Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
PRÓLOGO
Su autora, la beata (santa) María Faustina del Santísimo Sacramento, de la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia, de Cracovia, Polonia, lo escribió por orden de su Director Espiritual, el Rev. P. Miguel Sopocko, queriendo además cumplir y obedecer la voluntad de Jesús: Hija Mía, se diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia porque están destinadas para un gran número de almas que sacaran provecho de ellas (Diario, 1142).
Su misión era transmitir lo que quería Nuestro Señor, es decir que todo el mundo conociera la Misericordia de Dios. Su Diario es un impresionante relato de las ascensiones y de la oscuridad del alma, es un testimonio de una fe difícil e inquebrantable. Es, ante todo, un testimonio de la confianza total s la infinita misericordia de Cristo.
El Diario está contenido en seis cuadernos. Sor Faustina escribía como pensaba y como hablaba. Cada frase es una fuente de conocimiento divino.
Reflexión: Primer Año de la Misericordia en mi alma del Diario de Santa Faustina
Queridos hermanos hace un año el 3 de agosto de 2020, al amanecer escuché la voz en mi alma: proclama mi misericordia, siguiendo las mociones del Espíritu Santo y cumpliendo su Santa Voluntad cada día les transmitiré las revelaciones de la Divina Misericordia en mi alma del diario de Santa Faustina, tomando un pequeño texto y haciendo una breve reflexión. Cada día, que sirva de meditación y crecimiento espiritual para alcanzar su Misericordia. Su autora Santa María Faustina de Polonia, lo escribió por orden de su Director Espiritual, el Rev. P. Miguel Sopocko. Su misión era transmitir y que todo el mundo conociera la Misericordia de Dios, su diario es un testimonio de la confianza total en la infinita Misericordia de Dios, cada frase es una fuente de conocimiento divino. “Ni las gracias ni las revelaciones ni los éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hacen perfecta sino la comunión interior del alma con Dios”. “Mi Santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios. Jesús le habla a su alma: Me rindes la mayor gloria cuando te sometes a mi voluntad y con eso atraes sobre ti un mar de bendiciones”. “Hija mía, ayúdame a salvar pecadores”.
“Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. El Señor en su Infinita Misericordia los bendiga y que sus rayos los protejan en este día a ti y a tu familia.
Amén.
Dr. Victor Arce.