Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Cuando vine a la Misa de Medianoche, una vez empezada la Santa Misa, me sumergí toda en un profundo recogimiento en el cual vi el portal de Belén lleno de gran claridad.  La Virgen Santísima envolvía a Jesús en los pañales, absorta en gran amor; San José, en cambio, todavía dormía.  Sólo cuando la Virgen colocó a Jesús en el pesebre, entonces la luz divina despertó a José que también se puso a orar.  Sin embargo, un momento después me quedé a solas con el pequeño Jesús que extendió sus manitas hacia mí y comprendí que fue para que lo tomara en brazos.  Jesús estrechó su cabecita a mi corazón y con una mirada profunda me hizo comprender que estaba bien así.  En aquel momento Jesús desapareció y sonó la campanilla para la Santa Comunión.  Mi alma se desmayaba de alegría.

Reflexión: Navidad

Cuando vine a la misa de medianoche me sumergí toda, en un profundo recogimiento en el cual vi el portal de Belén lleno de una gran caridad. La Virgen Santísima envolvía a Jesús en los pañales.

El hijo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros y hemos contemplado su gloria, gloria propia del Hijo del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Llegaron a Belén, con la alegría de estar ya en el lugar de sus antepasados. Y en Belén, no encontraron donde instalarse, no hubo para ellos lugar en la posada. No dejaron entrar a Cristo. Se cerraron las puertas, ¡Qué frío es el mundo para con su Dios! Quizás fue la Virgen quien propuso a José instalarse en alguna de aquellas cuevas. Y en aquel lugar sucedió el acontecimiento más grande de la humanidad con la más absoluta sencillez.

Y sucedió, nos dice San Lucas: Que estando allí, se le cumplió la hora del parto. María envolvía a Jesús con inmenso amor en unos pañales y lo recostó en el pesebre. Después María puso al Niño en brazos de José, al que debe cuidar y proteger, enseñarle un oficio. Toda su vida está centrada en este niño indefenso. Jesús recién nacido, no habla, pero es la Palabra eterna del Padre. El pesebre es una cátedra. Nace pobre y nos enseña que la felicidad no se encuentra eso la abundancia de bienes. Dios se humilla para que podamos acercarnos a Él.

Son los pastores los primeros mensajeros, son invitados por María y José a que entren y vean al Niño, lo besan y le cantan. Hoy ha nacido nuestro Salvador, no puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida. ¡Feliz Navidad!

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda celebrar la Navidad con alegría a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.