Referencias Bíblicas
• Matthew 10:17-22
• Obispo Robert Barron
Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús predice la futura persecución de sus discípulos. Podemos ver que su palabra profética ha sido cumplida a través de los siglos.
Pensemos en el mismo San Pedro, crucificado boca abajo en el circo de Nerón; o Felicidad y Perpetua, arrojadas a los animales salvajes por no haber negado su fe; o Tomás Moro, que resistió al rey Enrique VIII y lo pagó con la cabeza; o Paul Miki, el jesuita japonés, que fue crucificado por anunciar la fe cristiana; o Miguel Pro, asesinado a tiros por desafiar a un gobierno represivo mexicano, gritando mientras le disparaban: “¡Viva, Cristo Rey!”; o Franz Jägerstätter y Dietrich Bonhoeffer, a quienes el régimen nazi condenó a muerte; o Maximiliano Kolbe, que murió en Auschwitz, tomando voluntariamente el lugar de otro hombre. Y la lista sigue y sigue.
De hecho, los mártires han venido de todos los rincones del mundo y han hablado griego, latín, francés, alemán, inglés, japonés, polaco y muchos otros idiomas. Amigos, este, curiosamente, es el ejército que, a través de los siglos, mueve los cimientos de un mundo caído. Esta es la gran fuerza de lucha que Jesús ha desatado y continúa desatando.
Esteban, Santo
Fiesta Litúrgica, 26 de diciembre
Por: P. Ángel Amo.
Fuente: Catholic.net
Protomártir
Martirologio Romano: Fiesta de san Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espiritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores. († s.I)
Breve Biografía
Se le llama «protomartir» porque tuvo el honor de ser el primer mártir que derramó su sangre por proclamar su fe en Jesucristo.
Después de Pentecostés, los apóstoles dirigieron el anuncio del mensaje cristiano a los más cercanos, a los hebreos, despertando el conflicto por parte de las autoridades religiosas del judaísmo.
Como Cristo, los apóstoles fueron inmediatamente víctimas de la humillación, los azotes y la cárcel, pero tan pronto quedaban libres, continuaban la predicación del Evangelio. La primera comunidad cristiana, para vivir integralmente el precepto de la caridad fraterna, puso todo en común, repartían todos los días cuanto bastaba para el sustento. Cuando la comunidad creció, los apóstoles confiaron el servicio de la asistencia diaria a siete ministros de la caridad, llamados diáconos.
Entre éstos sobresalía el joven Esteban, quien, a más de desempeñar las funciones de administrador de los bienes comunes, no renunciaba a anunciar la buena noticia, y lo hizo con tanto celo y con tanto éxito que los judíos “se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al Sanedrín. Después presentaron testigos falsos, que dijeron: Este hombre no cesa de proferir palabras contra el lugar santo y contra la Ley; pues lo hemos oído decir que este Jesús, el Nazareno, destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés”.
Esteban, como se lee en el capítulo 7 de Los Hechos de los apóstoles, “lleno de gracia y de fortaleza”, se sirvió de su autodefensa para iluminar las mentes de sus adversarios. Primero resumió la historia hebrea desde Abrahán haste Salomón, luego afirmó que no había blasfemado contra Dios ni contra Moisés, ni contra la Ley o el templo. Demostró, efectivamente, que Dios se revela aun fuera del templo, e iba a exponer la doctrina universal de Jesús como última manifestación de Dios, pero sus adversarios no lo dejaron continuar el discurso, porque “lanzando grandes gritos se taparon los oídos…y echándolo fuera de la ciudad, se pusieron a apedrearlo”.
Doblando las rodillas bajo la lluvia de piedras, el primer mártir cristiano repitió las mismas palabras de perdón que Cristo pronunció en la cruz: “Señor, no les imputes este pecado”. En el año 415 el descubrimiento de sus reliquias suscitó gran conmación en el mundo cristiano.
Sí, todos podemos ser mártires
Santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22.
San Esteban Protomártir
Por: Rodrigo Marín, LC
Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, estoy en tu presencia. Gracias por permitirme estar frente a ti. Aumenta mi fe para que crea que Tú eres mi única esperanza. Aumenta mi esperanza para que espere siempre en tu amor. Aumenta mi amor para amarte con la certeza de la fe.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas y los llevarán ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los entreguen, no se preocupen de lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres, y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el final se salvará».
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Mártir?… sólo con escuchar la palabra se eriza la piel. A nadie le gusta ser perseguido, humillado, arrestado y mucho menos asesinado. Jesús no nos da un contrato con letras pequeñas, borrosas o escondidas. No nos dijo: «te la vas a pasar súper bien», o «no vas a tener ningún problema en la vida», o «todos te van a querer y besar la mano»; nos dijo que tendríamos el ciento por uno en esta tierra… con persecuciones.
¿Cómo podemos afrontar este hecho? ¿No sería más fácil, para evitarnos muchos problemas, dejar de ser cristianos o, sin ser tan radicales, ser cristianos de calendario, sólo cuando lo programamos?
Esto fue lo que ha motivado a tantos mártires que han llegado a dar su vida por Cristo. Sabían que acabaría el tiempo de persecución, de calumnias, de cárcel, etc. Sabían que no había comparación con la eternidad que se estaban ganando.
Hoy celebramos a san Esteban que es el primero de una fila interminable de personas que han dado y darán su vida por Cristo. Pongamos nuestro nombre san… mártir en su trabajo por querer ser honesto; san… mártir en su escuela por querer llevar una vida con un corazón puro; san… mártir por amor a Cristo.
Pidámosle a María que nos dé el coraje cristiano. Que nunca perdamos la certeza de que es más grande la recompensa que Dios nos tiene preparada, que cualquier persecución de parte de los hombres.
«Una Iglesia sin mártires es una Iglesia sin Jesús. Son precisamente los mártires los que sostienen y llevan adelante la Iglesia. Y si además los medios de comunicación no lo dicen, porque no son noticia, hoy muchos cristianos en el mundo son bienaventurados porque son perseguidos, insultados, encarcelados sólo por llevar una cruz o por confesar a Jesucristo. Entonces, cuando nosotros nos quejamos si nos falta algo, deberíamos pensar más bien en estos hermanos y hermanas que hoy, en número mayor respecto a los primeros siglos, sufren el martirio». (Homilía de S.S. Francisco, 30 de enero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré una visita a la Eucaristía, o una comunión espiritual donde le pida a Dios la gracia de ser coherente con lo que creo.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Conoces a san Esteban, el primer mártir del cristianismo?
Los Hechos de los Apóstoles dan constancia de san Esteban, el primer mártir de la historia del naciente cristianismo, quien murió por defender su fe en Jesús
San Esteban es conocido como el patrono de los diáconos y de las ciudades de Serbia, Biella y Menorca, entre otras. Pero, ¿acaso sabes su historia? Él vivió en Jerusalén y fue el primero de los siete diáconos elegidos por la comunidad cristiana para ayudar a los apóstoles en el ministerio de la fe. La única fuente de información la podemos encontrar en los Hechos de los Apóstoles. En Hechos 6, 5-6 vemos su llamado al servicio caritativo de los discípulos como diácono y en su martirio.
Lo más importante es que, además de los servicios caritativos, Esteban desempeñó una tarea de evangelización entre sus compatriotas, los «helenistas», presentando, en el nombre de Jesús, una nueva interpretación de Moisés y de la misma Ley de Dios.
San Esteban releyó el Antiguo Testamento a la luz del anuncio de la muerte y de la resurrección de Jesús; esto provocó la antipatía de los judíos, que interpretaron sus palabras como blasfemia y lo condenaron a la lapidación. (Hechos 6, 11-14)
Al asesinato de Esteban, primer mártir de Cristo (protomártir), le siguió una persecución local contra los discípulos de Jesús, esta persecución es considerada la primera en la historia de la Iglesia.
Santo desde la cuna
El 3 de agosto se recuerda la invención de san Esteban, el primer mártir (protomártir) de la Iglesia.
El Códice de Athos le considera santo desde su cuna. Al parecer, el diablo aprovechó que la niñera estaba distraída para llevárselo y dejar en su lugar a un bebé diablo. Pero, el niño Esteban estaba tan bendecido, que los diablos no pudieron llevárselo al infierno y lo abandonaron a la puerta de un judío llamado Julián, que lo educó santamente.
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Milagros por intercesión de san Esteban
El lugar del martirio de Esteban, en Jerusalén, se sitúa tradicionalmente algo más afuera de la Puerta de Damasco, en el norte, donde ahora se encuentra precisamente la iglesia de san Esteban.
Después del descubrimiento del cuerpo de san Esteban en Jerusalén, en 415, comenzaron a ocurrir milagros en sus lugares de culto.
¿Cómo se le representa?
Artísticamente es representado con piedras y la palma del martirio. La iconografía de las iglesias orientales le muestra como un hombre joven, sin barba, con una tonsura, llevando ropas de diácono y, a menudo, sosteniendo una pequeña iglesia.
Una pequeña oración
Dichoso tú, san Esteban: que por proclamar tu amor a Cristo en la tierra te fuiste a acompañarlo a Él en el Cielo.
Haz que seamos muchos, muchísimos los que, con nuestras palabras y buenas obras, nos declaremos amigos y seguidores de Jesús en esta vida y seamos sus compañeros en el gozo eterno del Paraíso.
Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
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