Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Continuando con las reflexiones de Santa Faustina, la misericordia de mi alma, Jesús se le presenta y le dice: «Hoy hija mía tomarás por lectura el capítulo diecinueve del evangelio de San Juan y lee, no solo con los labios, sino con el corazón».
Reflexión: Pasión y muerte de Jesús
Hermanos, meditaremos la pasión y muerte de Jesús, entonces Pilatos se hizo cargo de Jesús y lo mando a azotar, los soldados entrelazaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, lo revistieron con el manto rojo y le decían, salve rey de los Judíos y le pegaban en la cara, Pilatos les dice: «Miren aquí tienen al hombre», cuando los sumos sacerdotes y los policías del templo lo vieron gritaron: «Crucifícalo, Crucifícalo», Pilatos le dice a Jesús: «¿de dónde eres?, Jesús no le dio respuesta, Pilatos le dice: «No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte», y Jesús le respondió: «No tendrías poder ante mí, si no te lo hubiera dado el cielo», mientras los Judíos gritaban: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César», al oír aquello Pilatos se asustó y entonces saco afuera a Jesús, era la víspera de pascua al mediodía y Pilato les dice: «Ahí tienen a su rey», ellos gritaron: «Afuera, afuera, crucifícalo», les dice Pilatos: «¿Voy a crucificar a su Rey?», los sumos sacerdotes contestaron: «No tenemos más rey que el César», entonces asustado se lo entrego para que fuera crucificado.
Entramos a este capítulo diecinueve, la crucifixión y muerte de Jesús, se lo llevaron a Jesús y salió cargando el mismo con la cruz hacia un lugar llamado la calavera, que en hebreo significa Gólgota, ahí lo crucificaron, con otros dos, uno a cada lado y en medio Jesús, y pilatos había hecho escribir un letrero sobre la cruz, y el escrito decía: «Jesús el nazareno, rey de los Judíos», los sumos sacerdotes dijeron a Pilatos, no escribas rey de los Judíos, sino este ha dicho soy rey de los judíos, Pilatos contesto: «Lo escrito, escrito está», los soldados tomaron su túnica y la sortearon, así se cumplió lo escrito, se repartieron mi ropa y se sortearon mi túnica.
Así es hermanos, que importante es lo que le dice Jesús a Santa Faustina, lee mi pasión, no con los labios sino medítala en tu corazón, haz carne mi muerte y crucifixión por ustedes.
Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su gloriosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Oh sangre y agua que brotaste del corazón del Jesús como fuente de misericordia de nosotros, en ti confío.
Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te conceda meditar la pasión con tu corazón a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce