Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Oh ¿Quién comprenderá Tu amor y Tu misericordia insondable hacia nosotros? Oh prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en este tabernáculo para adorarte sin cesar día y noche. No se dé ninguna objeción a esta adoración, y aunque estoy físicamente lejos de Ti, mi corazón está siempre Contigo. Nada puede impedir mi amor hacia Ti. No existe ningún obstáculo para mí. Oh Jesús, Te consolare por todas las ingratitudes, por las blasfemias, por la tibieza, por el odio de los impíos, por los sacrilegios. Oh Jesús, deseo arder como víctima pura y anonadada delante del trono de Tu escondite. Te ruego incesantemente por los pecadores agonizantes.
Reflexión: Prisionero del amor
Oh, ¿Quién comprenderá tu amor y tu Misericordia insondable hacia nosotros? Oh, prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en este tabernáculo para adorarte sin cesar día y noche.
Diálogo de Dios Misericordioso con el alma pecadora. El alma: Señor, temo que no me perdones un número tan grande de pecados; mi miseria me llena de temor.
Jesús: Mi misericordia es más grande que su miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido mi bondad? Por ti bajé del cielo a la Tierra, por ti dejé clavarme en la cruz, por ti permití que mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abrí la fuente de la Misericordia para ti. Ven y toma las gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza. Jamás rechazaré un corazón arrepentido, tu miseria se ha hundido en el abismo de mi Misericordia.
¿Por qué habrías de disputar conmigo sobre tu miseria? Hazme el favor, dame todas, tus penas y toda tu miseria y yo te calmaré de los tesoros de mis gracias.
Sor Faustina: Alcánzame la gracia de la confianza del niño ante Dios que lo puede todo, es la sabiduría misma y ama con un amor infinito.
Ayúdame a penetrar cada vez más profundamente en el misterio de la Divina Misericordia, dame a conocer la bondad de Dios para que confíe cada vez más y no lo hiera con mi desconfianza.
Oh Señor, te doy gracias por el día de hoy por haberme permitido recoger el tesoro de tus gracias del manantial, de tu misericordia insondable, todo lo que el alma y el cuerpo puedan desear.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te ser prisionero del amor, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.