Jesús se refiere a sí mismo como “Yo Soy”, el nombre que Dios reveló a Moisés. Reflexionemos entonces sobre este episodio del Éxodo. Mientras cuidaba ovejas en una región montañosa, Moisés ve algo extraño. Un Ángel del Señor se le aparece entre las llamas, ardiendo en un arbusto. Dios lo ve y lo llama por su nombre: “¡Moisés, Moisés! Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Este es un Dios muy familiar, uno que conoce los antepasados de Moisés.
Moisés se atreve a preguntar, “cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?”. Dios dijo a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”. ¿Qué significa eso? Dios está diciendo, en esencia, “No puedo ser definido, descripto o delimitado. No soy un ser, sino más bien el puro acto de ser en sí mismo”.
“Esto les dirás a los israelitas: ‘Yo-soy me envía a ustedes’”. El puro acto de ser en sí mismo no se puede evitar, y no se puede controlar. Solo podemos someternos a él en la fe. ¡Qué impactados y extrañados deben haberse sentido los que oían a Jesús cuando Él tomó este nombre para sí mismo!
DIA SABADO
Hoy celebramos a la Santísima Virgen María como Madre de Dios.
San Ireneo dice que, a lo largo de la historia de la salvación, Dios ha estado probando a la humanidad, gradualmente adaptando la divinidad y la humanidad, preparándose para la Encarnación. Toda esa preparación ha sido un preludio para aquella niña Israelita que dirá sí a la invitación de ser Madre de Dios.
Decir que María es la Madre de Dios es insistir con profundidad en la afirmación de que Dios realmente se hizo humano. Fulton J. Sheen ha dicho que María es como la luna, porque su luz es siempre el reflejo de una luz superior.
La teología católica ha sacado una gran conclusión acerca de María como Madre de Dios, esto es su rol como Madre de la Iglesia. Si ella es la persona a través de la cual nació Cristo, y si la Iglesia es realmente el Cuerpo Místico de Cristo, entonces ella tiene que ser, en un sentido muy real, la Madre de la Iglesia. Ella es la persona a través de la cual Jesús continúa naciendo en los corazones de todos los que creen. Esto no es confundirla con el Salvador, sino insistir en su misión como mediadora e intercesora.
En el Evangelio de ayer escuchamos el Magnificat de la muerte de Santa juliana
—el gran himno de alabanza de María a Yahweh.
El himno comienza con la sencilla declaración: «Mi alma glorifica al Señor». María anuncia aquí que todo su ser está ordenado a la glorificación de Dios. Su ego no quiere nada para sí misma; sólo quiere ser ocasión para honrar a Dios. Pero como Dios no necesita nada, cualquier glorificación que María le brinda vuelve para su beneficio, de modo que ella se magnifica en el mismo acto de magnificarlo. Al entregarse plenamente a Dios, María se convierte en fuente de vida sobreabundante; de hecho, queda embarazada de Dios.
Este extraño y maravilloso ritmo de magnificar y ser magnificada es clave para comprender todo sobre María, desde su maternidad divina, hasta su Asunción e Inmaculada Concepción, y su misión en la vida de la Iglesia.
Reflexionemos se describe a María de esta manera: «Su ego no quiere nada para sí misma; sólo quiere ser ocasión para honrar a Dios». Reflexiona sobre este modelo fundamental de discipulado.
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos llama a reconocerlo como Señor. Reconocer el señorío de Jesús significa que tu vida tiene que cambiar. Para muchos esto es una noticia buena y liberadora. Pero para otros es una tremenda amenaza. Si Jesús es Señor, mi ego no puede ser Señor. Mi religión no puede ser Señor; mi país, mis convicciones y mi cultura no pueden ser Señor.
La Resurrección es la más clara indicación del Señorío de Jesús. Esta es la razón por la cual el mensaje de la Resurrección es atacado, menospreciado o explicado en contrario. El autor de los Hechos de los Apóstoles habla del “violento abuso” que lanzaron contra Pablo. Tengo una pequeña muestra de esto en mis foros de YouTube. Todos debemos esperarlo, especialmente cuando nuestra proclamación es audaz.
Esto revela un gran misterio: estamos llamados a anunciar la Buena Nueva a todos, pero no todos escucharán. Una vez que hayamos hecho nuestro trabajo, debemos seguir adelante y no obsesionarnos con aquellos que no van a escuchar. ¿Por qué algunos responden y otros no? No lo sabemos, en definitiva, eso depende de Dios.
Hugo de Rouen, Santo
Obispo y Abad, 9 de abril
Martirologio Romano: En el monasterio de Jumiéges, en Neustria, hoy en territorio de Francia, san Hugo, obispo de Rouen, el cual gobernó a la vez el cenobio de Fontenelle y las iglesias de París y Bayeux, y finalmente, tras renunciar a estos cargos, estuvo al frente del monasterio de Jumiéges († 730).
Breve Biografía
La historia ha conservado pocos detalles sobre la vida de san Hugo de Rouen, cuya fama se debió principalmente a las nobles familias con las que estaba emparentado. Era hijo de Drogo, duque de Borgoña; nieto paterno de Pipino de Heristal y sobrino de Carlos Martel. Fue nombrado «primicerius» de la iglesia de Metz; más tarde la influencia de su tío Carlos le llevó a ocupar las sedes de París, Rouen y Bayeux, así como los cargos de abad de Fontenelle y Jumiéges. En aquellos tiempos, por desgracia, no era raro que una persona gozase de varios beneficios eclesiásticos; pero Hugo, en vez de enriquecerse con las rentas de sus beneficios, gastó su propia fortuna, que era muy considerable, en enriquecer las iglesias que gobernó. La crónica de Fontenelle, que es nuestra fuente principal, habla largamente de los generosos dones que el santo obispo hizo a la abadía. San Hugo murió en la abadía de Jumiéges, el año 730.
Caminemos con Jesús
Santo Evangelio según san Juan 11, 45-57. Sábado V de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, busco tu rostro; no apartes de ti a tu siervo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 11, 45-57
En aquel tiempo, muchos judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que Jesús, había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y decían: «¿Qué será bueno hacer? Este hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en Él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación».
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: «Ustedes no saben nada; no comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca».
Sin embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de matarlo.
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo, y se decían unos a otros: «¿Qué pasará? ¿No irá a venir a la fiesta?».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Estamos a un paso de revivir el momento cúspide de la misión de Jesús. Hoy recibimos una invitación última para decidir de qué lado estaremos cuando Él recorra el camino al Calvario. La pregunta de los fariseos, ante el escándalo de Jesús, es la misma que nosotros debemos plantearnos en nuestra relación con Él: ¿qué hacemos? Cierto es que Él ha realizado muchos signos en nuestras vidas; no es menos cierto, sin embargo, que quizás han pasado desapercibidos para nosotros, o que incluso nos han llegado a ser incómodos.
Caifás toma su decisión. Conviene que uno muera en vez de todos. Frío cálculo político; mas el amor de Dios escapa todo cálculo. Sin saberlo, el Sumo Sacerdote se volvió profeta en aquel momento. Gracias a que su profecía se cumplió, los hijos de Dios han ido siendo reunidos en un sólo rebaño. Pero aún hay mucho por hacer. El primer paso, no obstante, comienza con nosotros mismos.
Así pues, ¿qué decisión tomamos? ¿Condenamos a cada hombre a su propia suerte o buscamos acompañarlo en medio del drama de sus circunstancias? Después de todo, la fe cristiana no es un simple adorno histórico, sino un constante llamado a obrar aquí y ahora según la medida de Cristo. De qué lado queremos ver a Jesús pasar: ¿del de sus verdugos, o del de sus amigos? Aún hay tiempo para elegir sabiamente.
«Esta actitud contamina todo porque levanta un muro invisible que hace creer que, marginando, separando, aislando, se resolverán mágicamente todos los problemas. Y cuando una sociedad o comunidad se permite esto y lo único que hace es cuchichear, chismear y murmurar, entra en un círculo vicioso de divisiones, reproches y condenas. Curioso, esta gente que no acepta a Jesús así, y lo que nos enseña Jesús, es gente que está peleada siempre entre ellos, se están condenando entre ellos, entre los que se llaman justos. Y además es una actitud de marginación y exclusión, de confrontación que le hace decir irresponsablemente como Caifás: “Mejor que se muera uno por el pueblo, y que no perezca la nación entera”. Mejor que estén guardados todos allí, que no vengan a molestar, nosotros queremos vivir tranquilos. Es duro esto y con esto se tuvo que enfrentar Jesús y con esto nos enfrentamos nosotros hoy. Normalmente el hilo se corta por la parte más fina: la de los pobres y la de los indefensos. Y son los que más sufren estas condenas sociales, que no permiten levantarse. Qué dolor genera ver cuando una sociedad concentra sus energías más en murmurar e indignarse que en luchar y luchar para crear oportunidades y transformación». (Homilía de S.S. Francisco, 25 de enero de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré hacer una visita eucarística para recordarle a Jesús que puede contar con mi corazón para descansar de quienes lo persiguen.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Tengo un hijo distraído ¿qué hago con él?
Vere el mundo desde su mirada para poder guiarlos y educarlos mejor.
Hay muchos motivos por los cuáles nuestros hijos pueden ser distraídos.
Algunos son por naturaleza dispersos y les cuesta poner atención en los detalles.
Otros solo ponen atención en lo que es significativo para ellos.
En otros casos están tan metidos en sus cosas que el resto del mundo puede rodar y ellos no se dan cuenta.
Hay otros casos que son distraídos porque su mente está ocupada en otras cosas como pueden ser problemas familiares o angustias internas.
En realidad, sea cual sea el motivo de la distracción, es muy difícil educar y sacar adelante a nuestros hijos cuando tienen estas características, pero no es imposible, por eso aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos distraídos.
Primero. Capta su atención para dar instrucciones.
Debemos tener claro que los niños y jóvenes dispersos o distraídos en muchas ocasiones parece que te están escuchando pero no lo hacen, incluso pueden contestarte pero no hacerlo conscientemente por eso es de vital importancia lograr captar su atención, toda su atención, para darles cualquier instrucción.
Cuando son pequeños es necesario ponernos a su nivel y verlos a los ojos para estar seguros de que nos hacen caso.
Cuando son más grandes puede llegar a ser necesario tocarlos en el hombro para llamar su atención.
En la adolescencia puede ser importante que hagamos un espacio de tiempo especial para hablar de las cosas importantes.
Lo que es indispensable en cualquier edad es asegurarnos que nos escucharon y que quedó clara la instrucción.
Segundo. Da instrucciones concretas, precisas y con evidencias.
Nosotros podemos colaborar siendo claros al hablar y dando puntos específicos que realizar.
Entre más concreto sea todo, más fácil podrán retenerlo y realizarán las cosas.
También es bueno dejarles un refuerzo gráfico o evidencia de lo que les pedimos, así si olvidasen algo, siempre pueden ir a recordar lo que les falta.
Enunciados cortos y con acciones concretas son lo mejor.
Tercero. Enséñalos a usar instrumentos de apoyo.
Cuando están pequeños nosotros podemos hacerles material de apoyo como son flashcards o tarjetas de colores con dibujos para recuerden las cosa. Incluso podemos hacer un reloj con las horas y dibujos para que se vayan acostumbrando a ser responsables de realizar las labores que les tocan a cada hora.
Conforme crecen podemos inculcarles el uso de las agendas, calendarios, notas, listas para checar los deberes cumplidos, etc.
Al principio será difícil que los usen adecuadamente pero poco a poco y con la práctica, lo harán con naturalidad. Así no confiarán en sus propias fuerzas sino que tendrán un apoyo físico para cumplir con lo que deben.
Cuarto. Logra que lo importante sea también significativo para ellos.
En muchos casos nuestros hijos sólo ponen atención en lo que les interesa, es por eso que debemos lograr que lo importante también sea significativo para ellos.
Para esto podemos apoyarnos de material didáctico para hacerles interesante y atractiva cualquier situación que se presente. Es bueno asociar cada evento con algo importante para nuestros hijos, sobre todo cuando están pequeños, para que pueda ser significativo para ellos. Cuando son más grandes nuestros hijos podemos darles una responsabilidad o un rol especial en cada actividad para que se sientan motivados y pongan atención en lo que hacen.
Y quinto. La empatía es fundamental.
Es necesario saber y tener claro que nuestros hijos distraídos no dejan de hacer las cosas a propósito sino que no ponen atención y pierden la noción del tiempo. Nosotros debemos comprender que nuestros hijos están en formación y tratar de comprender que poco a poco se irán haciendo más responsables. Y nuestros hijos deben comprender que es necesario ser más atentos a lo que les decimos y tratar de encontrar mecanismos para cumplir con lo que deben.
Otro punto importante es tratar de encontrar el porqué de que sean distraídos. Si es por naturaleza será más difícil cambiarlos, pero si hay algún agente externo como alguna preocupación o problema que los mortifique, pues será más sencillo ayudarles ya que podremos tratar de solucionar el problema y ellos mejorarán de manera natural.
Si el problema es difícil de solucionar, podremos trabajar con nuestros hijos para hacerles entender que ellos no son culpables y que si ponen atención en lo que deben hacer será más fácil que colaboren a la solución del problema.
Lo importante es que hagamos empatía y que logremos pensar y sentir como el otro lo hace, así veremos el mundo desde su mirada y podremos guiarlos y educarlos mejor.
En la caridad no hacerse indispensables, sino formar a los colaboradores
Papa Francisco a la Fundación Marcello Candia.
Fuente: Vatican News
Con alegría el Papa Francisco recibió en la mañana de este 8 de abril a los miembros de la Fundación Marcello Candia, que se ocupa principalmente de promover iniciativas en favor de los leprosos, los niños, los enfermos y los pobres de Brasil, con especial referencia a la región amazónica y las regiones del noreste, consideradas las más pobres del país.
Bien insertados en las realidades locales
Fundada en el año 1982, la fundación lleva a cabo su labor con el método y estilo – tal como hizo presente el Papa en su saludo – indicados por San Pablo VI a su fundador. Pensando que pueden ser beneficiosas para todos los que dirigen obras similares”, Francisco quiso retomar dichas indicaciones en su saludo.
En primer lugar, Pablo VI dijo a Candia: «Si construyes un hospital en Brasil, que sea brasileño…». Es decir, bien insertado en la realidad local, implicando a la gente del lugar… ¡Aunque quizá le haya puesto un poco de estilo milanés! «Tengan la precaución -continuó- de evitar cualquier tipo de paternalismo, no imponga sus ideas a los demás, incluso con buenas intenciones».
Como empresario, comentó el Papa, Candia estaba acostumbrado a tomar las decisiones por sí mismo, así que tuvo que aprender a dirigir las cosas de otra manera. Es “una regla general de la caridad”, afirmó, el “trabajar con las personas destinatarias del servicio”.
Formar a los colaboradores, no atar a las personas
El objetivo final indicado por Pablo VI y recordado por Francisco es “que no los necesiten más”: cuando se den cuenta de que el Hospital camina solo, entonces «habrán hecho una verdadera obra de solidaridad humana». Es “una regla sabia” el no atar a las personas y a los trabajos a sí, el no hacerse indispensables, sino “formar a los colaboradores” asegurando la “estabilidad y continuidad” de la obra.
Esto es sabio, ¿eh? Pero muchas veces aquí, incluso nosotros en la Iglesia, encontramos personas de valor, sacerdotes, obispos, pero creen que la historia de la salvación pasa por ellos, que son necesarios… Nadie, nadie es absolutamente necesario. Es necesario para hacer lo que tiene que hacer, y luego, que la historia, Dios dirá si continúo, si viene otro.
La mayor parte del dinero vaya a la gente
De hecho, hizo presente el Papa, la Fundación por sí misma no dirige las obras, sino que apoya a las comunidades locales y a los misioneros en sus iniciativas con los enfermos, los leprosos y las personas en diversas situaciones de necesidad. Y otro mérito que tiene es que los gastos de mantenimiento de la Fundación son mínimos, casi todo se destina a las obras en Brasil.
Y eso es muy importante, porque hay organizaciones y asociaciones que trabajan para hacer el bien, pero tienen una estructura de personas, de cosas que -no exagero- la mitad o el 60% van a pagar sueldos. No, eso no es bueno. El mínimo, para que la mayor parte del dinero vaya a parar a la gente. Esto es importante: manténgalo.
Por todo ello los animó a seguir adelante con el espíritu y el estilo del Venerable Marcello Candia, y al darles su bendición, pidió llevarla a todos los que colaboran tanto en Italia como en Brasil.
Cuaresma, Ayuno ¿De qué?
Sembrando Esperanza III
Ayunen los ojos de toda mirada curiosa…
Ayunen los oídos, no atendiendo a las palabras vanas y a cuanto no sea necesario para la salud del alma…
Ayune la lengua de la difamación y la murmuración, de las palabras vanas, inútiles…
Ayune la mano de estar ociosa y de todas las obras que no sean mandadas.
Pero ayune mucho más el alma misma de los vicios y pecados, y de imponer la propia voluntad y juicio. Pues, sin este ayuno, todos los demás son reprobados por Dios.» (SAN BERNARDO).
Cuaresma, cuarenta días para qué, cuarenta días de qué, tal vez hoy nos podríamos preguntar, ¿Qué es para mi la cuaresma, qué beneficio real trae para mi vida, realmente ejerce ese cambio, la auténtica transformación que mi vida, lo que mi alma necesita hacer para dirigirse a Dios?. Cuarenta días de un camino de intensa preparación espiritual. Queremos volvernos a Dios, queremos acercarnos a la fuente que llene nuestro corazón de paz y esperanza. Dios en su infinita sabiduría a través de la Iglesia nos ofrece unas prácticas sencillas pero eficaces: orar, ayudar y dar limosna.
En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno y oración que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública, antes de hacer visible su entrega hasta dar su vida por los hombres. Leemos en el Evangelio: «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre» (Mt! 4,1-2).
Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19,8), Jesús orando y ayunando se preparó para realizar su misión.
¿Qué valor y qué sentido tiene privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento?
Es una gran ayuda para evitar el pecado.
Es un medio para recuperar la amistad con Dios.
Está presente desde el Génesis en toda la historia de la salvación. «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio» (Gn 2, 16-17).
El verdadero ayuno consiste en cumplir la voluntad del Padre celestial, que «ve en lo secreto y te recompensará» (Mt 6,18). No tener la actitud de los fariseos que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios.
El ayuno y la oración tienen como objetivo vaciar nuestro corazón para llenarlo de algo más valioso, de la presencia de Dios y así adquirir la generosidad para entregar algo de nosotros mismos a nuestros hermanos los hombres, para llevar en nuestra vida, palabras y gestos de bien y de amor, y así ser verdaderos reflejos de Dios en un mundo que busca excluirlo, por eso vivamos esta cuaresma, con la intensión de hacer un verdadero ayuno, una sentida oración y un buscar dar algo a los demás.
Ayuna de juzgar a otros; descubre a Cristo que vive en ellos.
Ayuna de palabras hirientes; llénate de frases sanadoras.
Ayuna de descontento; llénate de gratitud.
Ayuna de enojos; llénate de paciencia.
Ayuna de pesimismo; llénate de esperanza cristiana.
Ayuna de preocupaciones; llénate de confianza en Dios.
Ayuna de quejarte; llénate de aprecio por la maravilla que es la vida.
Ayuna de las presiones que no cesan; llénate de una oración que no cesa.
Ayuna de amargura; llénate de perdón.
Ayuna de darte importancia a ti mismo; llénate de compasión por los demás.
Ayuna de ansiedad sobre tus cosas; comprométete en la propagación del Reino, «porque no se trata de religión sino de amor y compartir la paz verdadera.»
Ayuna de desaliento; llénate del entusiasmo de la fe.
Ayuna de pensamientos mundanos; llénate de las verdades que fundamentan la santidad.
«porque el centrarnos en lo material nos quita la paz y el salir del yo para compartir con los demás simplemente nos llena»
Ayuna de todo lo que te separe de Jesús; llénate de todo lo que a El te acerque.
Así llegarás con un nuevo corazón a celebrar el Evento más grandioso en la historia de la humanidad, la entrega incondicional de Dios hasta dar su vida por ti y por mi y vencer la muerte resucitando.
¿Qué es la Cuaresma? Esto dice la Biblia
La Cuaresma trata de imitar los 40 días de ayuno de Nuestro Señor en el desierto.
La Cuaresma es un periodo de 40 días de preparación a la Pascua (Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo). El inicio de la práctica cuaresmal se dio en el siglo IV d.C., tratando de imitar los 40 días de ayuno de Nuestro Señor en el desierto.
¿Por qué la Cuaresma dura 40 días?
En el Antiguo Testamento el 40 es un número simbólico. El origen de este símbolo aparece claro en el tiempo que Dios determinó, como castigo para el pueblo, que vagaran por el desierto al haber desconfiado de Él (Ver Nm 14,34).
En la Biblia es constante la referencia del número 40 a tiempo, sean días o años. Por ejemplo, todo el libro de los Jueces divide los periodos de ellos en lapsos de 40 años o bien en números relacionados con el 40 como son el 20, media generación, o el 80, dos generaciones.
Algunas referencias bíblicas
Con respecto al simbolismo de los 40 días, es seguro que se trata de un tiempo de prueba, transición o castigo, como lo vemos en los 40 días de lluvia en el diluvio (Ver Gn 7,12). En sentido de tiempo de espera ante la amenaza, están los días que desafió Goliat a los judíos (Ver 1Sam 17,16).
Este número también lo vemos en la travesía del profeta Elías por el desierto (Ver 1Re 19,8). Éste se deseó la muerte ante tanta contrariedad, pero Dios le envió a su ángel para que lo alimentara y pudiera caminar 40 días y noches por el desierto hasta el Horeb. Al final del tiempo de prueba, Elías se encontró con Dios (Ver 1Re 19,9-12). También aparece en el anuncio de Jonás a los Ninivitas (Ver Jo 3,4). Concluyendo: los 40 días que la Iglesia propone para hacer penitencia nos recuerdan un camino de prueba y purificación para aprender a ser fieles a Dios, como lo fue Nuestro Señor Jesucristo al final de sus cuarenta días por el desierto.
Novios… pero solteros
El noviazgo debería ser un tiempo para diseñar juntos el plano para un gran proyecto, para el matrimonio
Actualmente vivimos en una sociedad inmersa en el individualismo, vivimos como si fuéramos habitantes de islas, cada uno en su mundo y espacio, alejados y algo temerosos de construir relaciones profundas y comprometidas. Hoy en día para poder comunicarnos de manera adecuada con otra persona resulta complejo y extraño ¿cuándo fue la última vez que pudiste hacer completamente a un lado la tecnología y sentarte sin pensar en el tiempo o las prisas de la vida y dedicarle tu completa atención a otra persona? Incluso ¿cuándo fue la última vez en la que verdaderamente te sentiste escuchado y atendido en verdad? Tal vez estoy polarizando un poco, sé que hay muchas personas que aún conservan relaciones sanas, pero es una realidad que cada vez parecemos más comunicados pero menos cercanos.
En el noviazgo no es diferente, me ha tocado conocer varias parejas en las que cada uno tiene su propia vida, en la que ambos tienen un “acuerdo silencioso” que dice: no te metas en mis cosas y yo no me meteré en las tuyas, nos queremos y nos acompañamos, pero resulta, que el noviazgo no es tener a un caballero o a una dama de compañía, no es no estar sólo en eventos y sentirse seguro.
Tenemos que entender que el noviazgo significa diseñar juntos el plano para un gran proyecto, para el matrimonio, es conocerse profundamente, los valores, metas y sueños de la otra persona y compartirle los tuyos y así ir uniendo las vidas poco a poco hasta concretarlas en el Sacramento del Matrimonio, o bien, descubrir que no es la persona indicada para ti y habrá que seguir adelante.
¿Cómo podemos ser novios NO solteros?
1. Ten fuerza de voluntad para alejarte de las redes sociales y del celular varios momentos al día y sobre todo cuando se tenga que compartir tiempo con tu pareja.
2. No entres en una relación si no quieres dejar nada de tú vida y la otra persona pasa sólo a ser parte de tu lista de actividades. El compromiso implica renuncias y entrega.
3. Sal de la peligrosa zona del egoísmo, empieza a interesarte en verdad por la otra persona, trata de ver más allá, se empático.
4. Busca espacios en la semana en la que atiendas a alguien de tu familia o amigos que tengas descuidados y compártelo con tu pareja.
5. Has una actividad generosa por alguien necesitado, puedes ir una vez al mes o a la semana a un asilo con tu pareja, no sabes lo que esta experiencias unen.
6. Reza, sean piadosos, si pueden hacerlo juntos ¡mejor! Recuerda que si poner a Dios primero a todo, aprenderás a amar en verdad.
7. Deja de pensar todo el día en ti, empieza a pensar en los demás ¿cómo puedes alegrarle el día a los demás?
8. Conócete a ti mismo y descubre tus limitaciones y virtudes. Todos los días esfuérzate por ser mejor persona que ayer, como decía el P. Tomás Morales “nunca es tarde para estar empezando siempre”.
Así como estas cosas hay muchas más.
No tengas miedo: ¡Comprométete! Vale la pena dar la vida por el amor verdadero.
Santa Casilda, una princesa mora en el cielo
Conoce a la patrona de las enfermedades ginecológicas y la infertilidad
Era una princesa mora, hija del emir de Toledo. Su nombre significa “poesía”. Vivió en el siglo XI.
A escondidas de su padre, santa Casilda llevaba pan a los presos cristianos entre los pliegues de su vestido.
Una vez que unos vigilantes la acecharon y le obligaron a mostrar lo que llevaba, los panes se convirtieron en rosas y Casilda pudo librarse del castigo.
Sufría hipermenorrea (flujo intenso de la menstruación) y para curarse, su padre pidió al rey castellano un permiso para que acudiera a unos pozos medicinales en los lagos de san Vicente, cerca de Briviesca (España).
Allí se curó, pero decidió no regresar a palacio: se quedó para ser bautizada y llevar vida de eremita.
Santa patrona
A santa Casilda se le encomiendan los problemas de fertilidad y las enfermedades ginecológicas. Protege las cosechas, contra truenos y relámpagos, y también de caídas y precipicios.
Oración a santa Casilda (de los Gozos)
Empezaron con tu edad milagrosos los favores,
convirtiendo el pan en flores, tu ferviente caridad,
y pues socorre a afligidos ese corazón amante:
ruega, Casilda, por quien devoto llega a implorarte.