Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

25 I [1938].  Jesús mío, qué bueno eres y paciente; a veces nos miras como a los niños pequeños.  Algunas veces Te rogamos y no sabemos ni siquiera qué es lo que pedimos, porque al final de la plegaria cuando nos das lo que Te hemos suplicado, no queremos aceptarlo.

Reflexión: Seriedad en la vida

25-1-1938. Algunas veces te rogamos y no sabemos ni siquiera que es lo que pedimos, porque al final de la plegaria cuando nos das lo que te hemos suplicado, no queremos aceptarlo.

– Yo deseo un fondo de carácter siempre y en todo seno. El que no es serio de carácter y en el fondo no es capaz de nada: es lo que se llama un hombre con espíritu ligero. No debemos fiarnos de sus palabras, que son una sarta de incoherencias, en la que se echa de ver la ausencia de juicio, porque el no piensa en lo que dice sino que habla según se le ocurra. Quien no reflexiona tendrá siempre un juicio falso. Promete y no cumple. Es en vano intentar educarlos, perderemos el tiempo.

– ¡He aquí un verdadero israelita en quien no hay doblez ni engaño!, le dijo Jesús a Natanael, se descubre la atracción de una persona seria, sincera que toca el corazón del maestro. No hay doblez ni engaño, es un hombre sin falsía. No tiene ”como dos corazones y dos dobleces en el corazón, uno para las verdades y otro para las mentiras”.

Esto mismo se ha de decir de cada uno de nosotros porque seamos hombres y mujeres íntegros que procuran vivir con coherencia la fe que profesamos.

Esta virtud es fundamental para seguir a Cristo pues Él es la verdad divina y aborrece todo engaño. Todo pensamiento o ideas han de hacerse con seriedad según la verdad: “Sea, pues, vuestro modo de hablar: si, si o no, no; que lo que pasa de esto, de mal principio proviene”. La seriedad en la vida, la verdad, nos da la auténtica libertad.

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Tenemos que ser veraces y sinceros en nuestra vida.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te colme de seriedad en la vida, y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce