Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Continuando las reflexiones del diario de Santa Faustina la misericordia de mi alma, recuerden de que ella está en sus ejercicios espirituales, y está entrando al segundo día y Jesús le dice: «Hija mía, hoy considera mi dolorosa pasión, toda su inmensidad medítala, como si hubiera sido emprendida exclusivamente por ti».

Reflexión: Mi dolorosa pasión

Segundo día de los ejercicios espirituales, «Hija mía, hoy considera mi dolorosa pasión, toda su inmensidad medítala, como si hubiera sido emprendida exclusivamente por ti».

Hermanos, San Bernardo dice: «no hay cosa tan eficaz para curar las yagas de nuestra conciencia y purgar nuestra alma, como la frecuente y continua meditación de las yagas de cristo y de su muerte y pasión», entonces hermanos como debemos meditar la pasión de cristo nuestro redentor, es el que los maestros de la vida espiritual nos enseñan, y ¿Cuál es la oración?, es decir no oír todo en meditar y descubrir por la historia sino que lo principal a de ser mover nuestra voluntad con afectos y deseos, los cuales se forman primero en el corazón para que después a su tiempo salgan en obra por eso debemos de insistir y detenernos más en la oración, no en nuestro propio entendimiento, y cuáles son los efectos que podemos detenernos para meditar la pasión, primero es compasión, tener compasión porque de esta manera hacemos nuestro sus dolores y trabajos, tenemos que meditarlo primero en su cuerpo, tener compasión de su cuerpo, porque no hubo parte que no padeciese gravísimos dolores y tormentos, desde la planta del pie, hasta la coronilla de la cabeza, no hay en él parte sana, nos decía Isaías, los pies y las manos enclavadas, la cabeza traspasada con la corona de espinas, el rostro afeado por salivas y herido con bofetadas, todo el cuerpo acardenalado con azotes y descontado con el tormento de la cruz, y no solamente fue su dolor en el cuerpo, sino también en el alma.

Recuerden lo que Jesús dijo: «Dios mío, Dios mío, porque me has desamparado», hermanos también tuvo otros dolores interiores porque estuvo presente todos los pecados de los hombres hechos desde el principio del mundo hasta el final del mundo, recuerden siempre hermanos esto, él murió por librarnos del cautiverio del demonio, y para darnos el reino de su padre eterno, esa es la muerte en cruz de Jesús nuestro redentor, que debemos meditarla, no leyendo, ni con nuestro entendimiento y razón, tenemos que meditarlo con el corazón, una profunda oración, y tener una gran compasión para ser sus dolores nuestros, que importante es la enseñanza que le hace el maestro a Santa Faustina.

Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su gloriosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Oh sangre y agua que brotaste del corazón del Jesús como fuente de misericordia de nosotros, en ti confío.

Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te conceda la gracia y la fortaleza para esta lucha espiritual a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce