Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

La espera del alma a la venida del Señor

No sé, oh Señor, a qué hora vendrás,
Por eso vigilo continuamente y presto atención,
Yo, Tu esposa por Ti escogida,
Porque sé que Te gusta venir inadvertidamente,
Pero el corazón puro desde lejos Te sentirá, Señor.

Reflexión: Ven, Señor Jesús

La espera del alma a la venida del Señor. No sé, oh Señor, a qué horas vendrás, por eso vigilo continuamente y presto atención. Yo, tu esposa por ti escogida, porque se que te gusta venir inadvertidamente. Pero el corazón puro desde lejos te sentirá, Señor.

Te espero, Señor, entre la quietud y el silencio, con gran añoranza en el corazón. Con un deseo irresistible, siento que mi amor hacia ti se vuelve fuego y como una llama ascenderá al cielo al final de la vida. Y entonces, se realizarán todos mis deseos.

Ven ya, mi dulcísimo Señor, y lleva mi corazón sediento allí, donde estás tú, a las regiones excelsas del cielo, donde tu vida dura eternamente.

 La vida en la tierra es una agonía continua, mientras mi corazón siente que está creado para grandes alturas.

Y no lo ato en nada las llanuras de esta vida porque mi patria es el cielo. Esta es mi fe. Inquebrantable.

Fin del quinto cuaderno del manuscrito del diario. Al final de los tiempos el mundo verá al Hijo del Hombre venir sobre una nube con gran poder y majestad para juzgar a vivos y muertos en un juicio universal.

Vendrá Jesucristo como redentor del mundo, como Rey, Juez y Señor de todo el universo.

Se reunirán a su alrededor buenos y malos, vivos y difuntos. Todos los hombres se dirigirán hacia Cristo. Los juicios particulares no serán revisados ni corregidos en el juicio universal, sino confirmados. Antes de la Segunda venida, tendrá lugar el juicio particular, después de la muerte. Ven, Señor Jesús y no tardes más.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la misericordia, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce