Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh Jesús, oculto en el santísimo sacramento del altar mi único amor y misericordia, te recomiendo todas las necesidades de mi alma y de mi cuerpo, tú puedes ayudarme porque eres la misericordia misma, en ti toda mi esperanza.

Reflexión: Santísimo Sacramento

Hermanos el señor nos dice, si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis la vida en vosotros, por eso hermanos la eucaristía es un sacramento de vida, porque nos comunica la perfección de la vida, porque nos da la vida en su pleno desenvolvimiento, es necesario comulgar si no se quiere desfalleciendo siempre, porque no hay medio que así pueda darnos fuerzas suficientes para sostener el rudo combate de cada día.

Así es hermanos ni la oración por buena y necesaria que sea os causará, os cansará, y si la comunión no la sostiene, acabareis por abandonarla, luego es necesario que obedezcamos a un impulso divino que no es otra cosa, que la presencia de Jesucristo constantemente renovado en nuestro corazón, es necesario para nuestra santidad, la necesidad de comulgar a menudo frecuentemente, Jesucristo nos llama a comulgar de esta manera, venid a mi todos los que estáis agobiados de cansancio que yo os aliviaré, recibí a nuestro señor y descansar ¿por qué tanta agitación? hay que saborear el celestial alimento que es el manjar de los ángeles, quedaos un poco en contemplación en el silencio cuando recibas a Jesús al dulce huésped el alma en tu corazón, la señal de una buena comunión no es necesariamente el hacer actos heroicos de virtud de sacrificio, la eucaristía es pues fuerza y dulzura, es esencialmente un socorro proporcionado a las necesidades de cada cual, dice un santo no alcanzo a comprender como puede uno conservarse puro sin comulgar por eso se adelanta tan poco en la virtud esta vida debe crecer en nosotros hasta que Dios la transforme en otra eterna bienaventuranza.

Así es hermanos nunca debemos dejar de comulgar, hacerlo con la mayor frecuencia posible, porque es el alimento del alma, es la fuerza que nos da el señor para seguir caminando en la tierra y alcanzar la gloria eterna.

Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su gloriosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Oh sangre y agua que brotaste del corazón del Jesús como fuente de misericordia de nosotros, en ti confío.

Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te conceda la gracia de la eucaristía cada día a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce