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Referencias Bíblicas
• John 2:13-22
• Obispo Robert Barron

 

 

Amigos, cuando leemos el pasaje del Evangelio de hoy no debería sorprendernos que Jesús, llegando al punto culminante de Su vida, entre al Templo y termine todo en un alboroto. Él no estaba comportándose como un agitador. Él estaba corrigiendo el uso del Templo para así corregir al pueblo de Israel.

Cuando fue presionado para que diera una señal, dijo que derribaría el Templo y lo reconstruiría en tres días. Estaba hablando, como nos dice Juan, del templo de Su Cuerpo. Estaba diciendo que el antiguo Templo, que había cumplido su propósito relativamente bien, ahora daría paso a un Templo nuevo y definitivo. Su propio Cuerpo, Su propia Persona, es el lugar donde la divinidad y la humanidad se encuentran, y ese es el lugar de correcta alabanza.

 

 

Dedicación de la Basílica de Cristo Salvador

Fiesta Litúrgica, 9 de noviembre

 

 

Por: Redacción | Fuente: Arquidiócesis de Madrid

Fiesta de la dedicación de la basílica lateranense, construida por el emperador Constantino en honor de Cristo Salvador como sede de los obispos de Roma, cuya anual celebración en toda la Iglesia latina es signo del amor y de la unidad con el Romano Pontífice.

Es la catedral del Papa que, al tomar posesión de ella, muestra el supremo poder o potestad eclesiástica de Roma y del mundo

Basílica significa: «Casa del Rey»

De varias maneras se suele denominar este templo: Basílica «Constantiniana,»Del Salvador» y «De San Juan de Letrán». Es la catedral del Papa que, al tomar posesión de ella, muestra el supremo poder o potestad eclesiástica de Roma y del mundo; por ello a esta basílica se llama a sí misma en la escritura de su fachada «madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe».

El nombre de Letrán le viene del palacio que tenían los «Laterani» en el monte Celio desde el siglo I a quienes la autoridad confiscó sus bienes por atreverse a conspirar contra Nerón. Parece ser que pasó a ser propiedad de Fausta, la esposa de Constantino; aconsejada, según dicen, por Osio de Córdoba, lo donó a los Papas para su residencia habitual, como de hecho lo fue a través de bastantes siglos hasta el periodo de Aviñon.


 

 

Pero la longa historia no muy probada o la leyenda une esta basílica a la familia imperial también por otros motivos. Parece ser que el emperador que legalizó a la Iglesia contrajo el terrible e incurable mal de la lepra y fue curado milagrosamente por san Silvestre; en agradecimiento por la recuperación de la salud, entregó los terrenos necesarios para construirla y se prestó a dar la ayuda económica pertinente. Esta es la razón de llamarla también «Constantiniana».

Se sabe que ya en el año 313 hubo en ella un sínodo porque la esposa de Constantino lo cedió al papa Milcíades; que el papa Dámaso fue ordenado en ella y que se dedicó el día 9 de Noviembre del año 324, dándole Silvestre el título de «El Salvador», hasta que en el siglo XIII se le añadieran los de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista.

Este augusto templo ha sido la sede de muchos concilios -más de veinticinco- desde el siglo IV al XVI y, de ellos, cinco han sido ecuménicos.

Allí se firmó, ya en tiempos más cercanos, el Tratado de Letrán, el 11 de marzo de 1929, con el que Pío XI logró la libertad del papa de todo soberano temporal y con ello el libre ejercicio de su misión evangelizadora, firmándolo con Mussolini.

 

 

Esta basílica podría contar una larga serie histórica de virtudes, pero también habla de sacrilegios, saqueos, incendios, terremotos e incluso el abandono de sus papas sobre todo el tiempo del destierro de Aviñon. Buscando un sentido a esos hechos, uno se pregunta si no serán las fuerzas del infierno que se ponen de pie, rabiosas, con la intención de acabar con el templo de piedras que es símbolo del poder espiritual supremo e indefectible en la Iglesia. También hay que decir que tanto el Renacimiento como el barroco dejaron en ella su huella artística perenne y restauradora, y que Sixto V y León XIII la hicieron realmente suntuosa, por no hablar de que hasta allí fue Francisco de Asís en 1210 a solicitar del Papa Inocencio III la aprobación de su Orden.

Cuando con su consagración se dedica a Dios y a su culto, se indica que pasa a ser propiedad y sede de la Majestad divina; con esa ceremonia se indica que pasa a ser «la morada de Dios entre los hombres».

A los católicos, mirándola a ella, se nos hace próximo el misterio de la salvación, pareciéndonos actual aquella escena evangélica en la que Jesucristo llamó a aquel Zaqueo, agarrado a la rama de la higuera, que se siente interpelado por Dios para habitar en su casa y comer con él a pesar de ser sólo un pobre publicano despreciable y pecador.

 

 

Es como si el mismo Dios quisiera darnos a entender que, por medio de todo el culto que allí se realiza la Misa, que es el sacrificio redentor de la Cruz, con los sacramentos, con la escucha de su palabra que se hace actual por la predicación-, quisiera recordarnos su vehemente deseo a los hombres de incorporarnos a Él haciéndonos piedras vivas, bien unidas por la caridad, de su Esposa mística -la Iglesia-como las piedras físicas se unen en la construcción material de la basílica. De hecho, esta idea ya está expresada en el Apocalipsis cuando presenta a la Nueva Jerusalén.

Y ¿por qué no decirlo? La Basílica, con su grandeza y su miseria, es también un símbolo de la Iglesia de todos los tiempos donde hubo, hay y habrá persecuciones y flaquezas, intereses humanos y divinos, política, arte, espíritu, dogma y santidad.

 

 

Tocar la eternidad

Santo Evangelio según San Lucas 16, 9-15.

 

 

Sábado XXXI del Tiempo Ordinario.
Por: Iván Yoed González Aréchiga, LC
Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



Señor, te pido el regalo de crecer en la caridad; de crecer en el interés de amar, de imitarte. Confío en tu ayuda. Confío en tu presencia. Confío en que me acompañas en cada momento.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 16, 9-15



En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: «Con el dinero tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes? No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero». Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaban de Jesús. Pero él les dijo: «Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres; pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres es detestable para Dios».



Palabra del Señor



 

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio



El mensaje de Jesús no es un mensaje terreno. Sin embargo, su mensaje sigue estando dirigido hacia los hombres de la Tierra. Vivimos en el mundo y aquí vino Dios a hacerse hombre. No vino a revelarnos una doctrina humana, sino una divina. Una doctrina que va más allá de todo lo creado, pero sin excluirlo. Una doctrina que, desde aquí, nos lleva hacia Él. Una doctrina que nos enseña un «amo» nuevo. No externo, ajeno o extraño a nosotros, sino uno que puede vivir en nosotros. Un mensaje que podemos «encarnar» en cada instante. Uno que, aunque no es terrenal, tiene su eficacia en el corazón de cada hombre y mujer aquí y ahora.



Podemos vivir llenos de ilusión este mensaje. Jesús nos lo muestra: este mensaje no es solo para disfrutarlo en la vida futura, lo podemos vivir desde ahora. No tenemos que esperar a llegar al cielo para saber qué es la bondad. No tenemos que esperar al cielo para poder experimentar el amor. No tenemos que esperar llegar al cielo para poder apreciar la belleza.



 

En cada instante podemos tocar la eternidad. Cristo nos ofrece su ayuda para poder alcanzarlo. Nos acompaña. Nos regala la libertad para poder quererlo. Viviremos la plenitud en el cielo, pero ya en la tierra podemos descubrirla. El polvo y la ceniza dejarán de ser nuestros amos. Dios se convertirá en el único motivo de nuestro corazón.



«Las riquezas son buenas cuando se ponen al servicio del prójimo, de lo contrario son inicuas. Por tanto, el dinero debe servir, en vez de gobernar. Es un principio clave: el dinero debe servir en vez de gobernar. El dinero es sólo un instrumento técnico de intermediación, de comparación de valores y derechos, de cumplimiento de las obligaciones y de ahorro. Como toda técnica, el dinero no tiene un valor neutro, sino que adquiere valor según la finalidad y las circunstancias en que se usa».
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2016).



Diálogo con Cristo



Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.



Propósito



Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.



Hoy viviré con la actitud de amar en cada instante a Dios y, en Dios, a los demás.



Despedida



¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

Grandes héroes de la fe: El caballero que defendió a la Inmaculada 

Cómo el beato Juan Duns Scoto sigue inspirando hoy según el escritor Claudio de Castro

 

 

«Podía, convenía, luego lo hizo»

De niño fui un gran lector. Me apasionaba leer las historias de los 3 mosqueteros quienes junto al joven gascón D’Artagnan emprendían grandes aventuras. 

En mi mente infantil me imaginaba ser uno de ellos, y con valentía salía junto a D’Artagnan  a defender el honor de alguna dama en apuros.

Uno de mis grandes héroes católicos pudo hacer  esto y dedicó su vida a defender el honor de la más bella de todas las damas. Fue el beato Juan Duns Scoto, sacerdote católico franciscano de la orden de los frailes menores. 

¿Por qué lo considero un héroe? 

Porque fue un gran defensor de la siempre Virgen María y su Inmaculada Concepción. 

Hace unos años hicieron una película maravillosa sobre aquel debate en que defendió a la Inmaculada y triunfó. ¿Llegaste a verla? Está disponible en YouTube. Te la recomiendo 100% No tiene desperdicio.

Se titula: Beato Juan Duns Escoto, OFM. El defensor de la Inmaculada. Película católica.

Sus 4 famosas e impactantes palabras en defensa de la Inmaculada Concepción trascienden en el tiempo igual que sus pensamientos:

«Potuit, decuit, ergo fecit (pudo, convino, luego lo hizo). 

«Dios podía hacer a su Madre Inmaculada, convenía que lo hiciera por su misma honra, luego lo hizo».

«Reza para que permanezcamos fieles al camino de la perfección cristiana y cosechemos las recompensas de la felicidad eterna en el cielo».

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Todos podemos defender a la Virgen

He podido en lo poco salir en defensa de nuestra Madre cuando hablan despectivamente de ella en las redes sociales. Un católico no debe ni puede callar ante el mal. 

Me siento honrado escribiendo sobre ella, nuestra Madre del cielo, la siempre Virgen, la llena de gracia e Inmaculada Concepción.  Le digo a Jesús: «Gracias por darme esta oportunidad».

Me pongo feliz cuando ustedes nos escriben contando sus grandes aventuras en la vida de fe y compartiendo bellos momentos y vivencias con la Madre de nuestro Salvador.

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Me gustaría compartir esta bella historia que recién nos enviaron. 

Qué bonito cuando nos tomamos un tiempo para piropear a la Madre de Jesús y compartimos experiencias.

Ayuda inmediata

«Recuerdo que en aquella ocasión llovió tanto que estaba inundada la calle, no había paso para poder cruzar a tomar el autobús. Iba con mi hijo a dejarlo a la escuela, un joven que necesitaba ser acompañado por su mamá por tener un tipo de condición.

Llegando a la esquina vimos que se nos pasó el camión, y era imposible tomar taxi a esa hora, pues por las inundaciones todos iban apurados y estaban ocupados. 

La calle era un caos por el congestionamiento vehicular.  Sabía que sería imposible para mí conseguir un transporte en estas terribles condiciones.

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Desesperada, llevando mi niño de la mano bajo un paraguas, invoqué a mi Madre Santísima y le imploré que me ayudara. Y de pronto, súbitamente, se acerca un coche.

De la nada se detiene frente a nosotros y nos dice amablemente el conductor: «si gustan puedo llevarlos, y los dejo cerca del lugar a donde van». ¡Supe inmediatamente que fue mi Madre Santísima la que nos ayudó!

Con tanta alegría se lo dije a mi hijo: «¡esto fue gracias a mi Madre Santísima María!».
¡Desde aquel día supe que jamás me dejaría sola, así que siempre pido su ayuda y protección!».

Cantar a María

Quisiera antes de terminar cantar contigo «en voz alta y entusiasmo» una canción para piropear y honrar a nuestra bella Madre Celestial. ¿Te animas? Es una bella canción que aprendimos de niños, una canción de la infancia. 

¿Conoces sus estrofas? A mí me encantan y a veces me nace del alma cantar para agradecer a la Virgen sus cuidados maternales y su protección.

 

 

OH MARÍA, MADRE MÍA, 

oh consuelo del mortal,
amparadme y guiadme
a la Patria Celestial.
Con el ángel de María 
las grandezas celebrad; 
transportados de alegría
sus finezas publicad. 

Me nace del alma exclamar: 

¡¡Viva María!!

Amable lector. ¿Te gustaría compartir con nosotros tus historias de protección de la Virgen María? Te dejo mi email personal. Escríbeme: cv2decastro@hotmail.con
¡Dios te bendiga!