Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Entonces en el mayor abandono no sentirá soledad,
Porque descansa en Tu seno.
Oh soledad momentos de la más intensa compañía,
Aunque abandonada de todas las criaturas
Me sumerjo por completo en el océano de Tu divinidad
Y Tú escuchas dulcemente mis confidencias.
Reflexión: Soledad II
Entonces, en el mayor abandono no sentirás soledad, porque descansa en tu seno, Oh soledad, momentos de la más intensa compañía. Aunque abandonada de todas las criaturas, me sumerjo por completo en el océano de tu divinidad. Y tú escuchas dulcemente mis confidencias. Evita, por tanto, alma mía, cuanto puedas, el mundo, pues es tiempo perdido, el pasado con él. Si el alma se derrama en cosas exteriores, el corazón pierde la libertad o se mansilla, se seca la piedad y la virtud se debilita. Sé avaro de tu tiempo, que es breve, y conserva la gracia porque se encuentra en vaso muy frágil. Recuerda a la Virgen María, maestra del sacrificio, escondida y silenciosa. Vedla, casi oculta, todo lo guardaba en su corazón. Vive desconocida e ignorada del mundo, vivirás en la dulce y santa compañía de Jesús. El que aspira a la vida interior y espiritual, dice la imitación, preciso es que se aparte con Jesús de la multitud. Quien desea tener vida interior y espiritual, tiene que hacer como Jesús, apartarse frecuentemente de la muchedumbre para irse a la soledad a orar. Solo estará en público quien sabe pasar buen tiempo en la soledad. Solo sabe hablar bien quien sabe callar bien. En el silencio y en la calma, progresa el alma piadosa y logra ir conociendo los misterios de las sagradas escrituras. En la soledad del alma encuentra manantiales de lágrimas de arrepentimiento con que cada noche se lava y purifica de sus pecados. Jesús: “La llevaré al desierto y allí le hablaré”. A sus discípulos, “venid aparte a un sitio desierto y descansad”.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la soledad, a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce