Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Trato de conseguir la mayor perfección para ser útil a la Iglesia.  Mi unión con la Iglesia es muy amplia.  Tanto la santidad como la caída de cada alma repercute en toda la Iglesia.  Yo, observándome a mí misma y a los que están cerca de mí, he comprendido qué gran influencia ejerzo sobre otras almas, no a través de algunas hazañas heroicas, porque ellas son llamativas por sí mismas, sino por los actos pequeños como el movimiento de la mano, la mirada y muchas otras cosas que no menciono, pero que, si actúan y se reflejan en otras almas, lo que he observado yo misma.

Reflexión: Tratar bien a todos

Trato de conseguir la mayor perfección para ser útil a la Iglesia. Yo observándome a mí misma y a los que están cerca de mí he comprendido qué gran influencia ejerzo sobre otras almas.

Entre las virtudes hay una sin la que todas las demás no valen nada, es la caridad habitual. “En esto conocerán que sois mis discípulos en que os amáis los unos a los otros”. Quien ama a su hermano ama a Dios. Si no amamos al prójimo que vemos, ¿Cómo vamos a amar a Dios, a quien no vemos?

Nada tiene el hombre tan divino, tan de Cristo como la mansedumbre y la paciencia para hacer el bien. El que solo vive para sí y desprecia a los demás es un ser inútil, no es hombre, no pertenece a nuestro linaje (San Juan Crisóstomo). Este tratar bien a todos se dará en los pequeños detalles, en algo tan simple como una sonrisa, una palabra de aliento, un gesto amable. Todo esto es grande a los ojos de Dios y nos acerca mucho a Él.

La caridad nos lleva a comprender, a disculpar, a convivir con todos. Un discípulo de Cristo jamás tratará mal a persona alguna, si está equivocado le debe corregir con afecto; si no, no le podrá ayudar, no le podrá santificar, y si esa es la mayor muestra de amor y de caridad. El precepto de la caridad no se extiende sólo a quienes nos quieren y nos tratan bien, sino a todos, sin excepción. Esta manera de actuar, que supone una honda vida de oración. Debemos vivir la caridad con quienes nos hacen mal, con los que nos difaman. Señala San Agustín, “no porque son hermanos, sino para que lo sean, para andar siempre con amor fraterno hacia el que ya es hermano y el que se manifiesta como enemigo, para que venga a ser hermano”.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda tratar bien a todos, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.