Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Hoy durante la Santa Misa vi a Jesús, sufriendo como si agonizara en la cruz, que me ha dicho:  Hija Mía, medita frecuentemente sobre Mis sufrimientos que padecí por ti y nada de lo que tu sufres por Mi te parecerá grande.  Me agrada más cuando contemplas Mi dolorosa Pasión; une tus pequeños sufrimientos a Mi dolorosa Pasión para que adquieran un valor infinito ante Mi Majestad.

Reflexión: Pasión de Jesús I

Hoy, durante la Santa Misa vi a Jesús, sufriendo como si agonizara en la cruz. Hija mía, medita permanentemente sobre mis sufrimientos. Me agrada más cuando contemplas mi dolorosa pasión.

Oh Señor mío, postrado ante tu divina presencia, concédeme la gracia de meditar tu dolorosa pasión y entender el misterio de la cruz. Te doy gracias, Señor, me uno a ti y pongo tu cruz sobre mi pecho.

No podemos participar de la Resurrección del Señor, si no nos unimos a su Pasión y a su muerte. No olvidemos que Jesús cargó con nuestros pecados, que fuimos rescatados del demonio y de la muerte eterna a gran precio, el de la sangre de Cristo.

Santo Tomás de Aquino: La pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. La Pasión del Señor deber ser tema frecuente de nuestra oración.

Dice San León Magno que “el que quiera de verdad venerar la pasión del Señor debe contemplar de tal manera a Jesús crucificado con los ojos del alma, que reconozca su propia carne en la carne, en la carne de Jesús”. Para conocer y seguir a Cristo debemos conmovernos ante su dolor sentirnos protagonistas, pues fueron nuestros pecados los que le llevaron al calvario. Acerquémonos a Jesús muerto, a esa cruz sobre la cumbre del Gólgota, pero acerquémonos con sinceridad, sabiendo encontrar ese recogimiento interior que es señal de madurez cristiana.

La Meditación de la Pasión de Cristo nos consigue innumerables frutos. En primer lugar nos ayuda a tener una aversión grande a todo pecado pues Él fue traspasado por nuestras inquietudes y mordido por nuestros pecados. Continuará…

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda meditar permanentemente sobre sus sufrimientos, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce