Referencias Bíblicas
• Luke 21:5-11
• Obispo Robert Barron
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús responde preguntas sobre el fin del mundo. ¿Cuándo vendrá? ¿Qué es lo que sucederá?
¿Por qué los primeros cristianos estaban interesados en estas preguntas? La respuesta más simple y profunda es que habían experimentado el fin del mundo —precisamente con la muerte y resurrección de Jesús.
Jesús vino a predicar el Reino de Dios, y las naciones conspiraron contra Él. El viejo mundo parecía conquistar este nuevo mundo que Jesús encarnaba.
Pero luego, con la Resurrección, vieron que el mundo antiguo —un mundo predicado sobre la muerte y que había entregado a Jesús— ahora estaba derrotado.
Tan asombrados estaban ellos por la Resurrección —y podemos verlo en cada libro y cada carta del Nuevo Testamento— que esperaban la llegada inminente de un nuevo estado de cosas, el regreso de Jesús y el establecimiento del Reino de Dios.
Aunque Jesús no regresó de inmediato, el viejo mundo se había terminado, roto, y estaba en peligro, su destrucción era solo una cuestión de tiempo.
Conrado, Santo
Obispo, 26 de noviembre
Por: Alban Butler
Fuente: La Vida de los Santos
Martirologio Romano: En Constanza, de Suabia, hoy Alemania, san Conrado, obispo, óptimo pastor de su grey, el cual hizo generosa providencia de sus bienes en favor de la Iglesia y de los pobres. († 975)
Fecha de canonización: En 1123 por el Papa Calixto II
Etimológicamente: Conrado = consejero audaz, viene de la lengua alemana.
Breve Biografía
San Conrado pertenecía a la gran familia de los güelfos. Era el segundo hijo del conde Enrique de Altdorf, quien fundó la abadía de Weingarten, en Würtemberg, que todavía existe. Conrado hizo sus estudios eclesiásticos en la escuela catedralicia de Constanza. Poco después de su ordenación sacerdotal, fue nombrado preboste de la catedral. El año 934, a la muerte del obispo, fue elegido para sucederle. San Ulrico, obispo de Augsburgo, que había favorecido su elección, solía visitarle frecuentemente, y llegó a unirlos una amistad muy íntima. San Conrado, que había renunciado a todo lo que no fuese Dios, cambió a su hermano sus posesiones por unas tierras más próximas a Constanza. Con sus rentas construyó y dotó tres hermosas iglesias en honor de San Mauricio, San Juan Evangelista y San Pablo, restauró muchas otras y repartió el resto de sus bienes entre su diócesis y los pobres.
En aquella época eran muy frecuentes las peregrinaciones a Jerusalén. San Conrado visitó tres veces los Santos Lugares y supo hacer de sus viajes verdaderas peregrinaciones de penitencia y devoción. A esto se reduce prácticamente todo lo que dicen de cierto las biografías del santo, que fueron escritas mucho después de su muerte. Suele representarse al santo con un cáliz y una araña. La razón es la siguiente: Un día de Pascua, mientras celebraba la misa, una araña cayó en su cáliz. Entonces se creía que todas las arañas, o por lo menos la mayoría, eran venenosas; sin embargo, san Conrado se tragó la araña por devoción y respeto a los santos misterios, y ello no le hizo ningún daño. Murió al cabo de más de cuarenta años de episcopado, en el 975; fue canonizado en 1123, en el I Concilio de Letrán. Para la época en que vivió, se mantuvo bastante alejado de la política, sin embargo, consta que acompañó al emperador Otón I a Italia el año 962.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Quien a Dios tiene nada le falta: ¡Sólo Dios basta!
Santo Evangelio según San Lucas 21, 5-11.
Martes XXXIV de Tiempo Ordinario.
Por: Jesús Alberto Salazar Brenes, LC
Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ven, Jesús, a reinar en mi vida para que pueda adorarte, en espíritu y en verdad, en el templo de mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que la adornaban, Jesús dijo: «Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando: todo será destruido». Entonces le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?». Él les respondió: «Cuídense que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin». Luego les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles».
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Después de la gran celebración de Cristo Rey, los evangelios que meditamos esta semana tienen una temática escatológica, es decir, ven hacia las realidades futuras y celestiales relacionadas con la segunda venida de Cristo.
El Evangelio de hoy nos llama a volver nuestra mirada hacia las cosas eternas en medio de nuestra vida en que todo es pasajero. Santa Teresa de Ávila decía «Todo se pasa, Dios no se muda, quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta». Ésta era la misma idea que transmitió Jesús a los que admiraban más la belleza exterior del templo y no adoraban en espíritu y verdad al Señor.
¿A quién amamos más, al templo, a nosotros mismos, o al Dios vivo que hace santo el templo? ¡Que nadie te engañe!, dice el Señor en el Evangelio. El dinero, el poseer, el trabajo, la búsqueda de una mejor posición, el placer o el mismo pecado son algunos de los falsos dioses que pueden llegar a usurpar el lugar que sólo pertenece a Dios. ¡Sólo Dios basta!
Nosotros somos las piedras vivas que formamos la Iglesia, el pueblo de Dios peregrinante en la tierra, unidos a las piedras vivas que ya se encuentran contemplando el rostro de Dios. Ésa es la verdadera ciudad, el verdadero templo, la morada de Dios que merece ser admirada porque nunca tendrá fin.
«El camino de Jesús es radicalmente diferente. Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión. En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que, al igual que él, también nosotros podemos encontrar rechazo y obstáculos, sinembargo él nos dará una sabiduría a la que nadie puede resistir. Está hablando del Espíritu Santo, gracias al cual el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.
Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas». (Homilía de S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Sólo por hoy haré el intento de dar a Dios el lugar que merece en mi vida con respecto a los «falsos dioses».
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿En qué sentido fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios?
Una duda que asalta a muchos creyentes tiene que ver con que la Biblia dice que fuimos hechos «a imagen y semejanza de Dios»
La sagrada Biblia dice en el Génesis narra cómo fueron creados los primeros seres humanos que existieron en el mundo: Adán y Eva. Y especifica que fueron hechos por Dios a su imagen y semejanza:
«Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer» (Gén 1, 27).
¿Hombre o mujer?
Por esto, muchos creyentes se preguntan: «Entonces, ¿Dios es hombre o mujer?» Para entender esta cuestión, veamos qué dice el Catecismo de la Iglesia católica:
«Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar». (CEC 357)
Hasta aquí, el Catecismo nos dice que el ser humano es alguien porque tiene dignidad de persona, y es por él que Dios hizo toda la creación. Pero fue más allá, porque por su amor por el hombre y la mujer no perdonó ni siquiera a su Hijo para rescatarlos del pecado.
Sin embargo, aún no despejamos la incógnita, ¿Dios es hombre o es mujer?
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Dios es Espíritu
El ser humano está hecho de cuerpo y alma, como lo destaca el Catecismo:
«La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que ‘Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente’ (Gn 2,7)». (CEC 362)
Así es que, el alma que Dios dio al ser humano «es aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: ‘alma’ significa el principio espiritual en el hombre» (CEC 363).
Y para dejarlo claro, leemos lo siguiente:
«Dios no es, en modo alguno, a imagen del hombre. No es ni hombre ni mujer. Dios es espíritu puro, en el cual no hay lugar para la diferencia de sexos. Pero las ‘perfecciones’ del hombre y de la mujer reflejan algo de la infinita perfección de Dios». (CEC 370)
Cuidar a la persona completa
Por lo tanto, entendemos que somos como Dios porque tenemos un alma espiritual e inmortal, y que la persona completa, alma y cuerpo, tienen una dignidad que le hacen capaz de amar a Dios y relacionarse con otras personas.
Por eso, el respeto a la persona completa implica cuidar su cuerpo y su alma, y trabajar para perfeccionarse cada día para parecerse cada vez más a su Creador.
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