Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
1 III 1938. Ejercicios espirituales de un día.
Durante la meditación he entendido que debo esconderme en el Corazón de Jesús lo más profundamente posible. Contemplar su dolorosa Pasión y penetrar en los sentimientos de su divino Corazón que está lleno de misericordia para los pecadores. Para impetrarles la misericordia me anonadaré en cada momento, viviendo de la voluntad de Dios.
Reflexión: Sagrado Corazón de Jesús
18-III-1938 EJERCICIOS ESPIRITUALES DE UN DÍA. Durante la meditación he entendido que debo esconderme en el corazón de Jesús lo más profundamente posible. Mira este corazón sacratísimo que ha amado tanto a los hombres y que no ha omitido nada hasta agotarse y consumirse para manifestarle su amor y en reconocimiento, yo no recibo de la mayor parte sino ingratitudes por sus irreverencias y sacrilegios y por las frivolidades y desprecios que tienen hacia mí en este sacramento de amor.
El corazón de Jesús es fuente y expresión de su sufrimiento, de su infinito amor por cada hombre, sean cuales sean las conducciones en las que se encuentra. Su corazón está lleno de amor del Padre, lleno al modo divino y al mismo tiempo humano. El corazón de Jesús amó como ningún otro experimento, experimentó alegría, tristeza, compasión y pena. Y este es el significado de la devoción al sagrado corazón: traducir para nosotros la naturaleza divina en términos humanos. Debemos recordar que el Maestro, el Señor cuando ya había entregado su vida de Padre, uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y al instante brotó sangre y agua. Esta herida abierta nos recuerda hoy el amor inmenso que nos tiene Jesús pues nos dio voluntariamente hasta la última gota de su preciosa sangre como si estuviéramos solos en el mundo. El corazón de Jesús amó como ningún otro, experimentó alegría, tristeza, compasión y pena. Cuando nos vamos a lanzar con confianza a Cristo, el corazón de Jesús se desborda en amor divino y humano, porque está lleno de los tesoros de todas las gracias que nuestro Redentor adquirió por los momentos de su vida, pensamientos y muerte. Oh Dios que, en el corazón de tu Hijo, siendo por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda esconderte en su corazón, a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce