Cuando nos pasa algo desagradable, duro, doloroso, etcétera, la oración puede parecernos, cuando menos, imposible de realizarse; sin embargo, ni siquiera esa dificultad es capaz de romper nuestro diálogo con Dios. Eso sí, hay que ajustarla, trabajarla y aceptar que no se dará o acomodará a nuestro gusto en esos momentos, pues la fe no nos quita los sentimientos encontrados. Lo que, si es que, al convivir con ellos, al palpar el dolor, al sentirlo vivamente, en vez de reprimirlo o tratar de negarlo sistemáticamente, logramos que ese “dejarse hacer” se traduzca en oración, en un diálogo mudo que nos devolverá la paz, pues le dará sentido a lo que sentimos. Darle sentido quiere decir que, de forma misteriosa, en la oscuridad de ese mal momento, de ese sabor de boca tan agridulce, el Espíritu Santo nos descubre el “¿para qué?” Y eso, no con palabras, sino desde su presencia en nosotros, hace viable que podamos salir del cuadro de ansiedad.
La oración desde el dolor es reconocer que es tan intenso que no podemos hacerla con la devoción de otros días, pero si a partir del deseo, de la búsqueda de Dios y con el sentido de la cruz que, cuando se asume, pone cada cosa en su lugar y abre una nueva etapa mucho mejor que la anterior y, con ello, orientada a la felicidad que es el ADN del proyecto de Dios para cada uno. Duele, si y mucho, pero al final, al aceptarlo y elevarlo a Dios incluso con frases entrecortadas o desde el silencio, adquiere otro color, el del consuelo y el de la tranquilidad de ver un horizonte más amplio.
El sacerdocio, cuya fuente está en Jesús, tiene dos dimensiones. La que proviene del bautismo y la que es propia de aquellos que reciben el sacramento del orden sacerdotal. En ambos casos hace falta revalorar lo que significa porque si lo desvinculamos de la experiencia de Dios, de la oración y del hecho de contar con una persona que nos acompañe en el proceso, es fácil reducirlo a una función cultural al punto de abandonarlo o, incluso, de vivirlo de forma distorsionada. Esto vale tanto para los sacerdotes como para los laicos. Cuando el sacerdote olvida la indescriptible experiencia de tener en sus manos el cuerpo y la sangre de Cristo o el laico deja de apreciar su sacerdocio bautismal como un puente entre el mundo de hoy y Dios, nos desorientamos y entramos en franca decadencia. Por eso, hace falta revalorarlo. De parte de los ordenados y de los laicos es necesario sentarse a reflexionar juntos sobre el valor del sacerdocio que hace presente a Dios, acompaña en las horas difíciles y abre siempre una nueva oportunidad. Justamente tres aspectos que nuestra sociedad necesita.
A lo largo de la historia de la Iglesia, muchos hombres y mujeres han recordado el profundo significado del sacerdocio como un dejarse encontrar por Jesús al punto de identificar en él las claves de la propia felicidad y del desarrollo integral de cada cual. Entre ellos, destaca la beata Concepción Cabrera de Armida (1862-1937), una laica y mística mexicana que, mediante sus escritos y la fundación de las Obras de la Cruz, se dio cuenta que el futuro de la Iglesia dependía de qué tanto se redescubriera el sacerdocio; aquel puente y forma de contagiar la fe.
Duele constatar las últimas salidas de algunos sacerdotes e incluso obispos que piden la dispensa de sus obligaciones sacerdotales. ¿Cuáles son las causas? Sin duda, son muy variadas. En algunos casos, puede ser que la persona en realidad nunca tuvo esa vocación y no encontró los espacios adecuados para ubicarlo antes; sin embargo, en la mayoría de los casos, se debe a que, poco a poco, se va aplazando la oración, el saber pedir ayuda en los momentos de crisis y se traduce en un “dejar morir la propia vocación”. Por todo esto, hay que redescubrir el sacerdocio, vivirlo y enseñarlo mejor en el seminario. Desde los contenidos, pero, sobre todo, a partir de la vida para que los jóvenes se den cuenta que es un camino que, lejos de amargar, resulta pleno si se asume desde una aventura con Jesús. No es una cursilería, sino la realidad de descubrir las riquezas del mundo interior que lo llenan todo.
Los laicos, por su parte, también tienen que cuidar su sacerdocio bautismal. Por ejemplo, buscando, en medio de sus rutinas diarias, espacios para la Misa, la lectio divina y, por supuesto, el compromiso con los sectores vulnerables. ¿Cómo pueden ayudar a los sacerdotes ordenados? Más que con sermones, si notan que están tristes, pueden hacerles compañía, invitarlos a comer con la familia, que se sientan parte y, al mismo tiempo, darles alguna palabra de aliento y, si están desubicados, ayudarles a ubicarse.
Revalorar el sacerdocio implica no desanimarse por los que se han salido, sino encontrar en todo ello un motivo para seguir trabajando por alcanzar una mayor vivencia del sacerdocio. Que cada uno seamos puente, medios, para que las personas, al entrar en contacto con nuestra vida, apoyada por el acompañamiento que vale la pena que llevemos, puedan descubrir a Dios en sus vidas, en lo cotidiano, en lo normal del camino. Eso es ser sacerdote en el sentido más amplio.
Animemos a los sacerdotes ordenados con palabras y acciones a que, si en un momento dado, están en crisis, encuentren la ayuda más oportuna. Ubiquémoslos cuando creamos que se han dejado enredar por alguna situación humana o material. Hacerlo, con tino y capacidad de transmitirles que nosotros también valoramos el sacramento que han recibido. Hay que pedir por ellos, hay que ofrecer nuestro trabajo para que el sacerdocio sea más conocido, querido y, sobre todo, puesto en práctica.
Si la Iglesia vive su dimensión sacerdotal cambia al mundo porque le ofrece lo que nadie más puede darle; es decir, algo de lo eterno, de aquello que un día viviremos en todo su esplendor. En concreto, la Iglesia da sentido de vida y eso es clave para alcanzar la felicidad, pero no una felicidad basada en arranques sentimentales, sino que asumiendo el realismo de la propia vida se sabe acompañada por Dios. Como decía el V.P. Félix de Jesús Rougier: Nada de lo que se refiere al sacerdocio nos debe ser indifcerente.
María Bertila, Santa
Virgen, 20 de octubre
Martirologio Romano: En Treviso, en Italia, santa María Bertila (Ana Francisca) Boscardin, virgen de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea de los Sagrados Corazones, que en su trabajo en un hospital se mostró solicita de la salud corporal y espiritual de los enfermos († 1922).
Fecha de beatificación: 8 de junio de 1952 por el Papa Pío XII.
Fecha de canonización: 11 de mayo de 1961 por el Papa Juan XXIII.
Breve Biografía
Anna Francesca Boscardín era una muchacha campesina nacida en Brendola, cerca de Vicenza, en el seno de una familia de agricultores. Trabajó en los campos, frecuentó la escuela unos pocos años y trabajó como criada en las casas del poblado. Le gustaba la vida parroquial y formó parte de la Unión de las Hijas de María, enseñando el catecismo a los niños. Desde joven se caracterizó por su espiritualidad mariana.
A los 17 años, por indicación de su párroco, se hizo religiosa de las Maestras de Santa Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones, y tomó el nombre de María Bertila. En su comunidad, como no la consideraron ni muy despejada, ni capaz de hacer grandes cosas, le confiaron los quehaceres de cocina. Al ingresar ya había dicho: «Soy una pobre cosa, una gansa. Enséñeme. Quiero convertirme en una santa».
Profesó en 1907, y fue enviada a Treviso, donde trabajó en un asilo infantil, y al estallar la I Guerra Mundial, ejerció como enfermera en un hospital militar cerca de Como; allí despertó grandes admiraciones por su serenidad durante los bombardeos y su abnegada solicitud para con los enfermos, a los que logró atraerlos a la fe a muchos de ellos. Consiguió con gran esfuerzo el diploma de enfermera. En 1910, tuvo que someterse a una operación para extraerle un tumor cerebral.
Al concluir la guerra, una superiora decidió que, debido a su escasa instrucción y a sus cortas luces, sólo podían encomendársele tareas serviles, y pasó a una lavandería, aunque en 1919 volvió al asilo de Treviso. Su salud nunca había sido buena, y una dolorosa enfermedad le llevó al quirófano del que no saldrá con vida. Entonces la comunidad se dio cuenta que la «tonta» de sor Bertila había dejado un recuerdo imborrable en quiénes la habían conocido. Su tumba colocada inicialmente en el cementerio de Treviso, se convirtió en centro de peregrinación popular. Hoy sus restos descansan en la capilla de la casa madre de Vicenza. Dejó escrita su vida en su “Diario espiritual”. El papa san Juan XXIII la canonizó el 11 de mayo de 1961.
Es la hora de Cristo
Santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48. Miércoles XXIX del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, venga tu Reino en mi propia vida. Permíteme descubrir tu amor en esta oración, ese amor que te hizo servidor de todos. Lléname de tu amor y haz mi corazón como el tuyo, abierto al Padre y a mis hermanos. Que todos los que encuentre en este día te vean a ti en mi rostro; que te puedan conocer mejor a través de mis gestos y palabras. Amén
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.
Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales.
El siervo que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá poco.
Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”. Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
“A la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.” Estas palabras deberían estar en nuestra mente y en nuestro corazón todos los días. Ciertamente, hay que estar preparados porque no sabemos el día de nuestra muerte. Pero la hora de Cristo no es sólo esa; a cualquier hora Cristo puede entrar y tocar nuestras vidas de un modo especial.
San Agustín dijo “Teme la gracia de Dios que pasa y no vuelve”. El Señor nos puede enviar su gracia por la mañana, a mediodía, al atardecer o en medio de la noche. Cada gracia es irrepetible, no vuelve en una segunda oportunidad…
¿Cómo podemos estar preparados? Miremos el ejemplo de la Virgen María. Ella tampoco sabía que en un momento de su vida Dios la escogería para ser su Madre… Pero dentro de una vida ordinaria y sencilla, estaba haciendo constantemente lo que a Dios le agrada, es decir, amando. Ella fue como ese administrador fiel de la parábola. Ya con Jesús en su vientre salió con prisa para ayudar a su prima Isabel. Seguramente en Nazaret la conocerían por su servicialidad. En Caná ella se adelantó a la necesidad de los novios. Así, toda su vida, desempeñó su responsabilidad de Madre de Dios con una entrega constante. Y cuando llegó la Hora de Cristo, la hora de la cruz, ella se encontraba preparada, con el corazón atento a la puerta, para convertirse en Madre de la Iglesia; Dios la puso al frente de todo lo que tiene.
Pidamos a María en esta oración una actitud como la que cultivó ella, de administrador fiel. Que ella nos obtenga de Dios la gracia de vivir sirviendo a los demás, con una caridad auténtica, generosa, heroica, y que Dios nos encuentre siempre desempeñando nuestra misión con amor.
«¡Cristianos paganos! El nombre cristiano, pero la vida pagana. Por decirlo de otra manera, paganos con dos trazos de pintura de cristianismo, así aparecen como cristianos, pero son paganos. ¡También hoy hay muchos! También nosotros debemos estar atentos y no resbalar hacia ese camino de cristianos paganos, cristianos en la apariencia. Y la tentación de acostumbrarse a la mediocridad, la mediocridad de los cristianos, de estos cristianos, es precisamente su ruina, porque el corazón se enfría, se hacen tibios. Y a los tibios el Señor les dice una palabra fuerte: ‘Porque eres tibio, te vomitaré de mi boca’ ¡Es muy fuerte! Son enemigos de la Cruz de Cristo. Toman el nombre, pero no siguen las exigencias de la vida cristiana».
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de noviembre de 2014, en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Viviré este día atento a los demás y buscaré ayudar o hacer un favor a alguien que lo necesite, aunque me cueste mucho.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Educar a los hijos en la responsabilidad
La responsabilidad alude a la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas en todo momento.
Educar a los hijos en la responsabilidad
El adolescente y la responsabilidad
Los adolescentes realizan actos que, en principio, nos pueden parecer nimiedades y a los que quizá no demos excesiva importancia: un día copian en un examen, otro «fardan» de haber robado un colorete en unos grandes almacenes o es el héroe de la padilla por ir a una fiesta tras haber mentido a los padres. Podemos pensar, «cosas de adolescentes»; sí, por supuesto, pero de adolescentes irresponsables.
Inculcar el sentido de la responsabilidad a los adolescentes requiere dar explicación a determinados comportamientos para que ellos puedan asumir las consecuencias de sus actos. La responsabilidad tiene dos requisitos: libertad y norma.
La responsabilidad alude a la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas en todo momento. Pero, para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios, al menos, dos requisitos:
-La libertad: para que exista responsabilidad las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón y éste es imprescindible para la libertad.
-La norma: debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. Pueden ser las normas establecidas en casa por los padres, las leyes del Estado o las normas morales por las que se rige cada persona.
Para reconocer algo, primero hay que conocerlo
Un error frecuente es exigirles a nuestros hijos comportamientos que no «les hemos explicado» previamente. Así, por ejemplo, podemos prohibirle a un hijo que vea la televisión entre semana «Porque soy tu padre y aquí se hace lo que yo digo». Lógicamente, en la primera oportunidad que se encuentre solo, no dudará en poner su serie favorita, pues ya se siente mayor y su razonamiento será: «La veo porque me da la gana».
Si por el contrario, le explicamos que si llega del colegio y antes de la cena tan solo cuenta, en el mejor de los casos, con tres horas para hacer sus deberes -en la ESO llevan bastantes tareas para casa- y dedica un tercio a ver la televisión, más un rato para hablar por teléfono con los amigos, otro para merendar, unos minutos para organizar la tarea, etc., etc., le quedará una hora escasa por lo que, probablemente, no logrará terminar a tiempo. Esta explicación, en la que el hijo intuye que buscamos su bien y no imponer nuestra voluntad, le ayudará a razonar y a comprender que «a diario no es recomendable perder el tiempo delante de la televisión».
Ocasiones para ejercer la responsabilidad
Es obvio que para desarrollar la responsabilidad hay que dar responsabilidades. Si sobreprotegemos a nuestros hijos y les evitamos tareas que ellos pueden realizar, no les dejaremos crecer como personas. Los adolescentes, entre otras, pueden tener las siguientes responsabilidades:
– Hacer todos los deberes sin que nadie se lo recuerde.
– Ordenar su habitación, incluyendo los armarios y la cama bien hecha.
– Organizar sus fiestas de cumpleaños.
– Acudir a las actividades extraescolares con el equipamiento adecuado.
– Aseo e higiene personal. Ducharse diariamente dejando el baño aseado.
– Fregar los platos, quitar el polvo, fregar el suelo.
– Doblar y recoger su ropa.
– Prepararse el almuerzo y la merienda. Cocinar comidas sencillas.
– Organizar su ocio y tiempo libre.
– Llevar las llaves de casa.
-Anotar en la lista de la compra cosas que faltan.
-Realizar compras.
– Organizar sus libros y sus CDs de música.
– Prepararse la maleta cuando se va de excursión o de campamento.
– Acostarse a una hora razonable.
– Levantarse a la primera vez que se les llama o poniéndose el despertador
Dos excusas para evitar la responsabilidad
Para evitar responsabilidades ante los demás, es frecuente echar la culpa a otro, o bien decir «Soy libre y hago lo que me da la gana», queriendo expresar que no rindo cuentas de mi comportamiento ante nadie. Obviamente la libertad humana no funciona así.
Para quitarse responsabilidad ante la propia conciencia, un recurso habitual es evitar reflexionar: aturdir la cabeza hasta que no pueda pensar. Otro sistema es decir «Yo paso de todo» o «Ningún asunto me importa». Pero la conciencia intentará protestar ante esta dejadez.
Aprender a ser responsable
Entre los 6 y los 12 años, es decir, durante la Educación Primaria, tenemos que animar a nuestros hijos a aprender a ser responsables para que piensen cada acción, vean los pros y los contras, y haciendo uso de su libertad, elijan lo que más les conviene, no lo que más les apetece.
El miedo a la responsabilidad supone una visión desenfocada de la libertad, no apreciar que los compromisos atan pero a la vez protegen. Aprender a ser responsable supone asumir que los compromisos son buenos, nos hacen madurar y nos proporcionan la alegría de ser consecuentes con nuestras decisiones, a pesar del esfuerzo que éstas supongan.
¿Cómo desarrollar la responsabilidad en los niños?
1. Potenciando su capacidad de auto-dirigirse, dejándoles actuar con autonomía e iniciativa al encomendarles responsabilidades.
2. Dándoles respuestas con frecuencia para que sepan cómo lo están haciendo, reconociendo de modo manifiesto lo bien hecho, de tal manera que les genere satisfacción propia.
3. Ayudándoles a reflexionar y a pensar, haciéndoles conscientes de las consecuencias de sus actos. El objetivo de la educación de las virtudes es precisamente el de integrar la razón, la voluntad y el sentimiento, en cada actuación de la persona.
4. Hablándoles desde que son bien pequeños y facilitándoles el escucharles a solas, con una escucha activa. La comunicación familiar y el diálogo es pilar clave que facilita la cercanía a los hijos con un clima de confianza, en el que salga de ellos contarnos sus cosas.
5. Con tareas concretas que ejerciten la responsabilidad:
– Tener encargos que faciliten la unidad familiar y un clima positivo, relacionado con la buena marcha de la casa gracias al esfuerzo de cada uno por cumplirlo bien y a tiempo.
– Ocuparse de sus cosas, como prepararse su mochila, su ropa, su maleta de viaje*
– Ordenar su habitación, incluyendo el hacerse la cama.
– Tener y cumplir un horario de estudio, en un ambiente silencioso que facilite el trabajo bien hecho.
– Cuidar a un bebé o un hermano más pequeño.
El niño obediente no siempre es responsable
Es cierto que, con frecuencia cuando los niños aprenden a ser responsables, se confunde la responsabilidad con la obediencia, pues ejecutar órdenes no significa ser responsable. En ocasiones, cuando se obedece puede hacerse para agradar a la otra persona, evitar un castigo, conseguir un privilegio, etc. Aquí, tanto la motivación como la decisión son externas al niño. Sin embargo, la persona actúa responsablemente cuando decide qué hacer y se motiva ella misma para hacerlo, lo que implica una aceptación personal y libre, con una motivación interna para llevar a cabo dicha orden.
Es por esto que cuando un hijo actúa por obligaciones impuestas, no llega a experimentar el éxito o el fracaso como consecuencia de la decisión personal tomada que le lleva a comprometerse con responsabilidad. Y tanto equivocarse como acertar son necesarios para ser responsable. Por ejemplo, cuando ante cualquier medio tecnológico -las TIC- sólo vemos los riesgos y peligros de éstos y prohibimos a los hijos sin razonarles el porqué, ni enseñarles a usarlos responsable y libremente, mostrándoles tanto las ventajas que tienen como sus riesgos y peligros, puede que los hijos obedezcan por obligación; pero conforme crezcan y lleguen a la adolescencia, no entenderán nuestra prohibición hacia las TIC, sentirán curiosidad y de un modo u otro (cuando estén solos en casa, cuando vayan a la de un amigo, un compañero de clase que se lleva en un móvil inteligente una serie bajada de Internet*) acabarán viendo y/o utilizándolas por curiosidad natural, sin conocer nuestros criterios y dejándose llevar por el de los amigos.
El Papa nos alienta a seguir sembrando siguiendo al Espíritu Santo
Fundadores de la Red Global de Laicos Misioneros, RENOVA+.
“El Papa Francisco siempre nos alienta a que sembremos, a que iniciemos procesos siguiendo el soplo del Espíritu Santo, y es esto lo que hace RENOVA+, crear redes para fomentar ese dinamismo que uno necesita para impactar en diferentes lugares con el mensaje del Señor, transformar corazones y a la vez comenzar un camino de acompañamiento”, lo dijeron Diego Solano y Andrés Castillo, fundadores de la Red Global de Laicos Misioneros, RENOVA+, comentando el recientemente encuentro que tuvieron con el Papa Francisco, quien los animó a seguir entregando herramientas de ayuda a las Iglesias locales, con la finalidad de que cada Comunidad conozca y ponga en acción sus Carismas, revitalizando espacios que sean semillas para una Misión Permanente.
El encuentro con el Papa Francisco
En este mes misionero, los laicos argentinos visitaron la Santa Sede y tuvieron una audiencia con el Papa Francisco, a quien presentaron los avances e iniciativas de evangelización de RENOVA+ en diferentes partes del mundo donde esta presente la Red. “En esta oportunidad, el encuentro con el Papa fue diferente a los demás – señalan los fundadores de RENOVA+ – porque nosotros a menudo vamos contándole a él a la distancia, a través de su secretario, cómo vamos avanzando, y en uno de los correos que le enviamos decía: ‘y algunos temas que se nos hace difícil resolver sin tu dirección’. Entonces, cuando vino la respuesta, él dijo: ‘me parece oportuno que vengan a verme para poder recomenzar esos aspectos que no se pueden resolver’. El diálogo comenzó desde ese lugar, de donde era que nos habíamos frenado, o a donde sentíamos que necesitábamos su dirección. Lo importante de esta reunión fue que, se asombro mucho, porque nosotros veníamos viéndolo una vez o dos veces por año y con la pandemia no lo pudimos vernos y aunque le íbamos contando, se ve que lo presencial es otra cosa”.
Entonces, cuando le he contado el gran avance que habíamos tenido dentro de la pandemia, a los lugares que habíamos podido servir y ser de ayuda para la Iglesia, se ponía muy contento. Y él nos preguntaba algunos detalles, y así fuimos construyendo un poco ese camino. Lo esencial es que, nosotros hemos tenido como aperturas y pedidos desde África y Oceanía, que son dos continentes en los cuales no habíamos tenido presencia hasta este momento. La pregunta que fue madre de toda la reunión fue: ¿te parece que avancemos? ¿algún consejo sobre lo que deberíamos hacer, qué no deberíamos hacer, cómo deberíamos estar? Y ahí empezó una catarata de cosas de ida y vuelta, pero básicamente esa fue la pregunta.
¿Cuáles son las orientaciones, los consejos, que el Papa Francisco les ha dado para poder promover la Red Global de Laicos Misioneros?
Él insiste siempre con que sembremos. Y esta vez agrego, a modo de pregunta, una frase muy argentina: ¿Y les da el cuero? Es decir, ¿Y lo van a poder hacer? Esto de expandirnos a África. Entonces, nuestra respuesta fue inmediata: “no sabemos”. Porque la verdad no sabemos como se presentarán las cosas, hay un choque cultural muy grande entre África y América que debemos aprender, conocer, y lo demás. Lo mismo pasaría en Oceanía, pero, por ahí con nuestra presencia en Estados Unidos tal vez es un poco más similar. Entonces él dijo: “a mí me parece muy bien que vayan siguiendo el Espíritu Santo, me parece muy bien que, si el Espíritu Santo empieza a soplar en ese lugar, que puedan ir. Pero – dijo – fíjense si pueden dar respuesta. Yo prefiero que sí ven que no pueden responder a los pedidos que les hacen, prefiero que se queden en donde están y no sigan avanzando, a que avancen y después no puedan dar respuesta”.
¿Cuál es la importancia de crear estas redes para la evangelización de los pueblos?
Mundialmente nosotros sentimos que la Iglesia está cambiando su forma de ver las cosas, la Iglesia está mutando hacía una realidad más dinámica, y menos estática. El hecho de ser una red te da ese dinamismo que uno necesita para impactar en los lugares con el mensaje del Señor, transformar corazones y a la vez comenzar un camino de acompañamiento. Si nosotros fuéramos un movimiento o una organización que lleva adelante todo el proceso, seria muy difícil para nosotros poder ayudar en varios lugares a la vez. Pero siendo una red, a nosotros nos permite en el dinamismo poder ir ayudando en cada uno de los lugares, en definitiva, nosotros somos iniciadores de procesos y quién continúa en esos procesos en las mismas personas en cada una de sus comunidades, entonces es trabajo en red nos facilita poder avanzar transversalmente en los lugares donde necesitan ayuda y ofrecer el acompañamiento mientras el equipo va trabajando. La red es un paradigma diferente de ser Iglesia, y Francisco lo entiende así y eso es lo que él nos promueve que sigamos haciendo.
¿Cómo nace esta Red Global de Laicos Misioneros?
R.- Bueno, nace en Buenos Aires, veníamos misionando, evangelizando, junto con Andrés Castillo, cada uno por su lado primero y después de manera conjunta veníamos haciendo eventos de evangelización. En aquel tiempo nos recibía el Cardenal Bergoglio en el Arzobispado de Buenos Aires. Luego de mucho tiempo de discernimiento, en el año 2016, 2017, ya con Francisco en el papado fuimos descubriendo algunas cuestiones que veíamos que, en la Iglesia de Buenos Aires, podía ser de ayuda. En concreto, veníamos estudiando el documento de Aparecida, luego aparece Evangelii Gaudium que trae un montón de respuestas y decíamos, necesitamos de verdad promover en nuestra Iglesia este tiempo de formación de discípulos misioneros. Escuchamos a cuatro Obispos de Buenos Aires, a decenas de sacerdotes, a cientos de laicos y veníamos intercambiando mails con Su Santidad, nos daba un saludo, su bendición y nos animamos a pedirle una audiencia privada, y para nuestra sorpresa, en el año 2017 nos dijo que nos esperaba aquí en Roma. Tuvimos una audiencia privada el 30 de junio en Santa Ana, no terminamos de dialogar y nos dijo, vengan mañana a Santa Marta, así que estuvimos dos días seguidos con u Santidad.
“Quiero pedirles un favor…”
En definitiva, nosotros veníamos con tres cosas. Cuando le contamos de qué era algo que nosotros pensábamos para la región Buenos Aires y demás, él pensó y dijo “nadie me ha traído esto, me parece que esto es de Dios y – dijo – quiero pedirles un favor, cómo decirle que no a Su Santidad, y cuando hablo dijo quiero que lleven esto a España, quiero que vayan a Estados Unidos, quiero que vayan a México, Alemania, Holanda, Suecia, Bélgica y empezó a nombrar un montón de países”. Nuestra idea era la región Buenos Aires y allí nace desde su propio pedio sencillo con “quiero pedirles un favor…”, esta misión que hoy es global y que esta presente en el mundo. Así que nos embarcamos en esto con la premisa de saber que esto es parte de lo que Dios quiere, depositándolo en la mano de Dios, en Su providencia y hoy esto es una realidad.
El carisma de los Laicos misioneros de RENOVA+
Los laicos misioneros de la Red Global, RENOVA+, buscan a través de una estrategia de evangelización que involucra el Liderazgo como verdadero llamado, el Kerygma como punto de partida, la Formación como continuidad de Camino de Santidad y Discipulado, y el Trabajo Local como campo de acción; RENOVA+ optimiza cada situación local y deja establecida las bases para una proyección local como Iglesia Universal Misionera. Además, la Red tiene el propósito de aportar desde una ayuda concreta de Evangelización, Formación y Misión a la Iglesia Universal desde un plano Parroquial, con jurisdicción Diocesana. Lograr un impacto de revitalización transversal en las diferentes Pastorales. Contribuir a la Parroquia y la Diócesis con herramientas y equipos de personas comprometidas para el camino de Servicio Local. Despertar Carismas de Misión Permanente para que este trabajo se expanda a nivel Global. RENOVA+ siente un llamado, de parte de Dios, a llevar adelante este Propósito Global. Encuentra en la realización de su llamado un regalo que atesora como camino de Santidad y realización de su existencia.
Sana hasta los huesos
Te acuerdas de aquellos días llenos de deliciosas malteadas, chocolate con churros y helado de vainilla. Si aquellos días le quedan muy, pero muy lejos a tu memoria, te has preguntado ¿por qué? Sí, ¿por qué has dejado de consumir leche en los últimos años
NO POR TOMAR LECHE TE CONVERTIRÁS EN VACA
Te acuerdas de aquellos días llenos de deliciosas malteadas, chocolate con churros y helado de vainilla… Si aquellos días le quedan muy, pero muy lejos a tu memoria, te has preguntado ¿por qué? Sí, ¿por qué has dejado de consumir leche en los últimos años y la has sustituido por refresco de dieta?
¿No me digas que es con la intención de bajar de peso y mantenerte en línea? Pues si no lo sabes, más allá de eliminar unos kilitos de tu vida, esto te pone en un grave riesgo de padecer osteoporosis en tu edad adulta.
ADIÓS LLANTITAS…
Si más allá de que se te queden los bigotes marcados de leche, lo que te preocupa son los kilitos de más, déjame decirte que se ha descubierto que entre más lácteos consumas, bajarás más kilos que quienes consumen el mismo número de calorías en otros alimentos.
Si te preguntas: “¿cómo es esto posible?” Se debe a que el calcio bloquea el almacenamiento de grasas en tu cuerpo y por lo tanto, es más fácil que bajes de peso. ¡Aunque no lo creas!
LUCHARÁN A TRES CAÍDAS SIN LÍMITE DE TIEMPO…
Lo peor que puedes hacer, cuando inicias una dieta, es sustituir la leche por los refrescos; porque el gas, tiene ácido fosfórico que elimina el calcio de tus huesos. Si te has fijado en la etiqueta posterior de los refrescos, dice que tienen un Ph que resulta ser muy ácido; cuando tu organismo lo que necesita es uno pero, neutro.
Cuando tomas muchos refrescos, el calcio de tus huesos actúa como neutralizante del Ph, provocando que tus huesos se vuelvan porosos y débiles y terminen por romperse como el gis de tu salón de clase.
NO HAGASTAS A LO LOCO
No necesitas ser un genio para que puedas darte cuenta que la gran mayoría tenemos una dieta pésima; baja en calcio y alta en fósforo. Esto es gracias a todos esos refrescos y alimentos procesados que terminas devorando entre comidas. Esta proporción entre calcio y fósforo, es la que tiende a reducir la solidez de tus huesos.
¿EXISTE UNA DIETA IDEAL?
Los expertos dicen que sí; y consiste en incluir diariamente las raciones recomendadas de calcio y fósforo. Cuando esto no ocurre, tu cuerpo puede presentar cambios negativos importantes en el metabolismo hormonal y mineral.
Lo ideal es que consumas alimentos ricos en calcio como: la leche, el queso, el yogurt, las almendras y las nueces; acompañándolos siempre de alimentos que mejoren su absorción en los huesos, o sea, alimentos que contengan vitaminas C y D.
Por ejemplo: Cuando desayunes quesadillas, toma un jugo de naranja o toronja; ya que la vitamina C que contiene, te ayudará a absorber el calcio de las tortillas y el queso. Si tomas leche, trata que sea semidescremada (2% de grasa), porque la light (1%) no contiene vitamina D (que es la que se disuelve en tu grasa y te ayuda a fortalecer los huesos).
NO LE “SAQUES” A LAS GRASAS
Consumir un poco de grasa te ayudará a absorber mejor el calcio; no te preocupes por el peso, las grasas son buenísimas para que formes hormonas y, si escoges grasas saludables como almendras, nueces, cacahuates, aguacate y aceites, tu sistema hormonal funcionará mejor y así adelgazarás de una manera más sana.
El vuelo de la esperanza
Nunca pude imaginar que aceptar el encargo de transportar dos cajas de medicinas en el avión que pilotaba iba a cambiar mi vida
«Nunca pude imaginar que aceptar el encargo de transportar dos cajas de medicinas en el avión que pilotaba iba a cambiar mi vida, pero la cambió definitivamente»
Madrid, enero de 1989. Vuelo IB-6501 Madrid-Santo Domingo. Al mando de la aeronave se encuentra el comandante Santos Toledano. ¿Un viaje más? Lejos estaba de pensar que sería el vuelo de su vida. Gracias a él conoció la otra cara de los países a los que volaba: sus zonas de miseria. Esto cambió su existencia.
Desde entonces este piloto de Iberia decidió dedicar su tiempo libre, y el de su familia, a asegurarse personalmente que los productos llegasen a los destinatarios adecuados. Más aún: durante estos 19 años ha realizado todas las gestiones necesarias para conseguir que las operaciones tengan un coste cero.
Este hecho tan aparentemente simple del transporte de dos cajas de medicinas, fue el origen de la fundación «Ayúdales a Vivir». Iniciativa que nace del convencimiento de que las cosas se pueden cambiar si nos decidimos a ello: «Es nuestra responsabilidad intentarlo y conseguirlo», explica Santos Toledano.
Pero este piloto quería «volar» más alto. Entendió que una beneficencia eficaz pasa por un verdadero desarrollo de los pueblos, un desarrollo que permita a todos el paso de condiciones menos humanas a condiciones más dignas para el hombre. Su siguiente destino sería, pues, el Vaticano
«Mi empeño en seguir rebelándome contra la inercia de la injusticia social de una manera eficiente, me llevó hasta el Vaticano. Allí conocí al Presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, monseñor Paul Joseph Cordes, la persona que me llevaría hasta Perú, a una misión en la que llevaba trabajando 25 años con unos resultados excelentes»
Junto con Monseñor Javier del Río, su inseparable compañero de trabajo en Perú, dedicaron casi un año para conseguir un terreno de más de doscientas hectáreas donadas al obispado de Callao-Lima. Las dificultades fueron muchas antes de crear la Universidad Laboral de Pachacútec en Callao-Lima, proyecto en que están inmersos ahora estos valientes emprendedores:
«El padre Javier me hizo comprender con una sola frase que la adversidad no encuentra fronteras si se camina con los socios adecuados». Aquella frase era: «No te preocupes, Dios proveerá» recordó Santos.
Y monseñor Javier del Río explicó así a los doscientos invitados presentes en la inauguración cuál es la misión de la fundación Ayúdales a Vivir: «No queríamos hacer caridad sólo una vez, queríamos ser el primer paso en el camino de la esperanza. Nuestro propósito es enseñar a estas personas una profesión que les abra las puertas a un trabajo».
Hoy, gracias a su arduo trabajo y al conjunto de voluntades de distintas empresas e instituciones, tanto de España como de Perú, ha sido posible que varios miles de personas hayan salido de aquella pobreza.
Muchos han denominado a Santos como el «emprendedor social» porque busca los mismos valores que las empresas en su responsabilidad social corporativa. Pero, en realidad, «sólo soy la misma persona que, dolido por el hambre y la injusticia, trasladó dos cajas de medicinas en el año 89», aclara este piloto misionero.
Cuando el Gran Chef te pone a calentar
Sembrando Esperanza II. Lo que más nos detiene en la vida, no es lo que nos sucede, sino cómo reaccionamos a este hecho.
Una hija le decía a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles, sentía que el mundo en que vivía era cada vez más complicado, con nuevas exigencias. No sabía cómo hacer para seguir adelante, pues la universidad se le hacía cada vez más demandante, la relación con el novio menos formal y más superficial y en casa sentía que no se respiraba un ambiente de armonía y respeto.
Estaba cansada de luchar y no veía soluciones a corto plazo. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro y otro y otro. Vivir así no valía la pena.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte; pronto, el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bowl; sacó los huevos y los colocó en otro bowl; coló el café y lo puso en un tercer bowl. Mirando a su hija le dijo:
«Mi querida princesita, ¿qué ves?», «Zanahorias, huevos y café» fue su respuesta. Hizo que se acercara y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Al terminar de sacarle la cáscara, observó el huevo duro; después, le pidió que probara el café.
Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: «¿Qué significa esto, padre?»
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo, se había vuelto débil y fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café, sin embargo, eran únicos; después de estar en el agua hirviendo, habían cambiado al agua.
«¿Cuál eres tú?», le preguntó a su hija. «Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?, ¿eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza, de forma que te dejas derrotar fácilmente? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, poseías un espíritu fluido, pero después de un accidente, de la muerte de un ser querido o amigo, de una separación o un despido, te has vuelto duro y desconfiado? por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café?, el café cambia al agua hirviente, al elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor.
¿Eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor y tú reaccionas mejor, y haces que las cosas a tu alrededor mejoren? ¿Cómo manejas la adversidad?
¿Hasta qué punto sabes cambiar tu entorno?,¿hasta qué punto dejas que el agua hirviendo de las circunstancias se enfríe?…
El cómo vivir cada una de ellas, depende absolutamente de ti. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?…
«Lo que más nos priva del AMOR A LA VIDA no es lo que nos sucede, sino cómo reaccionamos a este hecho».
Un niño le da una lección al Papa Francisco en plena audiencia general
Antoine Mekary | ALETEIA
“Agradezco a este niño la lección que nos ha dado a todos», el Pontífice cambia su predicación sorprendido por los gestos de un niño en la Audiencia General en Aula Pablo VI del Vaticano
El papa Francisco ha continuado con su ciclo de catequesis sobre la libertad. En la audiencia general del miércoles, 20 de octubre de 2021, en el aula Pablo VI, el Pontífice fue interrumpido por un niño. Esto hizo que el Papa improvisara un discurso sin hojas en la mano.
«En estos días se habla de la libertad de la fe, considerando la carta a los Gálatas. Pero me acordé de lo que dijo Jesús sobre la espontaneidad y la libertad de los niños», afirmó.
Luego hizo notar la presencia de un niño italiano llamado Paolo, 10 años, que subió las escaleras hasta llegar al estrado donde el Papa estaba predicando. El infante trató al Papa como si le conociera de una vida. «Este niño tuvo la libertad de acercarse, de moverse como si estuviera en su casa», comentó.
«Y Jesús nos dice que si ‘no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos’ «, dijo el Papa ante los fieles y los peregrinos reunidos para su catequesis semanal.
Los divertidos momentos del Papa Francisco y el niño
Testimonio desde el corazón
Entonces, el Pontífice invitó a valorar la actitud de los niños. Pues ellos no tienen miedo “para acercarse al Señor, para abrirse al Señor”.
“Agradezco a este niño la lección que nos ha dado a todos, y que el Señor le ayude en su limitación, en su crecimiento, porque ha dado este testimonio que ha salido del corazón. Los niños no tienen un traductor automático en la vida, el corazón va por delante. Gracias».
El niño ha tomado la mano del sacerdote lector del Evangelio en portugués hasta llevarle cerca al Papa y pedirle ayuda para llevarse el ‘solideo’ y le tocaba la cabeza al Sucesor de Pedro. El Papa sonrió todo el tiempo y jugueteaba con él.
Libertad egoísta
El Papa analizó una de las concepciones modernas más extendidas de la libertad: «mi libertad termina donde empieza la tuya». Esto para desvelar cuando la libertad se vuelve egoísta.
Dijo que esta visión es individualista, pues falta de la relación entre las personas. La liberación gracias a Jesús no puede pensarse como una “libertad” que consiste en alejarse de los demás: “sintiéndolos como una molestia”. Y aseguró que no todo es lícito en las relaciones, y que primero está la persona. «Pablo les pone delante la exigencia del amor”.
Te puede interesar: Papa Francisco: ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a los niños?
El amor da libertad
El Papa presentó las dos ideas contrapuestas de libertad expresadas por San Pablo: “Por un lado, una falsa concepción de la libertad, que considera que “todo es lícito”, que vive según el instinto, las pulsiones , los deseos egoístas, siguiendo los criterios del “me gusta” o “no me gusta”. Esa es una libertad vacía, y que nos deja vacíos por dentro”.
“Por el contrario, la verdadera libertad —la libertad en Cristo— no busca el propio interés, sino que está guiada por el amor y se expresa en el servicio a los demás”, ha añadido.
El Papa instó a ser verdaderamente libres amando y sirviendo gratuitamente a quienes nos rodean, de modo particular a los pobres.
“El amor nos hace libres, nos lleva a elegir y obrar el bien, nos mueve a servir. Por otra parte, no olvidemos que la caridad tiene también una dimensión social, es decir, que no deja a nadie al margen, no es selectiva, sino que busca el bien de todos”.
Dimensión comunitaria de la libertad
“Especialmente en este momento de la historia, necesitamos redescubrir la dimensión comunitaria, no individualista, de la libertad: la pandemia nos ha enseñado que nos necesitamos unos a otros, pero no basta con saberlo, hay que elegirlo cada día en la práctica”, pidió el Papa.
“Digamos y creamos que los demás no son un obstáculo para mi libertad, sino que son la posibilidad de realizarla plenamente. Porque nuestra libertad nace del amor de Dios y crece en la caridad”.
El Papa saluda a religiosas por su servicio
Sucesivamente, el Papa saludó a los peregrinos de lengua española, en especial a las Ministras de los Enfermos, las hijas de la Madre Torres Acosta. “Estas monjitas se pasan las noches cuidando enfermos y duermen un rato de día. Son un ejemplo de lo que es servicio hasta el fin, con abnegación de sí mismas. Sigan por ese camino”.
“Gracias por lo que hacen. Pidamos a Jesús — modelo de caridad y servidor de todos— que nos libere de nuestras esclavitudes y nos ayude a ser auténticamente libres, impulsándonos a amar con gestos concretos de misericordia y caridad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.”.
La audiencia general concluyó con la oración del Padre Nuestro y la bendición apostólica.
Papa Francisco: ¿Cómo ser astuto sin caer en la corrupción?
Lanako Portfolio | Shutterstock
Hacen falta 3 actitudes, las señala en una homilía en la Casa Santa Marta. Una historia de corrupción cotidiana. Lo cuenta el evangelio de Lucas, a través de la figura del administrador que desperdicia los bienes del amo y que, una vez descubierto, en vez de encontrar un trabajo honrado sigue robando con la complicidad de otros: ”una verdadera estructura de corrupción”, la define el Papa en la homilía de la Misa en Casa Santa Marta.
«Son poderosos estos, ¡eh! Cuando hacen las estructuras de corrupción son poderosos: por eso llegan incluso a actitudes mafiosas. Esta es la historia». «Pero no es un cuento, no es una historia que haya que buscar en los libros de historia antigua: la encontramos todos los días en los diarios, todos los días». «Sucede hoy también, sobre todo con quienes tienen la responsabilidad de administrar los bienes del pueblo, no sus propios bienes, porque este era administrador de los bienes de otros, no de los propios. Con los propios bienes, nadie es corrupto, los defiende».
Cómo educar a tu hijo para cambiar una sociedad corrupta
La consecuencia que Jesús saca de este Evangelio, observa el Papa, es precisamente la mayor astucia de los «hijos de este mundo” respecto a los hijos de la luz: su mayor corrupción, su astucia llevada «incluso con cortesía”, con “guantes de seda”.
Pero ¿existe, se pregunta el Papa, una «astucia cristiana?”. «Estos son más astutos que los cristianos –pero no diré cristianos, porque muchos corruptos se llaman cristianos».
«Si estos son mucho más astutos que los fieles a Jesús, me pregunto: ¿existe una astucia cristiana? ¿Existe una actitud para los que quieren seguir a Jesús, para que no terminen mal, para que no se los coman vivos –como decía mi madre: ‘se los coman crudos’– los demás?».
«¿Cuál es la astucia cristiana, una astucia que no sea pecado, sino que sirva para llevar adelante el servicio del Señor y también ayudar a los demás? ¿Hay una astucia cristiana?».
Sí, hay una “astucia cristiana para seguir adelante sin caer en las estructuras de la corrupción”.
Y en el Evangelio, explica el Papa, Jesús lo indica con algunas contraposiciones, cuando habla por ejemplo de los cristianos que son como “corderos en medio de lobos” o ”prudentes como serpientes y sencillos como palomas”.
«¿Entonces cómo hacer? Con tres actitudes», indica Francisco.
1.UNA SANA DESCONFIANZA
«La primera es una “sana desconfianza”, estar atentos a todo el que “promete demasiado” y “habla demasiado” como “los que te dicen ‘Haz la inversión en mi banco y te daré doble interés’”.
2.REFLEXIÓN
«La segunda actitud es la reflexión, ante las seducciones del diablo que conoce nuestras debilidades».
3.ORACIÓN
Y finalmente, la oración.
Te puede interesar:
Actúa con astucia con las riquezas, el Papa te explica cómo
«Pidamos hoy al Señor que nos dé esta gracia de ser astutos, cristianos astutos, tener esta astucia cristiana. Si hay algo que el cristiano no puede permitirse es ser ingenuo».
«Como cristianos tenemos un tesoro dentro: el tesoro que es el Espíritu Santo. Debemos custodiarlo. Y un ingenuo allí, se deja robar el Espíritu. Un cristiano no puede permitirse ser ingenuo».
«Pidamos esta gracia de la astucia cristiana. Es también una buena ocasión para rezar por los corruptos. Se habla de smog que causa contaminación, pero hay también un smog de corrupción en la sociedad. Pidamos por los corruptos: pobres, que encuentren la salida de esa cárcel en la que quisieron entrar».
«Mi libertad termina donde empieza la tuya»: el Papa explica por qué esta expresión está equivocada
El Papa Francisco habló de la verdadera libertad, tal y como la plantea San Pablo / Fotos: Vatican Media
AGS:
El Papa Francisco prosiguió este miércoles con su catequesis en la Audiencia General sobre la carta de San Pablo a los Gálatas donde profundizó nuevamente en la “libertad de la fe” y destacando la espontaneidad y la libertad de los niños, como el que se le acercó para pedirle el solideo, habló de la “valentía de acercarse al Señor, de estar abiertos al Señor, de no tener miedo del Señor”.
El Pontífice señaló que el apóstol en esta carta va poco a poco introduciendo “la gran novedad de la fe”, y es una “novedad” –agregó el Papa- “porque no renueva sólo algún aspecto de la vida, sino que nos lleva dentro de esa ‘vida nueva’ que hemos recibido con el Bautismo”.
“Hemos pasado de la esclavitud del miedo y del pecado a la libertad de los hijos de Dios. Otra vez la palabra libertad”, agregó el Papa.
Con esta nueva catequesis, Francisco quiso explicar “cuál es para el apóstol el corazón de esta libertad”.
“Pablo afirma que la libertad está lejos de ser ‘un pretexto para la carne’ (Gal 5,13): la libertad no es un vivir libertino, según la carne o según el instinto, los deseos individuales y los propios impulsos egoístas; al contrario, la libertad de Jesús nos conduce a estar —escribe el apóstol— ‘al servicio los unos de los otros’”, añadió el Papa.
De este modo, recalcó que “la libertad en Cristo tiene alguna ‘esclavitud’, alguna dimensión que nos lleva al servicio, a vivir para los otros. La verdadera libertad, en otras palabras, se expresa plenamente en la caridad. Una vez más nos encontramos delante de la paradoja del Evangelio: somos libres en el servir, no en el hacer lo que queremos. Somos libres en el servir, y ahí viene la libertad; nos encontramos plenamente en la medida en que nos donamos. Nos encontramos plenamente a nosotros en la medida en que nos donamos, tenemos la valentía de donarnos; poseemos la vida si la perdemos. Esto es Evangelio puro”.
Pero esta paradoja, ¿cómo se explica?, preguntó Francisco. A su juicio, la respuesta de San Pablo es “tan sencilla como comprometedora”: “Mediante el amor”.
Por ello, recordó que “no hay libertad sin amor. La libertad egoísta del hacer lo que quiero no es libertad, porque vuelve sobre sí misma, no es fecunda. Es el amor de Cristo que nos ha liberado y también es el amor que nos libera de la peor esclavitud, la del nuestro yo; por eso la libertad crece con el amor”.
Sin embargo, Francisco alertó que este amor no es el de “telenovela” ni el de la “pasión que busca simplemente lo que nos apetece y nos gusta”. Se trata del “amor que vemos en Cristo, la caridad: este es el amor verdaderamente libre y liberador”.
“Para Pablo la libertad no es ‘hacer lo que me apetece y me gusta’. Este tipo de libertad, sin un fin y sin referencias, sería una libertad vacía, una libertad de circo: no funciona. Y de hecho deja el vacío dentro: cuántas veces, después de haber seguido solo el instinto, nos damos cuenta de quedar con un gran vacío dentro y haber usado mal el tesoro de nuestra libertad, la belleza de poder elegir el verdadero bien para nosotros y para los otros”, añadió Francisco.
Así, expresó que “la verdadera libertad nos libera siempre, sin embargo cuando buscamos esa libertad de ‘lo que me gusta y no me gusta’, al final permanecemos vacíos”. En resumen, “si la libertad no está al servicio —este es el test— si la libertad no está al servicio del bien corre el riesgo de ser estéril y no dar fruto. Sin embargo, la libertad animada por el amor conduce hacia los pobres, reconociendo en sus rostros el de Cristo. Por eso el servicio de los unos hacia los otros permite a Pablo, escribiendo a los Gálatas, subrayar algo de ninguna manera secundario”.
Francisco recordó que una las expresiones modernas más difundidas sobre la libertad es esta: “mi libertad termina donde empieza la tuya”. “¡Pero aquí falta la relación, el vínculo! Es una visión individualista. Sin embargo, quien ha recibido el don de la liberación obrada por Jesús no puede pensar que la libertad consiste en el estar lejos de los otros, sintiéndoles como molestia, no puede ver el ser humano encaramado en sí mismo, sino siempre incluido en una comunidad. La dimensión social es fundamental para los cristianos, y les consiente mirar al bien común y no al interés privado”, respondió el Papa.