Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Primer día. Jesús: Hija Mía, estos ejercicios espirituales serán una continua contemplación; te introduciré en estos ejercicios como a un banquete espiritual. Junto a Mi Corazón misericordioso meditarás sobre todas las gracias que tu corazón ha recibido y una profunda paz reinará en tu alma. Deseo que la mirada de tu alma esté siempre clavada en Mi santa voluntad y con esto Me agradarás muchísimo. Ningún sacrificio es comparable con éste. Durante todos los ejercicios permanecerás junto a Mi Corazón, no harás ningunas reformas, porque tu vida es según Mi complacencia. No te turbará ni una sola palabra del sacerdote que tiene los ejercicios.
Oh Jesús mío, he hecho ya dos meditaciones y veo que todo lo que me has dicho es verdad. Experimento una profunda paz y esta paz se deriva del testimonio que me da la conciencia, es decir, que siempre cumplo con Tu voluntad, oh Señor.
Reflexión: Mi Santa Voluntad
Primer día: Jesús, estos ejercicios espirituales serán una continua contemplación. Deseo que la mirada de tu alma esté siempre clavada en mi Santa Voluntad y con esto me agradas muchísimo. Experimento una profunda paz, siempre cumplo con tu voluntad oh Señor. ¡Cuán dichoso se siente uno en cualquier lugar, teniendo como norma de vida la amorosísima voluntad de Dios! Se está como los niños en los brazos de su madre.
No se haga Señor como yo quiero, sino como tú quieres. Jesús nos enseñó en que tuviésemos conformidad con la voluntad de su Padre, en todas las cosas. «Descendí del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de mi Padre que me envió». Está conformidad se basa en dos fundamentos. El primero es que nuestro aprovechamiento y perfección consiste en la conformidad con la voluntad de Dios, este fundamento se basa en la caridad y amor a Dios. El segundo fundamento es que ninguna puede acontecer ni suceder en el mundo, sino por la voluntad y orden de Dios, excepto la culpa y pecado. Por lo tanto, todas las cosas que nos suceden, vienen de las manos de Dios y toda nuestra perfección está en conformidad con su voluntad, que las tomemos todas como venidas de su mano y nos conformemos con ellas con su Santísima y divina voluntad. El amor a la voluntad santísima de Jesús vale más que todos los dones y todos los bienes de nuestra voluntad. Vivid de la voluntad de Dios, caminad iluminados por esta luz esplendorosa. ¡Qué feliz se siente uno cuando no piensa ni desea, ni quiere más que una cosa! La voluntad de Dios. La Santísima Voluntad de Dios deber ser la norma suprema de nuestra vida: nunca está más segura un alma de cumplir la voluntad de Dios, que cuando no cumple la suya propia.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda cumplir su santa voluntad, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.