Cuántas veces, en el Evangelio, en la Biblia, encontramos esta frase: “Tuvo compasión”.
Conmovido, Jesús se dedica a la gente y comienza a enseñar (cfr. vv. 33-34).
Parece una contradicción, pero en realidad no lo es.
De hecho, solo el corazón que no se deja secuestrar por la prisa es capaz de conmoverse, es decir, de no dejarse llevar por sí mismo y por las cosas que tiene que hacer, y de darse cuenta de los demás, de sus heridas, de sus necesidades.
La compasión nace de la contemplación. Si aprendemos a descansar de verdad, nos hacemos capaces de compasión verdadera; si cultivamos una mirada contemplativa, llevaremos adelante nuestras actividades sin la actitud rapaz de quien quiere poseer y consumir todo; si nos mantenemos en contacto con el Señor y no anestesiamos la parte más profunda de nuestro ser, las cosas que hemos de hacer no tendrán el poder de dejarnos sin aliento y devorarnos.
Necesitamos —escuchad esto—, necesitamos una “ecología del corazón” compuesta de descanso, contemplación y compasión. (Angelus, 18 julio 2021)
• Mark 6:30-34
Amigos, el Evangelio de hoy nos muestra la compasión de Jesús por la multitud en el desierto.
“Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”.
Este es un punto central para el pueblo de Israel cuando estaban en el desierto, después de la huida de Egipto.
Aislados, solos, asustados y sin comida, clamaban a Moisés por algo.
Vemos personas que se mueren por falta de alimentos, y un profeta que está bajo amenaza de muerte.
Esta multitud alrededor de un Jesús amenazado es una metáfora para la Iglesia.
Hemos venido a Él porque tenemos hambre, y permanecemos aún cuando las cosas se vuelvan sombrías.
Juana de Valois, Santa
Reina de Francia, 4 de febrero
Fundadora de la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María
Martirologio Romano: En Bourges, de Aquitania, santa Juana de Valois, que siendo reina de Francia, al ser declarado nulo su matrimonio con Luis XII se dedicó a servir a Dios, cultivando una especial piedad hacia la Santa Cruz y fundando la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María (1505).
Fecha de canoización: 28 de mayo de 1950 por el Papa Pío XII.
Breve Biografía
No por ser hija del rey de Francia iba a pasarlo muy bien en su vida; más bien se puede asegurar todo lo contrario. El conjunto de su existencia fue una mezcla de los sufrimientos más amargos a los que puede estar abocada una persona. Ni querida, ni rica, ni agasajada -como suele hacerse con los príncipes y princesas- ni galanes, ni fiestas palaciegas. Más bien todo lo contrario. Fue despreciada por su padre el rey por desencanto al esperar un hijo varón y nacerle una hembra. Peor asunto cuando se descubre que a su condición de mujer se añade la fealdad de rostro y, por si fuera poco, hay que añadir la incipiente cojera. «Una cosa así» hay que sacarla de la Corte de los Valois. Será el castillo de Linières su sitio para aprender a bordar. Allí pasará una vida monótona y solitaria sin volver a ver a su madre, Carlota de Saboya, desde los cinco años.
Luis XI es, aunque Valois, un tirano, dueño de vidas y haciendas. Ha querido casar a su hija Juana con Luis de Orleáns porque eso sí entra dentro de su juego y engranajes políticos. Ya lo tiene todo dispuesto. Los Orleáns se niegan a emparentar con la fea, coja y jorobada maltrecha Juana; pero las amenazas de muerte por parte del enojadizo rey son cosa seria y el matrimonio de celebra el 8 de setiembre de 1476 en la capilla de Montrichard, aunque el novio ni hable ni mire a la novia. A partir de este acontecimiento, sólo hay visitas del esposo a la malquerida mujer cuando lo manda el rey.
El duque Luis de Orleáns -el esposo de paja- es levantisco; da con sus huesos en la cárcel por rebeldía y la buena esposa despreciada intercede por él ante su hermano, el nuevo rey Carlos VIII. Inesperadamente sube al trono francés el duque de Orleáns por la muerte repentina de Carlos. Ahora es el rey Luis XII y precipitadamente consigue la anulación del matrimonio.
Ya Juana no es reina, sólo duquesa de Berry. Retirada en Bourges funda la Orden de la Anunciación que honre a la Virgen María, aprenda de ella las virtudes y se desviva por los pobres. Es el año 1504 cuando ella hace su propia profesión para morir en santidad el año 1505. La canonización solemne será en Pentecostés del 1950.
Con añadido de matices y divergencias uno piensa si la verdad de esta vida es susceptible de ser narrada como una real versión de «cenicienta». Hay reyes, príncipes y palacios; abundan los desprecios más que duraderos, notables y bien sufridos; el final es feliz en ambos, si bien el del cuento termina aquí mientras que el verdadero es más radiante; un hada madrina -con varita mágica- hizo un papel fugaz en tanto que la Virgen María prestó su ayuda eficaz.
Cristianos de tiempo completo
Santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34.
Sábado IV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, este sábado quiero orar junto a ti. Enséñame a rezar, como le enseñaste a Jesús cuando era pequeño. Háblame sobre tu Hijo, ayúdame a conocerlo desde tu mirada de madre. Me pongo en tus manos y te ofrezco este día. Guíame y ayúdame a realizar la voluntad de Dios para mí. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Para Jesús no había horario laboral. No existían para él vacaciones. O, más bien, incluso los momentos de descanso venían incluidos en su «trabajo». Hoy mismo leemos en el Evangelio que en su «día de descanso» le rompen los esquemas. En ese lugar apartado le sigue buscando la multitud, y él reajusta sus planes. Se podría decir que su horario laboral eran los demás.
Los apóstoles vieron este acto. ¿Qué percibieron en Jesús? ¿Qué lección aprendieron? Ese día vieron a través del Corazón de Jesús, y nos narran el evento para que nosotros también entremos en este misterio. Para Cristo, la misión era parte de su vida, y no sólo un trabajo. Él se sabía enviado por el Padre, y por amor se entregó de lleno. Sin horarios. Sin reservas.
Seguramente Cristo aprendió esta cualidad en su vida oculta. Lo habrá visto en su casa todos los días: María no tenía un «horario de mamá». Era mamá. Cuando cocinaba o lavaba la ropa, pero también cuando descansaban el sábado o iban a las fiestas de Pascua. No dejaba en ningún instante de ser la madre de Jesús. Más aún, podemos imaginar que Jesús de niño, con su inteligencia humana, habrá tenido un montón de preguntas. Y sabía que podía acudir a cualquier hora del día con su mamá para aprender sobre la levadura, los pastores, las ovejas, las monedas… Podemos perfectamente suponer que María habrá dejado lo demás a un lado, enseñando a Jesús con calma.
Pidamos hoy a María que nos enseñe a ser cristianos «de tiempo completo». Que nos haga como Jesús, quien vivía para hacer descansar a los demás, y él mismo descansaba dándose a cualquiera que se acercaba. Que nos ayude a descubrir que el amor es el descanso del alma.
«El descanso es necesario, así como un tiempo para el ocio y el enriquecimiento personal, pero debemos aprender a descansar de manera que aumente nuestro deseo de servir generosamente. La cercanía a los pobres, a los refugiados, a los inmigrantes, a los enfermos, a los explotados, a los ancianos que sufren la soledad, a los encarcelados y a tantos otros pobres de Dios nos enseñará otro tipo de descanso, más cristiano y generoso». (Homilía de S.S. Francisco, 24 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Procuraré vivir este día unido a Dios por medio de pequeñas oraciones jaculatorias.
Despedida
Te damos gracias, Señor,
por todos tus beneficios,
a ti que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Jesús un comunicador a tiempo completo
Los recursos empleados por Jesús para dirigir adecuadamente su mensaje a todo público
Quienes tenemos la responsabilidad de comunicar siempre nos preguntamos ¿cómo transmitir mejor nuestro mensaje?
Esta pregunta requiere una mayor reflexión cuando el mensaje se trata del evangelio ¿cómo proclamar hoy el mensaje de Jesús? En una sociedad enmarcada por antivalores, por la presión del stress, por el consumismo desmedido, ¿cómo construir un mensaje de salvación, de fe, de esperanza y de caridad? Vamos a identificar en Jesús algunas ideas que nos pueden ayudar.
Situarnos en medio del pueblo y de su historia, es decir, comprender la realidad de nuestra sociedad.
Jesús utilizó un lenguaje directo, apropiado, cargado de una simbología propia de la cotidianidad en la cual creció y vivió; un código acorde con el público al cual dirige su mensaje.
Son las parábolas ejemplo de ésta facilidad que tenía para adaptar su lenguaje sin perder la esencia de su mensaje. Jesús vivió todas las costumbres y actividades de su época, enseñanzas recibidas de sus padres, y en especial su madre, quienes lo instruyeron en la realidad de su contexto histórico. La utilización de las metáforas para sus parábolas surgen de la realidad cotidiana de su época (Willam, 1994). Un mensaje de una gran sencillez; pero a la vez de una gran profundidad doctrinal. Un mensaje que está dirigido al corazón y a la mente de los hombres de su época y que trasciende al hombre de hoy.
Otro aspecto es el carácter preferencial por los marginados. Es el público por excelencia de su mensaje. Era escuchado por una gran diversidad de personas; pero su intención apuntaba a públicos muy concretos: “Bienaventurados los pobres de espíritu… los mansos… los que lloran… los que tienen hambre y sed de justicia… los misericordiosos… los limpios de corazón… los que trabajan por la paz… los perseguidos por causa de la justicia… Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa” (Mt, 5, 3-11)
Su cercanía y actitud con las personas es otro componente que debemos destacar. Jesús sabe escuchar, observar, contemplar y penetrar en lo profundo de los corazones. Escuchó a todas las personas que se le acercaban: a los discípulos, a sus amigos, a los niños, a los soldados, a los cobradores de impuestos, a las prostitutas, a los enfermos, a los que ostentaban el poder político, a los que representaban el poder religioso, al ladrón, en definitiva todo aquel que tuvo un contacto con Jesús encontró un solo mensaje, pero con palabras acordes a su entendimiento y a la voluntad de su mente y alma.
Un mensaje que respetaba la libertad. Jesús era un hombre de diálogo. No importa el tiempo. Él se encontraba con el prójimo y utilizaba el tiempo necesario para dialogar. Cuando leemos los evangelios descubrimos encuentros muy importantes en los cuales Jesús mantenía un diálogo tranquilo, sereno, de una gran escucha y al mismo tiempo de una seguridad en su doctrina y en su mensaje.
Una correcta selección de los canales de comunicación es otra de sus características (Aguirre).
No sólo es la correcta selección de sus palabras, de sus gestos y de sus actos; él sabía seleccionar los espacios para comunicar su mensaje. Su primera predicación la realiza en la sinagoga (Lc 4, 16-30); y seguiría predicando desde lugares en los cuales podía ser escuchado, incluyendo otros territorios: “También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios” (Lc 4, 43).
La Buena Nueva la enseñó utilizando paralelamente otros signos del Reino de los Cielos, los milagros. Otra forma de comunicar el mensaje que avalaba su predicación. En especial la enseñanza correspondiente a la fe, condición necesaria para alcanzar la sanación: “¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado” (Mt 9,22). Jesús es ejemplo de su palabra y quienes están a su alrededor lo conocen por su predicación, sus obras y su testimonio.
En definitiva la misión que Jesús encomienda a sus discípulos es comunicar:
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,19-20). Pero la comunicación de Jesús es un signo de comunión porque además de transmitir la Buena Noticia con sentimiento, con verdad, con sabiduría, “se entrega Él mismo como Palabra viva” (Aguirre: 132).
La vida fraterna
¿Podemos vivir como una gran hermandad? ¿Puede la vida fraterna ser parte de nuestro diario acontecer? ¿Qué tipo de esfuerzo exige de nosotros
Desde siempre la humanidad no ha cesado de soñar con una fraternidad universal que haría de cada uno el hermano del prójimo.
Ese es el ideal que avizoraba ya el pueblo del Antiguo Testamento a través de su búsqueda de comunidades fraternas fundadas en la raza, la sangre, la religión.
Su puesta en práctica tropieza con la dureza de los corazones humanos: Caín, celoso de su hermano, lo mata. Sin embargo, las tradiciones patriarcales nos traen bellos ejemplos y gestos: Abrahám y Lot escapan de las discordias, Jacob se reconcilia con Esaú, José perdona a sus hermanos.
Este sueño se convierte en realidad en Cristo cuando se hace hombre. Esto es lo que revela la Biblia y más particularmente el Nuevo Testamento: Jesús el primer nacido de entre una multitud de hermanos.
Si los primeros cristianos se llaman “hermanos”, no es porque hayan obtenido grandes éxitos o se hayan entendido a la perfección, sino porque, reconciliados en la fe de Cristo, y comulgando con su Cuerpo, encuentran en El, el fundamento y la fuente de su fraternidad.
Su realización terrestre en la Iglesia, por imperfecta que parezca, es signo tangible de su cumplimiento final.
El Apóstol Juan hace del amor fraterno el signo indispensable del amor de Dios.
Todavía hoy, los cristiano se juntan alrededor de un proyecto de vida, llevan una vida fraterna, hecha de respeto en la diferencia, de amor nacido del perdón diario, de aceptación de las debilidades de cada uno.
La oración, la palabra de Dios, la Eucaristía son el alimento espiritual necesario para la profundización y el crecimiento de la fraternidad.
Juntamente, en Iglesia, los cristianos forman la fraternidad humana en marcha hacia el Hombre Nuevo soñado desde sus orígenes.
Vivir en comunidad como los hacen los religiosos (sas), monjes y monjas y también ciertos laicos implica un compromiso personal alrededor de un proyecto de vida que especifica en nombre de quién, para quién y por quién se vive juntos.
La vida fraterna diaria no es siempre fácil de vivir, ( los miembros de la comunidad no son elegidos).
Ella exige un esfuerzo permanente de ser egoístas para vivir una verdadera fraternidad.
Esta vida fraterna, testimonio colectivo de vida evangélica, es posible solamente cuando la sostiene la oración comunitaria y personal.
Santa Genoveva Torres, el «ángel de la soledad»
Con una discapacidad desde sus 13 años, es conocida sobre todo por fundar una orden para atender a mujeres solas
Santa Genoveva Torres Morales nació en Almenara (Castellón, España) el 3 de enero de 1870 y falleció el 5 de enero de 1956.
Fue religiosa y fundó el Instituto de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Ángeles, que tiene como misión ayudar a las mujeres.
A los 8 años quedó huérfana de padre y perdió a cuatro hermanos. Trabajó como empleada del hogar pero a los 13 años le apareció un tumor y se le amputó la pierna. Desde entonces necesitaría muletas para desplazarse.
En 1885 se le llena el cuerpo de llagas y es trasladada a la Casa de la Misericordia de Valencia, que llevan las Carmelitas de la Caridad.
Allí descubre su vocación religiosa y nueve años después pide el ingreso en la Orden Carmelita pero se le deniega a causa de la discapacidad.
Genoveva entiende que el camino que Dios le pide es nuevo en la Iglesia. Funda en 1911 la Sociedad Angélica para mujeres solas, aportando cada una lo que pueda. La iniciativa se expande por España y, pese a su cojera, la madre Genoveva no para de viajar.
En 1953, su obra es reconocida por Roma con carácter universal como Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles.
La madre Genoveva es conocida como «el Ángel de la Soledad».
Fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003 en la plaza de Colón en Madrid.
Santa patrona
Santa Genoveva Morales es patrona de las personas en condición de discapacidad.
Oración
Oh Dios, que regalaste a la religiosa santa Genoveva Torres Morales gracias innumerables escogiéndola como instrumento fiel para combatir la soledad en que viven muchos seres humanos: haz que yo sepa convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, de servir con alegría y sencillez a la Iglesia y a los demás, iluminando los caminos del mundo con la luz de la fe y del amor. Dígnate concederme por su intercesión el favor que te pido… Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.