John 16:23b–28
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos da la seguridad de que la oración es respondida: “Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, Él se lo concederá en mi Nombre”.
Ahora, si Dios nunca cambia, ¿de qué sirve pedirle algo? Y si Dios es omnisciente, ¿de qué sirve decirle lo que necesitas? El mismo Jesús que nos dijo que pidamos una y otra vez, también nos dijo que Dios “sabe lo que necesitas antes de preguntarle”.
Una forma de aclarar este problema es recordar aquella metáfora bíblica maestra que se refiere a Dios como un padre. Los padres escuchan constantemente las peticiones de sus hijos, solicitudes persistentes, algunas buenas y otras bastante malas; y padres decentes saben lo que sus hijos necesitan mucho antes que les pidan.
Dios realmente sabe todo acerca de todo y, obviamente, es consciente de lo que necesitamos antes de pedirle; sin embargo, como buen padre, se deleita en escuchar nuestras solicitudes y, como buen padre, no siempre responde de la manera que nos gustaría que lo haga.
Jesús no sólo quiere que recemos como Él reza, sino que nos asegura que, aunque nuestros tentativos de oración sean completamente vanos e ineficaces, siempre podemos contar con su oración. Debemos ser conscientes: Jesús reza por mí. Una vez, un buen obispo me contó que en un momento muy malo de su vida y de una gran prueba, un momento de oscuridad, miró a lo alto de la basílica y vio escrita esta frase: “Yo Pedro rezaré por ti”. Y eso le dio fuerza y consuelo. Y esto sucede cada vez que cada uno de nosotros sabe que Jesús reza por él. Jesús reza por nosotros. Ahora mismo, en este momento. Haced este ejercicio de memoria repitiéndolo. Cuando hay alguna dificultad, cuando estáis en la órbita de las distracciones: Jesús está rezando por mí. Pero, padre ¿eso es verdad? Es verdad, lo dijo Él mismo. No olvidemos que lo que nos sostiene a cada uno de nosotros en la vida es la oración de Jesús por cada uno de nosotros, con nombre, apellido, ante el Padre, enseñándole las heridas que son el precio de nuestra salvación. (…) Sostenidas por la oración de Jesús, nuestras tímidas oraciones se apoyan en alas de águila y suben al cielo. (Audiencia general, 2 junio 2021)
Bernardino de Siena, Santo
Memoria Litúrgica, 20 de mayo
Presbítero
Martirologio Romano: San Bernardino de Siena, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, quien, con la palabra y el ejemplo, fue evangelizando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia y difundió la devoción al santísimo Nombre de Jesús, perseverando infatigablemente en el oficio de la predicación, con gran fruto para las almas, hasta el día de su muerte, que ocurrió en L’Aquila, del Abruzo, en Italia. († 1444)
Etimológicamente: Bernardino = Aquel que es como un fuerte oso, es de origen germánico.
Breve Biografía
Taquigrafiados con un método que inventó un discípulo suyo, los sermones populares de San Bernardino de Siena han llegado hasta nosotros con toda la naturaleza y el estilo rápido y colorido con que los pronunciaba en las diversas plazas italianas. Al releerlos hoy, se descubre en ellos la actualidad de los temas, entre los más recurrentes el de la caridad, la unidad, la armonía y la justicia. Atacaba la avaricia de los nuevos ricos, comerciantes, banqueros, usureros, negociantes: “Sé muy bien que los bienes que tú tienes no son tuyos; Dios los ha dado al mundo para provecho del hombre: no son del hombre, no, sino para las necesidades del hombre”.
Dirigía palabras durísimas a los que “renegaban de Dios por una cabeza de ajo”, y a “las fieras de largas uñas que roen los huesos del pobre”. “Si tú tienes muchos bienes y no tienes necesidad de ellos, y no los regalas y mueres, vas a parar a una casa muy caliente”.
Aun después de su muerte, acaecida en la ciudad de Aquila, en 1444, San Bernardino continuó su obra de pacificación. En efecto, había llegado a esa ciudad casi moribundo y no pudo predicar los sermones que se había propuesto. Como las luchas seguían entre los bandos, su cuerpo comenzó dentro del cajón a echar sangre a borbotones, y el chorro de sangre cesó solamente cuando los ciudadanos de Aquila pactaron la paz. En acción de gracias decretaron la construcción de un magnífico monumento sepulcral, llevado a cabo después por Silvestre de Santiago.
San Bernardino fue canonizado en 1450, es decir, a los seis años de su muerte, y había nacido en 1380 en Massa Marittima, de una noble familia de Siena. Como quedó huérfano de ambos padres, siendo todavía muy niño, lo criaron dos tías. Estudió en Siena hasta los 22 años, y después abandonó la vida mundana para vestir el hábito franciscano. Dentro de la Orden fue uno de los principales propulsores de la reforma de los franciscanos observantes. Difundió la devoción al santísimo nombre de Jesús, y en unas tablitas de madera hizo grabar el monograma “JHS” que le hacía besar al público al final de sus sermones.
Es el santo patrono de: los anunciantes; la publicidad; contra la ronquera; para pedir por los adictos a los juegos de azar; el personal de relaciones públicas; problemas respiratorios; de la diócesis de San Bernardino en California, E.E.U.U., y de Italia.
Te tengo algo mejor
Santo Evangelio según san Juan 16, 23-28. Sábado VI de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Padre nuestro que estás en el cielo… Padre nuestro… Padre…mi Padre.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 23-28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre”.
Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
He pedido, Señor. He pedido y Tú lo sabes, mas, ¿puedo decir que no he recibido? No lo sé, a veces pienso que sí y otras veces no. Aunque siempre que pasa el tiempo me doy cuenta que no sólo me has dado, sino que has derrochado.
Tantas veces se me olvida que eres Padre y yo soy hijo. Siempre das, pero siendo víctima del tiempo a veces es necesario esperar. No es que no respondas o que no escuches… se necesita paciencia; se necesita fe. Se necesita recordar que soy hijo y que Tú eres Padre… un Padre que me ama de verdad.
Pide y se te dará. Cuando me preguntas qué es lo que quiero pedir me siento poseedor de una oportunidad que no quiero desaprovechar. Tú sabes mis necesidades; sabes mis inquietudes, pues siempre estás pendiente. Pide y se te dará…, ¿qué te pido, Señor? ¿Qué te pido que no hayas percibido?
Te he pedido y en ocasiones has contestado inmediatamente… Te he pedido y en ocasiones me has recomendado esperar. Te he pedido y casi siempre me dices: «te tengo algo mejor… algo que ni siquiera puedes imaginar».”
Hoy te pido la gracia de saberme hijo, tu hijo. Creo que sabiendo de verdad esto lo demás… puede esperar.
«La oración auténtica es un salir de nosotros mismos hacia el Padre en nombre de Jesús, es un éxodo de nosotros mismos que se realiza precisamente con la intercesión de Jesús, que ante el Padre le muestra sus llagas. Todo esto nos da confianza, nos da la valentía de rezar, porque sus heridas nos han curado. Éste es el nuevo modo de rezar: con la confianza, con la valentía que nos da la certeza de que Jesús está ante el Padre y le muestra sus llagas; pero también con la humildad para reconocer y encontrar las llagas de Jesús en sus hermanos necesitados. Ésta es nuestra oración en la caridad».
(Homilía de S.S. Francisco, 11 de mayo de 2013, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezar un misterio del rosario pidiéndole a María que nos conceda la gracia de sabernos hijos de Dios y pidamos todo al Padre en el nombre de Jesús.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Mayo: Mes de María
La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.
Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
¿Qué se acostumbra hacer este mes?
- Recordar las apariciones de la Virgen. En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.
- Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:
- Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.
- Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.
- Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.
- Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.
- Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.
María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.
- Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.
María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
- Vivir una devoción real y verdadera a María.
Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
- Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
- Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
- Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.
- Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
- Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.
La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.
Varias oraciones Marianas
- Cantar las canciones dedicadas a María
Que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos
- Treinta días de oración a la Reina del Cielo
- La Anunciación
- La Visita a su prima Isabel
- El Nacimiento de Cristo
- La Presentación del Niño Jesús en el templo
- El Niño Jesús perdido y hallado en el templo
- Las Bodas de Caná
- María al pie de la cruz.
¿Te cuesta promocionar tu negocio? Mira a san Bernardino de Siena
Public Domain | Wikipedia
San Bernardino de Sienna. Foto de una pintura del siglo XVI en el Castillo de Langeais, Francia. Pintor desconocido

Pintura de san Bernardino de Siena de El Greco – Public Domain
Sabía que para transmitir un mensaje importante, hay que usar varios medios diferentes y usarlos con eficacia
Conocido como el Apóstol de Italia, san Bernardino de Siena es famoso por ser uno de los mejores predicadores de todos los tiempos.
Miles de personas acudían en masa a los lugares donde predicaba. Y sus palabras eran tan conmovedoras que las personas se arrepentían de inmediato de sus ofensas.
Entre sus propias pasiones estaba la devoción al Santo Nombre de Jesús. La Enciclopedia Católica explica:
«En todas partes Bernardino convencía a las partes en conflicto de retirar sus armas de los muros de palacios y templos y de escribir en ellos las iniciales ‘I. H. S.’ (…)
En Bolonia, Bernardino logró que un impresor de barajas, que se arruinó a causa de sus sermones en contra del juego, se pudiese ganar la vida imprimiendo y vendiendo esos estandartes.
El deseo de tenerlos era tan grande entre la población, que el impresor pronto amasó una pequeña fortuna».
Patrón de los anunciantes
A lo largo de los siglos ha habido numerosas pinturas que representan a san Bernardino sosteniendo esas cartas, predicando al pueblo sobre el Santo Nombre de Jesús.
Dada la eficacia de su predicación y su convincente empleo de herramientas visuales para atraer a las multitudes, san Bernardino es conocido como el santo patrón de los anunciantes.
Así que, si tienes problemas con la publicidad de tu negocio u organización, reza a san Bernardino de Siena, que sabía que para transmitir un mensaje importante, hay que usar varios medios diferentes y usarlos con eficacia.
Oración
Oh Dios,
que diste al sacerdote san Bernardino de Siena
un gran amor por el Santo Nombre de Jesús,
concédenos por sus méritos y oraciones que siempre ardamos con el espíritu de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
un Dios, por los siglos de los siglos.
San Bernardino de Siena, ¡ruega por nosotros!