Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Pruebas enviadas por Dios a un alma particularmente amada.
Tentaciones y oscuridades; Satanás.
El amor del alma no es todavía como Dios lo desea. De repente el alma pierde la presencia de Dios. Se manifiestan en ella distintas faltas y errores con los cuales tiene que llevar a cabo una lucha encarnizada. Todos los errores levantan la cabeza, pero su vigilancia es grande. En el lugar de la anterior presencia de Dios ha entrado la aspereza y la sequía espiritual, no encuentra satisfacción en los ejercicios espirituales, no puede rezar, ni como antes, ni como oraba ahora. Lucha por todas partes y no encuentra satisfacción. Dios se le ha escondido y ella no encuentra satisfacción en las criaturas, y ninguna criatura sabe consolarla. El alma desea a Dios apasionadamente, pero ve su propia miseria, empieza a sentir la justicia de Dios. Ve como si hubiera perdido todos los dones de Dios, su mente está como nublada, la oscuridad envuelve toda su alma, empieza un tormento inconcebible.
Reflexión: Vida del amor
El amor del alma no es todavía como Dios lo desea. De repente, el alma pierde la presencia de Dios. El alma desea a Dios apasionadamente, pero ve su propia miseria. Ve como si hubiera perdido todos los dones de Dios.
Diálogo de Dios y el alma perfecta
El alma sigue conversando con Dios le sigue contando. Por eso en mi alma se ha despertado un amor todavía más grande hacia ti, el único objeto de mi amor porque la vida del amor y de la unión se manifiesta por fuera como: fuerza perfecta, humildad profunda, dulce mansedumbre, gran fervor por la salvación de las almas. Oh mi dulcísimo Señor velas sobre mi en cada momento y me inspiras sobre como debo portarme.
Oh cuántas veces con una luz repentina me hiciste conocer lo que te agradaba más, que numerosos son estos secretos de los cuales no sabe nadie.
Muchas veces has volcado en mi alma, fuerza y valor para avanzar, tú mismo eliminabas las dificultades.
Oh Jesús, todo lo que te he dicho es una pálida sombra frente a la realidad que hay en mi corazón. Oh Jesús Mío cuanto deseo la conversión de los pecadores. Tu sabes lo que hago por ellos para conquistarlos para ti, tú sabes que no escatimo ni fuerzas, ni salud, mi vida en defensa de tu reino. Aunque en la Tierra mis esfuerzos son invisibles, pero no tienen menos valor a tus ojos. Oh Jesús deseo atraer las almas a la fuente de tu misericordia para que tomen la vivificante agua de vida con el recipiente de la confianza. Si el alma desea experimentar una mayor misericordia de Dios, acérquese a Dios con confianza y si su confianza es sin límites, la misericordia de Dios será para ello también sin límites. Que cada alma glorifique la grandeza de tu misericordia.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la vida del amor, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.