Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Cuando uno es delicado de salud debe soportar mucho, ya que cuando está enfermo y no guarda la cama, no es considerado enfermo.  Por varios motivos tiene continuamente la ocasión de sacrificios y a veces de sacrificios muy grandes.  Ahora comprendo que sólo la eternidad hará conocer muchas cosas, pero comprendo también que si Dios exige un sacrificio, no escatima su gracia sino la concede al alma en abundancia.

Oh Jesús mío, que mi sacrificio arda silenciosamente delante de Tu trono; pero en toda la plenitud del amor, implorándote misericordia para las almas.

Reflexión: Ofrecimiento de obras

Cuando uno es delicado de salud, debe soportar mucho. Por varios motivos tuve continuamente la ocasión de sacrificios y a veces de sacrificios muy grandes. Pero, comprendo también que si Dios exige un sacrificio, no escatima su gracia sino la concede al alma en abundancia. Para ordenar nuestra vida, el Señor nos ha dado los días y las noches. «El día habla al día y la noche comunica sus pensamientos a la noche». El hoy es lo único que disponemos para santificarlo. El día habla al día, el día de ayer susurra al de hoy y nos dice de parte del Señor: comienza bien, «Pórtate bien ahora», sin acordarte de ayer que ya pasó y sin preocuparte de mañana, que no sabes si llegará para ti». El mañana está aún en las manos del Señor. Lo que debemos santificar es el día de hoy ¿Y cómo vamos a empezarlo si no es ofreciéndoselo a Dios? El ofrecimiento de obras por la mañana es un acto de piedad que orienta bien el día, que lo dirige a Dios al comienzo del día. El ofrecimiento de obras nos dispone para escuchar y atender las innumerables inspiraciones y mociones del Espíritu Santo en este día que ya no se repetirá nunca más. En cada jornada nos habla Dios. Renovada cada mañana con un decidido: ¡Te serviré Señor! Apenas despertar, antes de cualquier actividad, consagrar al Señor nuestros pensamientos.

San Pablo: “Y todo cuanto hagáis de palabra o de obra, haciendo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por Él. El minuto heroico es una buena ayuda para hacer el ofrecimiento de obras y comenzar bien el día”. Sin vacilación, un pensamiento sobrenatural y ¡arriba! Ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad. Si con la ayuda de Dios, te vences tendrás mucho adelanto en las jornadas.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda ofrecer tus obras a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.