• Luke 11:27-28
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús transforma la bendición de una mujer para Su madre en una bendición para todos aquellos que obedecen la palabra de Dios. Jesús dio vuelta muchas de las convenciones sociales del momento porque estaba muy preocupado por ubicar el Reino de Dios en la mente de los seguidores.
Para los judíos del siglo I la familia era de suma importancia. Una entusiasta discípula de Jesús da esto por sentado al exclamar: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!”. Pero Jesús relativiza dramáticamente a la familia cuando responde: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
La nueva comunidad del reino es más importante que incluso el sistema social más venerado.
Cuando le damos a la familia una importancia desproporcionada en poco tiempo se vuelve disfuncional.
En otra ocasión, un posible discípulo le dijo a Jesús que estaba dispuesto a seguirlo pero primero le pidió permiso para enterrar a su padre. Jesús le respondió de una manera que sin duda lo escandalizó: “Deja que los muertos entierren a los muertos”. Una vez más vemos que el reino de Dios es de suma importancia.
La palabra de Dios no es «una historieta» para leer, sino una enseñanza que hay que escuchar con el corazón y poner en práctica en la vida diaria. Un compromiso accesible a todos, porque aunque «nosotros la hemos hecho algo difícil», la vida cristiana es «sencilla, sencilla». En efecto, «escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica» son las únicas dos «condiciones» que Jesús pide a quien quiere seguirlo. (…) «Cada vez que abrimos el Evangelio y leemos un pasaje y nos preguntamos: “¿Dios me habla con esto, me dice algo a mí? Y si me dice algo, ¿qué me dice?”». Esto significa «escuchar la palabra de Dios, escucharla con los oídos y escucharla con el corazón, abrir el corazón a la palabra de Dios». Al contrario, «los enemigos de Jesús escuchaban la palabra de Jesús, pero estaban cerca de Él para encontrar un error, para hacerlo tropezar» y hacerle perder «autoridad. Pero no se preguntaban nunca: “¿Qué me dice Dios a mí con esta palabra?”». Además «Dios no sólo habla a todos, sino también a cada uno de nosotros. El Evangelio se escribió para cada uno de nosotros. (…) El Señor «siembra siempre su palabra», y a cambio «pide solamente un corazón abierto para escucharla y buena voluntad para ponerla en práctica. Por eso, entonces, que la oración de hoy sea la del salmo: “Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos”, es decir, por la senda de tu palabra, para que aprenda con tu guía a ponerla en práctica». (Santa Marta del 23 septiembre 2014)
Calixto I, Santo
Papa y Mártir, 14 de octubre
XVI Papa
Martirologio Romano: San Calixto I, papa y mártir, que, cuando era diácono, después de un destierro en la isla de Cerdeña tuvo a su cuidado el cementerio de la vía Apia que lleva su nombre, donde dejó para la posteridad las memorias de mártires, y elegido papa, promovió la recta doctrina, reconcilió benignamente a los apóstatas, terminando su intenso pontificado con la gloria del martirio. En este día se conmemora su sepultura en el cementerio de Calepodio, en la vía Aurelia, en Roma (c. 222).
Etimología: Calixto = Aquel de gran belleza, viene del griego
Breve Biografía
Las catacumbas son una meta obligatoria para los peregrinos y turistas que van a Roma. Particularmente célebres y frecuentadas son las de San Calixto, que el Papa Juan XXIII definió “las más importantes y las más célebres de Roma”. Quedan cerca de las también famosas catacumbas de San Sebastián y de Santa Domitila. Comprenden un área de 400 metros por 300, con cuatro pisos sobrepuestos; se ha calculado que tienen no menos de 20 kilómetros de corredores.
Esta obra colosal recuerda para siempre a San Calixto, porque fue él quien se preocupó por su realización, primero como diácono del Papa Ceferino y después como Papa. Pero este lugar no es precioso sólo por sus dimensiones, sino por el gran número y la importancia de los mártires que fueron “depositados” allí: particularmente célebres son las criptas de Santa Cecilia y la contigua de los Papas Ponciano, Antero, Fabián, etc. Por eso, puede parecer raro que falsee precisamente la de San Calixto que fue quien hizo construir esa cripta.
La tumba de San Calixto se encuentra en el corazón de la antigua y genuina Roma: en la basílica de Santa María en Trastevere, que fue construida por el Papa Julio a mediados del siglo IV, intitulada también a San Calixto.
Calixto nació en Trastevere en la segunda mitad del siglo II, y su padre era un tal Domicio. Era de humilde condición, pero muy apreciado por el correligionario o Carpóforo, que le confió la administración de sus bienes. Pero algo no marchó bien, pues poco después el pobre Calixto fue condenado a hacerle dar vueltas a una rueda de molino para pagar al patrón y a la comunidad cristiana los perjuicios ocasionados. Poco tiempo después Calixto tuvo que soportar otra dura condena, la flagelación y la deportación a Cerdeña, por las acusaciones de los judíos.
La comunidad cristiana lo rescató, incluso con la intervención de Marcia, la concubina de Commodo, y entonces Calixto colaboró con el Papa Víctor y con Ceferino, a quien sucedió como Papa en el 217.
Su elección provocó el cisma de Hipólito, que reprochaba a Calixto su origen servil y sobre todo su flexibilidad con los pecadores. San Calixto tuvo también que luchar contra la herejía sabeliana. Murió “mártir”, no a mano de la autoridad imperial como asegura el Martirologio Romano, sino durante una sublevación popular.
El silencio de Dios
Santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28.
Sábado XXVII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Quiero callar para, en el silencio, poder escucharte.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: «¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!» Pero Jesús le respondió: «Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Ante la exaltación de una mujer de entre el gentío, Jesús, sin mucha introducción, aprovecha para dejarnos otra bienaventuranza: «Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Llama dichosos a los que escuchan y cumplen, es decir, llama dichosos a los que el amor no sólo es una teoría, sino un muy concreto estilo de vida.
Parecería una bienaventuranza muy sencilla, sin embargo, requiere mucha radicalidad pues el escuchar implica callar, requiere atención, exige silencio.
No se trata de un silencio meramente externo, se trata de un silencio ante las cosas superficiales de la vida, un silencio ante el ruido de los problemas sin importancia… un silencio que me permite conocerme y enfrentarme conmigo mismo… un silencio que me permite encontrarme con Dios.
Sólo en ese silencio es como puedo comenzar a distinguir la voz de Dios en mi vida; que me guía, que me consuela, que da seguridad a mis pasos ante los caminos de la vida.
Es en el silencio donde descubro lo que Dios quiere de mi vida y, por lo tanto, lo que más me hace feliz, lo que me hace más pleno… donde descubro la razón de mi existir.
«Dar la vida, tener espíritu de martirio es dar en el propio deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en aquel silencio de la vida cotidiana; dar la vida poco a poco. Sí, como la da una madre que sin temor y con la simplicidad del martirio materno, concibe en su vientre a un hijo, lo da a la luz, lo amamanta, lo hace crecer y lo atiende con afecto. Es dar la vida. Y estas son las madres. Es martirio». Sí, ser madre no significa solamente traer un hijo al mundo, pero es también tomar una decisión de vida, la decisión de dar la vida». (Homilía de S.S. Francisco, 7 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ante el ruido de mi vida cotidiana, pediré al Señor la gracia del silencio interior para así poder escucharle.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
San Calixto I, el Papa de las catacumbas
El patrón de los sepultureros murió mártir en un levantamiento popular contra los cristianos el año 222
Calixto (199-217) es muy conocido por una de las catacumbas más grandes de Roma. Algunas fuentes aseguran que Calixto, antes de convertirse en Papa, era un esclavo y un estafador.
Habiendo huido a Portugal, fue arrestado y devuelto a Roma, donde fue condenado a trabajos forzosos en las minas de Cerdeña.
Al regresar a Roma con motivo de una amnistía, se dedicó a estudiar la religión de Cristo y a predicarla.
Muy pronto se volvió el hombre de confianza de papa san Ceferino que le encomendó la dirección y el cuidado del cementerio de la Via Appia.
Trabajó en las catacumbas casi 20 años, organizándola con una construcción de 4 pisos y 20 km de pasillos.
Allí se encuentran el famoso sepulcro de santa Cecilia y los sepulcros de muchísimos mártires de los primeros siglos.
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Calixto Papa
A la muerte de san Ceferino, Calixto fue nombrado Papa. Convirtió a muchos romanos al cristianismo, curó a varias personas con enfermedades muy graves y defendió a los creyentes perseguidos todo lo que pudo.
Lamentablemente su pontificado atrajo las enemistades de un ala de la comunidad cristiana de Roma que lo acusó falsamente de herejía.
La redención definitiva de esta controvertida figura vino después de su martirio. Calixto fue arrojado a un pozo en el río Tíber, en un levantamiento popular contra los cristianos en 222.
Patronazgo de san Calixto
San Calixto es patrón de los sepultureros
Lugares de Culto
Sus reliquias se encuentran en la Basílica de santa Maria in Trastevere, iglesia fundada por el mismo santo.
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Oración
Atiende, Señor, con bondad las plegarias de tu pueblo y
por la intercesión del papa san Calixto I,
cuyo martirio hoy celebramos,
concédenos la ayuda necesaria para nuestra vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén