Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh Jesús Hostia, si Tú no me sostuvieras, no sabría perseverar en la cruz, no lograría soportar tantos sufrimientos, pero la fuerza de Tu gracia me mantiene en un nivel más elevado y hace meritorios mis sufrimientos.  Me das fuerza para avanzar siempre y conquistar el cielo por asalto y tener amor en el corazón por aquellos de los cuales recibo hostilidad y desprecio.  Con Tu gracia se puede todo.

Reflexión: Tu gracia

 Oh, Jesús, hostia, si tú no me sostuvieras, no sabría perseverar en la cruz. No lograría soportar tantos sufrimientos, pero la fuerza de tu gracia me mantiene en un nivel más elevado y hace meritorios mis sufrimientos. Dios nos ha dado los grandes y preciosas gracias que había prometido para hacernos partícipes por medio de estas mismas gracias de la naturaleza divina, dice San Pedro. La gracia santificante que adquirimos en el bautismo, tenemos una nueva vida sobrenatural, hace que la vida de Dios se desarrolle como algo propio en el interior del alma. La gracia santificante diviniza al cristiano y le convierte en hijo de Dios y en templo de la Trinidad Santísima. Para corresponder a la gracia del Señor es necesario: 1. Ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo, que nos anima a seguir la doctrina de Jesús y hacer su santa voluntad y realizar nuestro apostolado. 2. Es necesario tener vida de oración que requiere un diálogo constante con Dios trino, y es a esa intimidad a donde nos conduce el Espíritu Santo. 3. Es necesaria la unión con la cruz, aceptando las contradicciones, sufrimientos grandes o pequeños, mortificaciones a través de los cuales nos unimos a la cruz con sentido de corredención.

La correspondencia a su gracia depende toda la vida espiritual. La mayor y más excelente de todas las gracias es el amor al Santísimo Sacramento, porque Jesús está más acerca de nosotros, es más íntima la unión con Él. Es una gracia de dulzura, de expansión, de nuestro amor en Jesucristo. Es necesario tener paciencia con uno mismo y con los demás. Si caemos, hay misericordia y de volver a empezar con humildad y arrepentimiento.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la gracia, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce