Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Oh Jesús mío, siento que mi naturaleza se ennoblece, pero a pesar de estas gracias tuyas no muere del todo, por lo tanto mi vigilancia es continua.  Tengo que luchar contra muchos defectos sabiendo bien que la lucha no humilla a nadie, sino la cobardía y la caída.

Reflexión: Vigilancia

Oh Jesús mío, siento que mi naturaleza se ennoblece, pero a pesar de estas gracias tuyas no muere del todo, por lo tanto mi vigilancia es continua. Estad vigilantes ante la llegada del Señor. El Señor viene con esplendor a visitar a su pueblo con la paz y a comunicar la vida eterna. Son palabras dirigida a todos los hombres de todos los tiempos.

Es necesario estar vigilantes contra los enemigos de Dios pero también contra la complicidad que ofrecen nuestras inclinaciones. Vigilad y orad para no caer en la tentación porque si bien el espíritu está pronto, la carne es débil. Estamos vigilantes cuando nos esforzamos por hacer mejor la oración personal, que evita la tibieza, cuando cuidamos la mortificación, que nos mantiene despiertos para las cosas de Dios, nos ayuda a estar vigilantes, cuando hacemos un delicado examen de conciencia.

El Señor espera nuestra conversión sincera, espera que estemos vigilantes para no adormecernos en la tibieza. La esperanza está íntimamente relacionada con un corazón vigilante.

“Y cómo no sabemos ni el día ni la hora es necesario que vigilemos constantemente para que terminado el único plano de nuestra vida terrena, merezcamos estar con Él a las todas y ser contados entre los elegidos”.

Todo el evangelio es una llamada a estar despiertos, vigilantes y en guardia ante el enemigo que no descansa, y ante la llegada del Señor que no sabemos cuando tendrá lugar. Vigilar quiere decir estar siempre en espera; significa estar con la cabeza asomada fuera de la ventana, con la esperanza de ser el primero en dar la voz. “¡Mirad, ya viene!” Vigilar es estar pendiente con inmensa alegría de la venida del Señor: “¡Maranatha, ven Señor Jesús!”

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda estar vigilante a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.