DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (CORPUS CHRISTI)
LUCAS 9:11B-17
Nuestro Evangelio de hoy nos habla de cuando Jesús da de comer a cinco mil personas. Jesús instruye a la multitud a reclinarse, y lo hacen sobre el pasto. Tomando los panes y el pescado seco, Jesús ofrece una comida que satisface a una enorme multitud. Están hambrientos, cansados, agotados por los esfuerzos, y Jesús les da sustento para el día.
Para Tomás de Aquino, la gran metáfora de la Eucaristía es el sustento, el viático. La Eucaristía es comida diaria, sustento para el viaje, alimento que nos lleva a través del día a día. ¿Qué tan efectivos seríamos si nunca comiéramos o si sólo comiéramos en ocasiones especiales o ambiente festivo? No muy efectivos. Lo mismo en la vida espiritual, debemos comer y beber o no tendremos fuerzas.
¿Debe esto ser interpretado con un significado simbólico y vago? No, más bien de un modo vivamente analógico. Porque así como el cuerpo necesita alimento físico, el espíritu necesita alimento espiritual y no hay forma de evitar esta regla.
Bueno, ¿piensas que no es gran cosa si me alejo de la Misa y me abstengo de recibir la Comunión? Piensa otra vez.
Jesús puede saciar a todos. Es una gran lección para nosotros. Nos dice que el Señor puede hacer mucho con lo poco que ponemos a su disposición. Sería bueno preguntarnos todos los días: “¿Qué le llevo hoy a Jesús?”.
Él puede hacer mucho con una oración nuestra, con un gesto nuestro de caridad hacia los demás, incluso con nuestra miseria entregada a su misericordia. Nuestras pequeñeces a Jesús, y Él hace milagros. A Dios le encanta actuar así: hace grandes cosas a partir de las pequeñas, de las gratuitas. (Ángelus, 25 julio 2021)
Jesús, a través de unos pocos panes y unos pocos peces nos da la gran lección de partir, compartir y repartir, que en el fondo es lo que hizo Él mismo para con todos nosotros cuando nos dejó su Cuerpo y su Sangre y lo hizo para que todos comiéramos y bebiéramos de Él dejándonos el encargo que siempre que lo hiciéramos, lo haríamos en memoria suya.
Hoy es el día más grande para el corazón de un cristiano, porque la Iglesia, después de festejar el Jueves Santo la institución de la Eucaristía, busca ahora la exaltación de este augusto Sacramento, tratando de que todos lo adoremos ilimitadamente.
«Quantum potes, tantum aude…», «atrévete todo lo que puedas»: ésta es la invitación que nos hace santo Tomás de Aquino en un maravilloso himno de alabanza a la Eucaristía. Y esta invitación resume admirablemente cuáles tienen que ser los sentimientos de nuestro corazón ante la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Todo lo que podamos hacer es poco para intentar corresponder a una entrega tan humilde, tan escondida, tan impresionante. El Creador de cielos y tierra se esconde en las especies sacramentales y se nos ofrece como alimento de nuestras almas. Es el pan de los ángeles y el alimento de los que estamos en camino. Y es un pan que se nos da en abundancia, como se distribuyó sin tasa el pan milagrosamente multiplicado por Jesús para evitar el desfallecimiento de los que le seguían: «Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos» (Lc 9,17).
Ante esa sobreabundancia de amor, debería ser imposible una respuesta remisa. Una mirada de fe, atenta y profunda, a este divino Sacramento, deja paso necesariamente a una oración agradecida y a un encendimiento del corazón. San Josemaría solía hacerse eco en su predicación de las palabras que un anciano y piadoso prelado dirigía a sus sacerdotes: «Tratádmelo bien».
Un rápido examen de conciencia nos ayudará a advertir qué debemos hacer para tratar con más delicadeza a Jesús Sacramentado: la limpieza de nuestra alma —siempre debe estar en gracia para recibirle—, la corrección en el modo de vestir —como señal exterior de amor y reverencia—, la frecuencia con la que nos acercamos a recibirlo, las veces que vamos a visitarlo en el Sagrario… Deberían ser incontables los detalles con el Señor en la Eucaristía. Luchemos por recibir y por tratar a Jesús Sacramentado con la pureza, humildad y devoción de su Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.
«Alimentó a la muchedumbre cuando ya declinaba la tarde, esto es, cuando ya se acerca el fin de los tiempos, o cuando el Sol de Justicia iba a morir por nosotros» (San Beda el Venerable)
- «El Señor desea que todos los seres humanos se alimenten de la Eucaristía. Hoy, fiesta del Corpus Christi, con la procesión y la adoración común de la Eucaristía, se llama la atención hacia el hecho de que Cristo se inmoló por la humanidad entera» (Benedicto XVI)
- «Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los panes por medio de sus discípulos para alimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan de su Eucaristía» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.335)
El Pan que da la vida
Santo Evangelio según san Lucas 9, 11-17. Corpus Christi
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, sé que estás aquí. No te veo, pero lo sé. Dame una visión cada vez más clara y profunda. Dame una fe que no dude de tu presencia. “Hijo de David” escucha mi oración. Ve mi pobreza y ten compasión de mí. Permíteme entrar en tu presencia. Dejo todos mis mantos y seguridades a un lado; me pongo delante de ti tal cual soy. Tú me conoces, me llamas por mi nombre y me miras con amor. Sabes bien mis pecados y mis cegueras y aún así me amas. No tengo vergüenza de presentarme ante ti con mis pecados. De hecho pongo delante de ti mis heridas y mis llagas para que Tú las sanes. Te abro las puertas de mi alma de par en par.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 11-17
En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.
Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: “Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario”. Él les contestó: “Denles ustedes de comer”. Pero ellos le replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, para que ellos los distribuyeran entre la gente.
Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muchas personas seguían a Jesús. Él ha mostrado compasión por ellas mientras que los discípulos prefieren tomar el camino fácil. No han puesto su mirada sobre la necesidad de la gente, no han mirado con amor. Ellos miran desde su comodidad y sus cálculos y otros probablemente apartaban la mirada para no ver el problema.
Pero Tú has mirado con amor. Y el amor es lo que produce el milagro de la multiplicación de los panes. Y esa mirada ha cambiado la situación, porque ese pan no sólo ha fortalece físicamente sino que ha fortalecido el corazón de quienes lo reciben, porque has demostrado que Tú amas sin condiciones ni límites.
¿Por qué me no aprovecho el Pan Eucarístico que continuamente me ofreces? Sé que es el medio que me das para fortalecer mi fe, mi esperanza, mi amor. Para tener la fuerza para levantarme y seguir luchando. Mi pecado me deja tirado, apegado a mi comodidad, a mis cálculos, a mis seguridades. Pero Tú me has mirado, me has amado y me esperas en el sagrario. Me has tocado con tu gran misericordia. He contemplado «el rostro de la misericordia» en la Eucaristía. ¿Cómo me voy a quedar indiferente? Has entrado a mi vida y la has cambiado. En mis dificultades me has ayudado. A partir de ahora seré tu discípulo misionero: «Me has seducido, Señor, y me deje seducir».
A partir de ahora quiero que otros te conozcan. No me puedo quedar solo con este tesoro que me ha encontrado. Quiero que el mundo entero conozca cómo Tú nos amas y nos fortaleces en la Eucaristía. Si todos conocieran el amor de Dios sus vidas cambiarían. Pero eso depende de mí. Si no se nota el cambio en mi vida nadie te seguirá, pero si ven mi ejemplo mucho te verán a ti.
He visto tu Cuerpo y tu Sangre en la Eucaristía, te he visto y he contemplado al mismo Dios. Todos tienen que ver mi rostro resplandeciente. No puedo llevar un rostro de pimiento en vinagre ni cara de viernes santo. He de llevar la alegría que irradie a los demás y ya no me vean a mi sino a ti.
Quiero ser, Señor, un instrumento de tu amor. Llevaré tu amor en medio del odio y tu luz en medio de la oscuridad. Llevaré tu misericordia en donde sólo existe el desprecio. Llevaré tu reino a donde reina el mal y el pecado. Así como yo te he conocido quiero que muchas almas te experimenten. Quiero que muchas personas coman del pan que da la vida, me pongo en tus manos y envíame al mundo entero.
«Aprendamos que la eucaristía no es un premio para los buenos sino la fuerza para los débiles, para los pecadores, el perdón. Es el estímulo que nos ayuda a ir, a caminar. […] Sin nuestro mérito, con humildad sincera, podremos llevar a nuestros hermanos el amor de nuestro Señor y Salvador porque la Eucaristía actualiza la Alianza que nos santifica, nos purifica y nos une en comunión admirable con Dios».
(Homilía de S.S. Francisco, 4 de junio de 2015, en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Si paso delante de una iglesia pararé para visitarte. Si quiero ser un instrumento tuyo necesito estar escuchando tu voz constantemente. Necesito encontrarme contigo y experimentar tu amor. Y llevaré una sonrisa en el rostro siempre.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Cómo alimento mi alma?
Necesito preocuparme por los alimentos que llegan a mi alma.
Sócrates recibió una visita inesperada. Un joven inquieto ansiaba estudiar con el famoso sofista Protágoras, recién llegado a la ciudad de Atenas. Sócrates quedó sorprendido por el entusiasmo del joven, y quiso ayudarle a reflexionar. ¿Conoces a la persona a la que vas a entregar tu alma, a la que vas a pagar para que te dé clases y te instruya?
Para hacer ver la importancia de estas preguntas, Sócrates expuso un ejemplo: Si vas al mercado y no sabes si los alimentos son buenos, puedes llevarlos a casa en un paquete, y luego preguntas a tus familiares o a algún experto si son de calidad o si es mejor no comerlos. En cambio, si vas a una conferencia y pagas por escuchar a alguien que no conoces, lo que recibas queda en tu alma y ya nadie puede quitarlo de allí, se trate de verdades valiosas o de mentiras llenas de veneno.
Estas ideas, ofrecidas por Platón al inicio de uno de sus Diálogos, nos ponen ante un tema importante. Vivimos en un mundo en el que las informaciones llegan por todos lados. En la prensa y en la televisión, en la radio y en internet: miles de noticias, editoriales, programas informativos, lecturas, están a nuestra disposición.
Hoy puedo encontrar un texto sobre las mejores maneras de perder el peso. Y quizá mañana me encuentro con la sorpresa de que estoy siguiendo una dieta muy peligrosa para la salud. Mañana escucho que Fulano es un personaje que ha robado mucho dinero en su empresa. Dos días después desmienten la noticia, pero no me entero y en mi corazón ha nacido un odio intenso hacia Fulano. Pasado mañana veo un programa televisivo en el que me dicen que acaban de encontrar la tumba donde está enterrado Jesús de Nazaret. A las pocas horas, se descubre que la noticia es uno de tantos montajes llenos de sospechas y vacíos de pruebas, pero en más de un espectador la duda ha quedado dentro de su corazón.
La pregunta de Sócrates es realmente seria: ¿me preocupo por los alimentos que doy a mi alma? ¿A quiénes les doy el “pase” para que formen e informen mi inteligencia y mis sentimientos? Es fácil encontrar a personas que dedican varias horas a la semana a ver telenovelas llenas de vaciedad o de tópicos más o menos entretenidos, mientras que no encuentran tiempo para leer libros serios y bien documentados sobre los temas más importantes: la vida y la muerte, la justicia y la política, la filosofía y la religión.
Nos encontramos, así, con adolescentes y adultos, con jóvenes y ancianos, cuyas almas han recibido un alimento muy pobre. Incluso en ocasiones, con personas que se creen instruidas porque han leído libros llenos de sofismas, publicados por autores famosos pero carentes de verdadero sentido científico, de seriedad y de amor a la verdad.
La peor forma de ignorancia, repetía una y otra vez Sócrates, es creer saber cuando no se sabe. Es estar en el error pensando que uno tiene la verdad. No es fácil curar esa forma de ignorancia, precisamente porque uno dice que no necesita médico, que tiene muy buena formación, que ya sabe todo sobre todo…
Nos hace mucha falta un nuevo Sócrates que quite nuestras falsas seguridades, que nos saque de nuestras perezas, que nos impulse a buscar, sin miedo, la verdad. Aunque uno tenga que apagar televisores llenos de imágenes más o menos atractivas y vacíos de contenidos de valor. Aunque uno tenga que invertir menos en las novelas de moda y más en libros serios y verdaderamente formativos.
Si me preocupo por tomar alimentos sanos y por seguir una dieta balanceada, también necesito preocuparme por los alimentos que llegan a mi alma. Para tener así buena salud, para no dejarme engañar por ideas lanzadas al aire para manipular los corazones, para aprender a pensar no seguir impresiones, sino según verdades.
Esta es la mejor manera de alimentar el alma mientras vivimos aquí, en esta tierra efímera y emocionante. Y, sobre todo, esta es la mejor manera para caminar hacia la vida eterna con la ayuda de aquellas verdades que permiten entrar en ese cielo donde es admitido sólo quien ha vivido en la búsqueda continua de la justicia, del amor, de la verdad.
El cristianismo, un proyecto de vida capaz de llenar el corazón
El Santo Padre recibió, en la mañana de este sábado 18 de junio, a los participantes en la Syro-Malabar Youth Leaders Conference.
En un tiempo marcado por una cultura “líquida” o incluso “gaseosa”, la vida se llena de sentido y es fecunda cuando decimos “sí” a Jesús. Lo recuerda el Papa Francisco a los líderes jóvenes siro-malabares, con quienes se encontró en audiencia durante la mañana de este sábado 18 de junio en el Vaticano. Estos jóvenes de las varias Eparquías Siro-Malabares de la diáspora y de la Visitación Apostólica en Europa vinieron en peregrinación a Roma junto a sus Pastores, en el marco de la Syro-Malabar Youth Leaders Conference.
Les dijo: “Cada uno de ustedes puede preguntarse: ¿Estoy convencido? ¿He tenido la experiencia de sentirme amado gratuitamente, no por mi propio mérito sino por puro don? Esta experiencia es la que da sentido a toda la vida; y da la fuerza para decir «sí» al servicio y a la responsabilidad y «no» a la superficialidad y al descarte”.
La Iglesia crece no por proselitismo, sino por testimonio
El Romano Pontífice comentó: “Ustedes son los jóvenes de la diáspora siro-malabar. El apóstol Tomás llegó a la costa occidental de la India, sembró el Evangelio y brotaron las primeras comunidades cristianas. Según la tradición, este año se celebra el 1950 aniversario del martirio de Tomás, que selló así su amistad con Jesús, a quien había dicho: «¡Señor mío y Dios mío!» (Jn 20,29)”.
La Iglesia es «apostólica» porque está fundada en el testimonio de los Apóstoles; y crece continuamente, no por proselitismo, sino por testimonio. Todo bautizado participa en su construcción en la medida en que es testigo. Y están llamados a serlo primero entre vuestros compañeros de la diáspora siro-malabar, pero también con los que no pertenecen a vuestra comunidad y con los que ni siquiera conocen al Señor Jesús.
“¡No tengan miedo de este amor!”
Francisco expresó que hay un terreno común en el que todos los jóvenes se encuentran, “y es el de un deseo de un amor genuino, hermoso y grande”; los invitó a no tener miedo a ese amor, “que nos revela Jesús y que San Pablo describe como ‘magnánimo y paciente, no inclinado por el interés propio, sino al bien y a la verdad’” (cf. 1 Cor 13,4-6).
El Papa los exhortó a descubrir los testimonios de amor de los hombres y mujeres santos de todas las épocas, incluso de la nuestra. “Ellos muestran más que cualquier discurso que el cristianismo no consiste en una serie de prohibiciones, que ahogan el deseo de felicidad sino en un proyecto de vida capaz de llenar el corazón”, les animó.
“Visiten a sus familiares mayores”
Al evocar la escena evangélica de la visitación de María a su prima Isabel, en la que se inspira el lema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023, el Papa manifestó que la Virgen “no se encierra en casa pensando en el gran privilegio que ha recibido y en los grandes problemas que conlleva; no, María no se deja paralizar por el orgullo o el miedo. No es de las que necesita un buen sofá para estar cómoda y segura. Si su pariente anciano necesita que le echen una mano, no se demora y se pone inmediatamente en marcha (cf. Discurso en la Vigilia, Cracovia, 30 de julio de 2016). “Esto, aseguró el Obispo de Roma, nos recuerda la fecundidad del encuentro entre los jóvenes y los ancianos”. A continuación, los preguntó si todavía tienen abuelos, al menos algunos de ellos y cómo es su relación con ellos. “Ustedes, los jóvenes, tienen la fuerza; los mayores, la memoria y la sabiduría”, añadió, y les instó a hacer como María con Isabel; es decir, a visitar a sus familiares mayores y tomar su sabiduría.
“María nos enseña a vivir con actitud eucarística”
Por último, el Sucesor de Pedro les dijo que la Virgen María nos enseña “a dar gracias, a cultivar la alabanza, a no fijarnos solo en los problemas y las dificultades”.
En la dinámica de la vida, las súplicas de hoy se convertirán en los motivos de agradecimiento de mañana. Así, vuestra participación en la Santa Qurbana [Santo Sacrificio] y en el Sacramento de la Reconciliación será tanto la culminación como el punto de partida: vuestras vidas se renovarán cada día, convirtiéndose en alabanza eterna al Todopoderoso (cf. Mensaje para la XXXII JMJ 2017).
Francisco les agradeció la visita, les impartió la bendición a los jóvenes, sus familias, sus comunidades, les pidió que no se olvidaran de rezar por él y les auguro un buen camino.
Día del Padre
Ese hombre, es mi padre
Todos lo años desde hace ya tiempo celebramos el día del padre.
No dudamos que el «día de esto y el día del otro» sea un buen invento comercial, pero si hay Día de la madre pues lógicamente debe haber Día del padre.
Vemos con gusto que en los medios de comunicación para este día del padre hay unos mensajes estupendos y educativos y algunos, aunque suene cursi, tienen ciertos matices que nos ponen un nudo en la garganta.
¿Y quién es ese hombre al que le decimos padre?. Ese hombre es el que un día nos miró con asombro en sus ojos, aún muy jóvenes, y no se atrevió a levantarnos en sus brazos porque le pareció que sus manos eran demasiado grandes y rudas para una «cosa tan chiquitina y frágil» pero su corazón latió de prisa y supo que desde ese momento su vida ya no sería igual.
Ese hombre es el que se pasaba grandes ratos mirando y velando el sueño apacible de «su niña o su niño» y cuando crecimos un poco nos apretó contra su pecho y nos hizo «caballito» sobre sus rodillas para oír nuestro reír.
Ese hombre, un día, con el corazón inexplicablemente angustiado nos llevo de la mano por primera vez al colegio y más tarde nos llevó de vacaciones y nos enseñó mil cosas que él sabía y aprendimos a amar a Dios porque nos dio su testimonio de hombre cristiano y practicante, siendo esa la mejor herencia que nos pudo dejar, y nos quiso proteger de todos los males de la vida, hasta del viento, pero entendió que sus brazos, después de habernos estrechado fuertemente…. tenían que abrirse para dejarnos ir….
Ese hombre para el que siempre fuimos «su chiquita o su chiquito», aunque ya nos hayamos hecho, con el paso de los años, hombres y mujeres.
Ese hombre que en el taller, en su puesto de obrero, de vendedor, en la oficina, en el consultorio, en el puesto de alta empresa….pasa muchas horas de trabajo fuerte y responsable, de tensión y esfuerzo, sabe en su interior que hay algo que lo empuja y lo sostiene a la vez y es el saber que al llegar al hogar, hay voces queridas que lo llamarán: – «papá».
Ese hombre tan duro y a la vez tan tierno, ese hombre que toda su vida fue de trabajo honrado, honesto y fiel, ese hombre que supo ser el timón de la nave de su hogar y que solo su presencia nos llenaba de seguridad, amor, tranquilidad y paz por ser un hombre de bien, un hombre bueno, ese hombre es mi padre… o fue mi padre.
Ojalá muchos hijos puedan decir llenos de orgullo y amor en este día del padre: – » Si, ¡ese hombre es mi padre!.
FELICIDADES A TODOS LOS PADRES, Y A TODOS LOS QUE TODAVÍA LES DICEN «PAPÁ,” EN ESTE DÍA.
Corpus Christi: ¿Cómo surgió y cuál es su sentido?
Revelaciones a una mujer en Bélgica, un milagro eucarístico en Italia, la decisión de un Papa y una popular y profunda celebración universal
En la fiesta del Corpus Christi, millones de católicos dan testimonio de su fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía de un modo público, en las plazas y calles del mundo.
Este día remite también al Jueves Santo, en que se recuerda el histórico momento en que Jesús dio a sus apóstoles la gran misión de continuar celebrando la cena a través de los tiempos, con las palabras: “Haced esto en memoria mía”.
Al decir esto, Jesús apuntó a una realidad fuerte: cuando se celebra la Eucaristía, no se trata de un recuerdo o representación simbólica, sino de un acto.
Es decir que cuando el sacerdote invoca el Espíritu Santo y repite las palabras de Jesús en la última cena, el pan y el vino se transforman en el cuerpo y sangre de Cristo.
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En el discurso del pan de la vida, Jesús es muy claro al respecto, al afirmar en Jn 6,51: “Y el pan que yo daré es mi carne para la salvación del mundo”. El milagro más grande. En cada misa sucede el mayor de los milagros, y la más importante de todas las apariciones. El propio Jesús se hace presente para llenar con su gloria y poder el lugar donde se celebra la Eucaristía, como también a cada persona presente en este momento tan sagrado y sobrenatural.
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La misa de Corpus Christi, con la procesión y bendición, es una oportunidad especial para avivar la fe en el amor de Dios. Es Jesús en persona, que no queda encerrado en las paredes de una iglesia, sino que pasa en medio del pueblo, y santifica nuestras calles con su presencia. Jesús vivo pasa cerca de ti, pon en acción el poder de la fe y con certeza experimentarás la bendición de Dios actuando en tu vida.
Origen de la fiesta del Corpus.Su origen está ligado a dos hechos del siglo XIII:– Las revelaciones hechas a santa Juliana de Lieja, donde Jesucristo pedía una fiesta pública dedicada a la Eucaristía. En esta época era sacerdote, en esta diócesis belga, el futuro papa Urbano IV.
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– El milagro eucarístico de Bolsena (Italia), sucedido en 1263. El sacerdote Pedro de Praga hacía una peregrinación a Roma. En ese viaje, paró para pernoctar en la ciudad de Bolsena, no lejos de Roma, y se hospedó en la iglesia de Santa Catalina.
A la mañana siguiente, celebró una misa y pidió al Señor que apartara de su mente las dudas sobre Su presencia real en la Eucaristía. Era difícil para él creer que en el pan y en el vino estaba el Cuerpo de Cristo.
En el momento en que elevó la hostia, esta comenzó a sangrar (sangre viva). Él, asustado, envolvió la hostia y volvió a la sacristía para avisar de lo que estaba ocurriendo. La sangre manaba, llegando hasta el suelo, al que cayeron varias gotas.
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Del milagro le informaron al papa Urbano IV, que estaba en Orvieto. Y este mandó a un obispo a Bolsena para verificar la veracidad del hecho. El obispo vio que la hostia sangraba y que el suelo, el altar y el corporal estaban todos manchados de sangre. Inmediatamente organizó una procesión para llevar el corporal del milagro a la presencia del Papa. El Papa decidió ir al encuentro de la procesión. Cuando el obispo mostró el corporal manchado de sangre, el papa se arrodilló y dijo: “Corpus Christi” (Cuerpo de Cristo)!”. En 1264, el papa Urbano IV, extendió la fiesta a toda la Iglesia. Y pidió a santo Tomás de Aquino que preparase las lecturas y textos litúrgicos que, hasta hoy, son usados durante la celebración.
Decimos que la EUCARISTÍA no es simplemente un signo o un símbolo, sino JESÚS REALMENTE Y VERDADERAMENTE Y SUSTANCIALMENTE PRESENTE bajo las especies de Pan y Vino. ¿Cómo podemos empezar a explicar esta doctrina que a mucha gente le puede hacer extraña. Voy al capítulo 6 del evangelio de San Juan. A ese impresionante discurso de JESÚS en la Sinagoga de Cafarnaún. La gente viene a causa de la multiplicación de los panes y de los peces, porque están fascinados con lo que JESÚS les dice¨TRABAJAD NO POR EL ALIMENTO QUE PERECE SINO POR EL ALIMENTO QUE PERMANECE, HASTA LA VIDA ETERNA. Y luego especifica- ¨YO SOY EL PAN VIVO QUE BAJÓ DEL CIELO, SI ALGUNO COMO DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE. Un momento en que la multitud entra en desacuerdo, Es muy importante entender el porque para el judío del primer siglo es difícil de imaginar algo más teológicamente problemático, de lo que acaba de decir JESÚS ya que en el Antiguo Testamento, estaba estrictamente prohibido que un judío comiera carne con sangre, ya que está LA VIDA PERTENECÍA A DIOS. Y está JESÚS hablando a una audiencia judía y está sugiriendo COMER SU PROPIA CARNE Y BEBER SU SANGRE. San Juan nos dice que la gente se resistió y discutían y decían ¿Cómo es posible que nos esté dando de comer su carne…? ¿qué tal si se trata de una metáfora, como por ejemplo lo hace con Nicodemo, cuando éste pregunta -¿Acaso se puede entrar por segunda vez en el vientre de una madre? JESÚS le aclara que está hablando en una manera espiritual. En su lugar intensifica su lenguaje diciendo- EN VERDAD, EN VERDAD OS DIGO -que es un código bíblico- lo que está diciendo es muy importante -¨SI NO COMÉIS LA CARNE DEL HIJO DEL HOMBRE Y NO BEBÉIS SU SANGRE, NO TENÉIS VIDA EN VOSOTROS. Y se intensifica al decir-¨PORQUE MI CARNE ES VERDADERA COMIDA Y MI SANGRE ES VERDADERA BEBIDA¨.
Esta es la base Bíblica. Me parece a mi que esta antigua creencia católica de la que CRISTO está verdaderamente y realmente y sustancialmente presente bajo las especias del Pan y del Vino. Ahora si todavía está confundido, preguntándose cómo puede ser. Considere el poder de las palabras por un segundo. Nuestras pobres palabras humanas, pueden ser enormemente poderosas, pueden describir, por ejemplo lo que está pasando aquí en esta sala de Pax TV. Pueden afectar a la realidad y no sólo describir si una figura querida el PAPA hoy en su día, un entrenador o profesor, te digan algo que te alaben, te animen, eso podrá cambiar toda tu vida. Hay personas de 85 años que aún se ven impactadas por efectos de palabras que se les dijo cuando eran niños. Nuestras palabras pueden cambiar las actitudes prohibitivas por alguien que tiene una enorme autoridad aunque te critique o ataque y debilita tu confianza. Palabras que pueden cambiar las actitudes de la gente o corazones, algo tan simple como que un policía te diga estas arrestado, te guste o no te gusta estarás bajo arresto. Puedo pensar estará bromeando, se podría pensar que he perdido la razón y mis palabras n o tendrían efecto en la realidad, pero si un oficial de la ley te gusto o no ESTARÁS BAJO ARRESTO. O un árbitro en u partido de béisbol, te dice que estás fuera, te guste o no estás fuera. Así que nuestras pequeñas palabras, so sólo pueden describir sino también cambiar las realidad.
Ahora piensen en la Palabra Divina. La Biblia dice que Dios habla al mundo y la da la existencia. Esto está ligando a un importante punto teológico de que DIOS dijo- ¨HÁGASE LA LUZ Y HUBO LUZ. DIOS DICE QUE SE PRODUZCA LA TIERRA Y ASÍ FUE¨. Lo que significa que DIOS no se limita simplemente a describir las cosas. DIOS LAS HACE Y CREA EL UNIVERSO. AHORA SE VUELVE PERSONALMENTE PRESENTE EN JESÚS. Un paso más ¿Quién es JESÚS? No sólo un Maestro entre muchos no sólo uno en una larga lista más de los profetas, Si eso es todo lo que fuera, entonces lo único que podríamos hacer es participar en el tipo transformador en el que nos involucramos nosotros. Pero LA AFIRMACIÓN DE LA IGLESIA ES LA AFIRMACIÓN CENTRAL DEL NUEVO TESTAMENTO, ES QUE ES LA PALABRA HECHA CARNE, la misma CON LA QUE DIOS CREA EL UNIVERSO. Ahora se vuelve personalmente presente en JESÚS. POR ESO EN LOS EVANGELIOS LO QUE JESÚS DICE ACONTECE. ¨ NIÑA LEVÁNTATE. Lo dice y acontece. NIÑA levántate le dice a la hija de Jairo que había muerto. Y SE LEVANTÓ. Los Evangelios usan la palabra aramea THALITA KUM. Y la Niña se levantó. Porque las palabras no sólo describían sino que AFECTABAN LA REALIDAD. EL SAL FUERA Y EL QUE HABÍA MUERTO, SALIÓ. PORQUE LA PALABRA DE JESÚS TRANSFORMA LA REALIDAD. HIJO TUS PECADOS TE SON PERDONADOS, Y POR DIOS QUE ESTABAN PERDONADOS POR AQUEL QUE HABLABA LA NOCHE ANTES DE MORIR.
JESÚS se sentó en una Cena de Pascua, tomó el pan sin levadura y dijo -¨TOMAD Y COMED TODOS DE EL PORQUE ESTE ES MI CUERPO¨. Después sobre la Copa de la Bendición, que es la copa de vino, ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGREº. Si yo dijera esto estaría dando un tipo de discurso poético o metafórico, esto representa mi vida y esto representa mi amor por ti. Pero cuando JESÚS DICE SUS PALABRAS POR SER QUIEN ES JESÚS TIENEN EL PODER DE TRANSFORMAR LA REALIDAD EN EL NIVEL MÁS FUNDAMENTAL Y ESTA ES LA AFIRMACIÓN DE LA IGLESIA QUE LA SUSTANCIA DEL PAN Y DEL VINO EN SU REALIDAD MÁS PROFUNDA DEL PAN Y DEL VINO SE TRANSFORMA EN LA SUSTANCIA DEL CUERPO Y SANGRE DE JESÚS. Es la afirmación de la Iglesia la base de esto. San Juan en el capítulo 6. YO CREO QUE ES EL PODER DE LA PALABRA DIVINA PRESENTE EN JESÚS.
Cuando el sacerdote en la MISA ocasiona el cambio Eucarístico que está pasando. El no está hablando sus propias palabras insignificantes, sino más bien en la maravilla de la CONSAGRACIÓN, el sacerdote habla `IN PERSONA CHRISTI`. Es la Persona misma de CRISTO. El recuerda lo que JESÚS hizo pero luego se mueve a este discurso de la PRIMERA PERSONA-`TOMAD Y COMED TODOS DE EL PORQUE ESTO ES MI CUERPO. El habla con la autoridad de CRISTO y es por eso que las palabras tienen el poder de cambiar los elementos. Por eso, para los católicos la respuesta adecuada, cuando se encuentran en la presencia de esos elementos transformados, lo que hacen es INCLINARSE Y ADORAR AL SANTÍSIMO SACRAMENTO. PORQUE DIOS ESTA AQUÍ Y EN CADA CORAZÓN QUE AMA. CON AMOR A LOS PAPÁS Y FAMILIAS, QUE JESÚS SACRAMENTADO LES LLENE DE VIDA SUS VIDAS, Con AMOR.
Corpus Christi. Francisco: ¡Señor, dame el pan cotidiano para ir adelante!
Antoine Mekary | ALETEIA
En la oración del Ángelus el Santo Padre meditó sobre la Eucaristía, afirmando que la “adoración eucarística encuentra su verificación cuando cuidamos del prójimo”
“Jesús cuida de la gran multitud que lo ha seguido para escuchar su palabra y ser liberada de varios males”, expresó el Papa Francisco ante la multitud presente en la plaza de san pedro, en el Vaticano, para el rezo mariano del Ángelus este domingo del Corpus Christi. Francisco reflexionó sobre el pasaje evangélico (Lc 9, 11-17) de la multiplicación de los panes: «comieron todos hasta saciarse»
“La Eucaristía, instituida en la Última Cena, fue como el punto de llegada de un recorrido, a lo largo del cual Jesús la había prefigurado a través de algunos signos, sobre todo la multiplicación de los panes”, dijo.
Comer y quedar saciados. Asegurando además que “en la Eucaristía cada uno puede experimentar esta amorosa y concreta atención del Señor. Quien recibe con fe el Cuerpo y la Sangre de Cristo no solo come, sino que queda saciado. Comer y quedar saciados: se trata de dos necesidades fundamentales, que se satisfacen en la Eucaristía”.
Explica el Santo Padre que “el milagro de los panes y de los peces no sucede de forma espectacular, sino casi de forma reservada, como en las bodas de Caná: el pan aumenta pasando de mano en mano. Y mientras come, la multitud se da cuenta de que Jesús se encarga de todo”.
También señaló el Papa “el riesgo de confinar la Eucaristía a una dimensión vaga, quizá luminosa y perfumada de incienso, pero lejos de las situaciones difíciles de la vida cotidiana. En realidad, el Señor se toma en serio nuestras necesidades, empezando por las más elementales. Y quiere dar ejemplo a los discípulos diciendo: «Dadles vosotros de comer» (v. 13)”.
Cuidar al prójimo
Y afirmó que la “adoración eucarística encuentra su verificación cuando cuidamos del prójimo, como hace Jesús: en torno a nosotros hay hambre de comida, pero también de compañía, de consuelo, de amistad, de buen humor, de atención”.
Insistió el Pontífice que “en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo encontramos su presencia, su vida donada por cada uno de nosotros. No nos da solo la ayuda para ir adelante, sino que se da a sí mismo: se hace nuestro compañero de viaje, entra en nuestras historias, visita nuestras soledades, dando de nuevo sentido y entusiasmo”.
“Adorando el Cuerpo y la Sangre de Cristo, -exhortó el Papa- pidámosle con el corazón: “¡Señor, dame el pan cotidiano para ir adelante, y sáciame con tu presencia!”.
Antes de rezar la oración del Ángelus, el Papa pidió a la Virgen María: “nos enseñe a adorar a Jesús vivo en la Eucaristía y a compartirlo con nuestros hermanos y hermanas”.