen? Hasta aquí el DOMINGO DE LA SANTISIMA TRINIDAD. NOS FALTA UNO MAS ¿CIERTO? De donde viene la Tercera Persona. Bien desde toda la eternidad el PADRE, totalmente perfecto, totalmente sublime. Da origen a una Imagen que nos es un reflejo ni una reproducción bidimensional, no simplemente otro como un Hijo, sino una imagen perfecta. Por tanto el HIJO es también absolutamente y completamente sublime en todo sentido. ¿Qué SUCEDE cuando el PADRE y el HIJO se miran entre si y viendo su absoluta perfección -EXALAN- una especial AMOR. LLAMAMOS A ESE ALIENTO ESPÍRITU SANTO. EL SOPLO DIVINO EL ESPIRITU SANTO. Hemos escalado la jerarquía de los seres y hemos llegado hasta Aquel que es capaz de comunicarse de modo interior y más perfecto ese es el DIOS TRINITARIO que sin dividirse en TRES es el PADRE, EL HIJO Y ESPIRITU SANTO. Un paso más antes de detenerme. Ustedes dirán de acuerdo eso es abstractamente interesante ¿Pero que cambia para mi?
CAMBIA TODO EN EL MUNDO ¿Porqué? PORQUE ESTA VIDA DIVINA ES COMUNIDAD QUE DIO EL ESPIRITU SANTO, QUE QUIERE COMUNICARSE AHORA EN NOSOTROS. ¿Por qué DIOS crea el Mundo? No por necesidad, DIOS no necesita nada. Dios lo hace partir del puro deseo generoso de comunicarnos su vida. Y con nosotros como creaturas humanas, quiere que nos convirtamos en partícipes de la vida misma que es el ESPÍRITU SANTO. Por eso Dios PSDRE tanto amó al mundo que envió a su propio HIJO, su mundo interior. Todo el camino descendente hasta el límite del Abandono de DIOS para que entonces en el ESPIRITU SANTO todas las cosas que ELLOS comparten pudieran atraer todas las cosas de regreso hacia EL mismo. La TRINIDAD que he descrito tan abstractamente le pone el nombre a lo que está en el Corazón mismo de la VIDA ESPIRITUAL ENTERA Y LA HISTORIA ENTERA DE LA SALVACION. ESPERO QUE ESTO SEA SUFICIENTE PARA QUE UDS. Amen a DIOS uno en TRINIDAD DE amor, DE VIDA SOBRE ESTA MARAVILLOSA FIESTA TEOLÓGICA DE LA SANTÍSIMA
TRINIDAD. CON AMOR A TODOS USTEDES HERMANAS Y HERMANOS DE COMUNIDAD DE JESUS QUE SOMOS UN SOLO CORAZON PARA SERVIR Y AYUDAR A TODOS LOS HERMANOS ENFERMOS Y NECESITADOS.
TOTAL DE SI MISMO. FULTON SHEEN DIJO que el PADRE y el HIJO SE MIRAN ENTRE SI Y VIENDO SU ABSOLUTA PERFECCIÓN EXHALAN UNA ESPECIE DE SUSPIRO DE AMOR.
QUE DESEO PARA CADA UNO DE USTEDES. VEN ESPÍRITU SANTO DE DIOS TRINIDAD.
La Santísima Trinidad
El siguiente domingo después de Pentecostés
Un solo Dios en tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a al celebración del día de la Santísima Trinidad,
Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.
El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre.
Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.
Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.
Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.
Lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés
En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe.
En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.
Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo.
Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto
También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son «vela», pero son distintos entre sí. Hay quienes simbolizan a la Santísima Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas es «trébol» pero son distintas entre sí.
¿Que hacemos al persignarnos? «En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras acciones.
Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.
– En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
-…y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
-…Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo a los mandatos de Jesucristo.
Algunas personas argumentan que no es verdad porque no podemos entender el misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es cierto, no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio. Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo para salvarnos.
El Espíritu de la verdad nos guiará
Santo Evangelio según san Juan 16, 12-15. Santísima Trinidad
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ayúdame a estar abierto a la voz de tu Santo Espíritu; dame la gracia de escuchar y hacer tu voluntad con el amor filial de un hijo que se sabe amado por su padre. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender.
Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Aún tengo muchas cosas que decirles»
No queda mucho tiempo, el Señor debe regresar al Padre y quedan tantas cosas por decir, tantas lecciones que enseñar a los discípulos, tantas dudas que resolver. Pero el Señor, que prometió que nunca nos abandonaría, nos asegura que enviará su Espíritu para que nos guíe y nos instruya.
Dios mismo quiere estar presente en cada instante de nuestras vidas, apoyándonos, guiándonos, dándonos su consejo. Su infinito amor no puede ser expresado en pocas palabras, en unos pocos detalles o actos de amor; el amor de Dios tiene que fluir constante en todo momento, es una fuente que nunca se seca. De aquí que haya «aún muchas cosas por decir», que en otras palabras significa que aún queda mucho amor para dar.
El Espíritu de verdad nos guiará hasta la verdad plena
El Señor nos conoce y sabe que durante el arduo recorrido de nuestras vidas las dudas y los miedos nos asaltan y, en muchas ocasiones, nos hacen perder el control de nuestra barca. Cuántas veces nos hemos visto azotados por la incertidumbre, por esa batalla interior que se desata dentro de nosotros y no nos deja seguir avanzando, por esos miedos que nos impiden progresar. Es en estos momentos en los que más necesitamos de ayuda; es en el sufrimiento cuando más se requiere de un amigo, de un consejero.
Dios responde a nuestras necesidades. Él mismo envía su Espíritu para que nos guíe, para que camine junto a nosotros por los caminos difíciles de la vida. Nosotros sólo tenemos que dejar guiarnos, tomar su mano y caminar, ¿puede haber una mano más confiable a la cual aferrarse? Nos podemos abandonar ciegamente al Señor, no hay guía más experto, no hay amigo más fiel. Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
«Jesús manifiesta al Padre su amor misericordioso y fiel. La verdad encuentra su plena realización en la persona misma de Jesús, en su modo de vivir y de morir, fruto de su relación con el Padre. Esta existencia como hijos de Dios, Él, resucitado, nos la da también a nosotros enviando al Espíritu Santo, que es Espíritu de verdad, que atestigua a nuestro corazón que Dios es nuestro Padre»
(Audiencia de S.S. Francisco, 14 de noviembre de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Poner en las manos del Señor todas mis preocupaciones y situaciones a lo largo del día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La Trinidad nos estimula a vivir con y para los demás
Ángelus del Papa Francisco, 12 de febrero de 2022.
“La Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro. No somos islas, estamos en el mundo para vivir a imagen de Dios: abiertos, necesitados de los demás y necesitados de ayudar a los demás”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este domingo 12 de junio, Solemnidad de la Santísima Trinidad, ante los fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro.
Jesús presenta a las otras dos Personas divinas
Al comentar el Evangelio según San Juan, que la liturgia propone para esta Solemnidad, el Santo Padre señaló que, “Jesús nos presenta en el Evangelio a las otras dos Personas divinas, al Padre y al Espíritu Santo”. Del Espíritu dice: «No hablará de sí mismo, sino que recibirá de lo mío y se los comunicará a ustedes». Y luego, respecto al Padre, dice: «Todo lo que tiene el Padre es mío». “Vemos – indicó el Pontífice – que el Espíritu habla, pero no de sí mismo: anuncia a Jesús y revela al Padre. Y vemos que el Padre, que posee todo porque es el origen de todo, le da al Hijo todo lo que posee, no se queda con nada para sí mismo y se dona enteramente al Hijo”.
Las cosas de las que hablamos y lo que poseemos
Después de reflexionar sobre las relaciones intratrinitarias, el Santo Padre invitó a pasar a nosotros, a las cosas de las que hablamos y a lo que poseemos. “Cuando hablamos, queremos siempre que se hable bien de nosotros y a menudo hablamos de nosotros y de lo que hacemos. ¡Qué diferencia respecto al Espíritu Santo, que habla anunciando a los otros! Y, sobre lo que poseemos – afirmó el Papa –, ¡qué celosos somos y cuánto nos cuesta compartirlo con los demás, incluso con los que carecen de lo necesario! De palabra es fácil, pero luego en la práctica es muy difícil”.
La Santísima Trinidad revolución de nuestra manera de vivir
Por ello, celebrar la Santísima Trinidad, subrayó el Papa Francisco, no es solo un ejercicio teológico, sino una revolución de nuestra manera de vivir. “Dios, en quién cada Persona vive para la otra, no para sí misma, nos estimula a vivir con los demás y para los demás. Hoy – indicó el Pontífice – podemos preguntarnos si nuestra vida refleja el Dios en el que creemos: yo, que profeso la fe en Dios Padre e Hijo y Espíritu Santo, ¿creo verdaderamente que para vivir necesito a los demás, necesito entregarme a los demás, necesito servir a los demás? ¿Lo afirmo de palabra o con la vida?”.
Mostrar al Dios-Amor con los hechos antes que con las palabras
Es por ello, que al Dios trino y uno, indicó el Santo Padre, hay que mostrarlo así, con los hechos antes que con las palabras. “Dios, que es el autor de la vida, se transmite menos a través de los libros y más a través del testimonio de vida. Él, que como escribe el evangelista Juan, «es amor», se revela a través del amor. Pensemos en las personas buenas, generosas, mansas que hemos conocido – señaló el Pontífice – recordando su manera de pensar y actuar podemos tener un pequeño reflejo de Dios-Amor. Y, ¿qué quiere decir amar? No sólo apreciar y hacer el bien, sino antes incluso, en la raíz, acoger a los otros, hacer sitio a los otros, dejar espacio a los otros”.
En cada nombre está la presencia del otro
Para entender mejor esta revelación de Dios-Amor, el Papa Francisco invitó a pensar en los nombres de las Personas divinas que pronunciamos cada vez que hacemos la señal de la cruz: en cada nombre está la presencia del otro. El Padre, por ejemplo, no sería tal sin el Hijo; del mismo modo el Hijo no puede ser pensado por sí solo, sino siempre como Hijo del Padre. Y el Espíritu Santo, a su vez, es Espíritu del Padre y del Hijo.
La Trinidad nos enseña vivir a imagen de Dios: abiertos
“En resumen – concluyó el Papa – la Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro. No somos islas, estamos en el mundo para vivir a imagen de Dios: abiertos, necesitados de los demás y necesitados de ayudar a los demás”. Así pues, hagámonos esta última pregunta: ¿Soy un reflejo de la Trinidad en la vida de todos los días? ¿Se queda la señal de la cruz que hago cada día en un mero gesto ocioso o inspira mi manera de hablar, conocer, responder, juzgar, perdonar? Para poder responder a estas preguntas, el Santo Padre pidió a la Virgen María, hija del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu, que nos ayude a acoger y testimoniar en la vida el misterio de Dios-Amor.
El icono ruso que revela el misterio de la Trinidad
Public Domain via WikiPedia
Estimadísimo tanto por cristianos de Oriente como de Occidente, la de Rublev es una de las imágenes más profundas de la Trinidad jamás producida
«Es lo más absurdo e impropio representar en iconos a Dios Padre con una barba gris y al Hijo Unigénito en Su seno con una paloma entre ellos, porque nadie ha visto al Padre según Su Divinidad, y el Padre no tiene carne […] y el Espíritu Santo no es en esencia una paloma, sino en esencia Dios «(Gran Sínodo de Moscú, 1667).
Para la Iglesia ortodoxa rusa, la representación de la Santísima Trinidad en el arte ha sido un tema de controversia durante los últimos mil años. A pesar de que el Concilio de Nicea en 787 permitió la representación artística de Dios, la Iglesia ortodoxa rusa no estaba satisfecha con las imágenes populares de Dios Padre y Dios Espíritu Santo.
Sentían que el hombre de barba gris y la paloma no podían hacer justicia al insondable misterio del Dios trino. En lugar de estas imágenes difundidas de Dios, eligieron usar el icono de la Trinidad de Andrei Rublev como la manera apropiada de representar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Este icono ruso es difícil de entender para los que no pertenecen a la tradición ortodoxa y a primera vista no parece representar a la Santísima Trinidad.
La escena central del icono proviene del libro de Génesis, cuando Abraham da la bienvenida a tres extranjeros en su tienda.
«Apareciósele Yahveh [a Abraham] en la encina de Mambré … Levantó los ojos y he aquí que había tres individuos parados a su vera. Como los vio acudió desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra … Luego tomó cuajada y leche, junto con el becerro que había aderezado, y se lo presentó, manteniéndose en pie delante de ellos bajo el árbol» (Génesis 18, 1-8).
El icono de Rublev representa esta escena con tres ángeles, similares en apariencia, sentados alrededor de una mesa. En el fondo está la casa de Abraham, así como una encina que se encuentra detrás de los tres invitados.
Mientras que el icono representa esta escena en el Antiguo Testamento, Rublev utilizó el episodio bíblico para hacer una representación visual de la Trinidad que encaja dentro de las estrictas directrices de la Iglesia ortodoxa rusa.
El simbolismo de la imagen es complejo y pretende resumir las creencias teológicas de la Iglesia en la Santísima Trinidad. En primer lugar, los tres ángeles son idénticos en apariencia, lo cual corresponde a la creencia de la unidad de Dios en tres Personas.
Sin embargo, cada ángel lleva una prenda diferente, trayendo a la mente cómo cada Persona de la Trinidad es distinta. El hecho de que Rublev represente a la Trinidad usando ángeles es también un recordatorio de la naturaleza de Dios, que es espíritu puro.
Los ángeles son mostrados de izquierda a derecha en el orden en que profesamos nuestra fe en el Credo: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El primer ángel lleva una ropa interior azul, que simboliza la naturaleza divina de Dios y una prenda púrpura exterior, apuntando a la realeza del Padre.
El segundo ángel es el más familiar, ya que lleva la ropa típicamente usada por Jesús en la iconografía tradicional. El color carmesí simboliza la humanidad de Cristo, mientras que el azul es indicativo de su divinidad. La encina detrás del ángel nos recuerda el árbol de la vida en el Jardín del Edén, así como la cruz sobre la cual Cristo salvó al mundo del pecado de Adán.
El tercer ángel lleva una prenda azul (divinidad), así como una vestidura verde por encima. El color verde apunta hacia la tierra y la misión de renovación del Espíritu Santo. El verde es también el color litúrgico usado en Pentecostés en la tradición ortodoxa y bizantina.
Los dos ángeles a la derecha del icono tienen una cabeza ligeramente inclinada hacia el otro, ilustrando el hecho de que el Hijo y el Espíritu vienen del Padre.
En el centro del icono hay una mesa que se asemeja a un altar. Colocado sobre la mesa hay un tazón o cáliz de oro que contiene el ternero que Abraham preparó para sus invitados y el ángel central parece estar bendiciendo la comida. Todo eso nos recuerda el sacramento de la Eucaristía.
Aunque no es la representación más directa de la Santísima Trinidad, es una de las visualizaciones más profundas jamás producidas. En las tradiciones ortodoxa y bizantina permanece como la principal manera de representar al Dios Trino.
El icono es incluso muy estimado en la Iglesia católica romana y es utilizado con frecuencia por los catequistas para enseñar a otros sobre el misterio de la Trinidad.
La Trinidad es un misterio y siempre lo será mientras estamos en la tierra. Sin embargo, a veces nos vislumbramos algo en la vida divina de Dios, y el icono de Rublev nos permite un breve segundo para mirar detrás del velo.