Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Hoy pedí al Señor que se dignara instruirme sobre la vida interior, porque de por mi no alcanzo a comprender nada ni pensar en nada perfecto.  Y el Señor me contestó:  He sido tu Maestro; lo soy lo seré.  Procura que tu corazón se asemeje a Mi Corazón manso y humilde.  No reclames nunca tus derechos.  Soporta con gran calma y paciencia todo lo que te pase

Reflexión: Vida interior

Hoy pedí al Señor que se dignara instruirme sobre la vida interior, porque de mí no alcanzo a comprender nada ni pensar en nada perfecto. Y el Señor me contestó: He sido tu maestro, lo soy y lo seré, procura tu corazón se asemeje a mi corazón manso y humilde. No reclames nunca tus derechos. Soporta con gran calma y paciencia todo lo que te pasa. Ya que hemos recibido a Jesucristo por Señor además en Él, unidos a Él, como nuestra raíz y edificados sobre Él como sobre nuestro fundamento puede definirse la vida interior en vida familiar del alma con Dios y con los santos, y ser interior es amarlo bastante para conversar y vivir con Jesucristo.

La vida interior es para la santidad lo que la savia para el árbol y para la savia la raíz. El grado de la vida interior depende de la virtud y de la perfección y que cuanto más interior es un alma, más llena está de luces divinas. Es más fuerte en el deber y más feliz en el servicio de Dios. Todo sirve para recogerla, todo la aprovecha todo la une más íntimamente con Dios. El camino más perfecto para la vida interior es el recogimiento y recogerse es concentrarse fuera adentro y comprende tres grados: recogerse en el pensamiento del deber, recogerse en la gracia de la virtud y recogerse en el amor. En el primer grado en el caso del pensamiento, adquirimos conciencia del deber de la ley de Dios. ¿Qué manda? ¿que prohíbe la ley? El hombre recogido en el deber pone los ojos en la conciencia para ver si es correcto lo que hace. Debemos llevar la ley del Señor ceñida en nosotros, que esté siempre ante nuestros ojos y en nuestro corazón.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la vida interior, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce