Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
(13) + 20 II [1938]. Hoy, el Señor me dijo: Necesito tus sufrimientos para salvar las almas.
Oh Jesús mío, haz conmigo lo que quieras. No he tenido el valor de pedir a Jesús mayores sufrimientos, porque la noche anterior sufrí tanto que no soportaría ni una gota más de lo que el Mismo Señor Jesús me dio.
Reflexión: Sufrir con fe
20-II-1938. Hoy el Señor me dijo: Necesito tus sufrimientos para salvar las almas. Oh Jesús mío, haz conmigo lo que quieras.
Dice San Pablo: “Suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo que es la Iglesia”. “Ahora me alegro de mis padecimientos por ustedes, el apóstol descubre esta alegría del descubrimiento del sentido del sufrimiento, estas palabras de Pablo de Tarso son válidas para los demás como lo ayudo a él mismo a penetrar en el sentimiento salvífico del sufrimiento.
La ley del sufrimiento: universal en el tiempo y en el espacio no admite excepciones: desde el primer gemido que señala su aparición en el mundo hasta el último respiro con el que devuelve su alma al creador.
La única actitud es aceptar con fe, y buscar con toda docilidad la senda que es trazada por Dios ya ha sido recorrida con éxito; encontrar la manera práctica de sufrir menos sufriendo mejor. Lo que vale no es tanto la intensidad del sufrimiento cuanto la calidad del amor con que aquel es acogido y sobrellevado. Debemos sufrir con fe en el amor personal de Dios. La fe en el amor de Dios: Es la fuente de toda resignación de todo equilibrio y progreso espiritual, de toda paz especialmente en los momentos en que nos asalta el sufrimiento y la prueba. Sufrir con fe significa arrojarse en los brazos de Dios, tener como norma en la vida el: “No se haga mi voluntad sino la tuya”, renunciar a toda discusión estéril, aceptar todo de la mano amorosa del Señor, como lo mejor y lo más conveniente para nosotros. “Lloro pero amo, sufro pero creo; no estoy aplastada sino de rodillas y adoro (Veuillot)”. Sufrir con amor es prolongar la acción de Cristo, ser sus brazos, tan amplios como el mundo.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda sufrir con fe a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce