Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
15 I 1938. Hoy, cuando me visitó esa misma hermana por la cual he sido amonestada por el Señor, me armé espiritualmente para la lucha. Aunque eso me costó mucho no me alejé nada de la recomendación del Señor; sin embargo, casi una hora después, cuando la hermana no pensaba retirarse todavía, llamé interiormente a Jesús a socorrerme. Entonces oí en el alma una voz: No tengas miedo, te estoy mirando en este momento y te ayudo; te envío ahora mismo dos hermanas que vendrán a visitarte y entonces te resultará fácil continuar la conversación. Y en aquel mismo momento entraron dos hermanas y entonces la conversación se ha hecho muy fácil, no obstante que continuó todavía por media hora.
Reflexión: Lucha espiritual
Hoy cuando me visitó esa misma hermana por la cual he sido amonestada por el Señor, me arme espiritualmente para la lucha, llame interiormente a Jesús a socorrerme. Entonces, oí en el alma, una voz: No tengas miedo, te estoy mirando en este momento y te ayudo. El amor es el principio de la lucha espiritual, ¿Qué debe hacerse para ser enteramente de nuestro Señor e ir progresando de continuo en su servicio? Luchar por amor para con él y con las fuerzas este amor cuanto se afane a que reine y viva en nosotros.
- El alma de cada hombre inclinada al mal como consecuencia del pecado original requiere luchar hasta el final de nuestros días para seguir al Señor.
Ahora es propicio para que examinemos como luchamos contra las propias pasiones, los defectos, el pecado. Nuestro amor al señor se expresará en recomenzar muchas veces en este esfuerzo diario, el diablo no asume, por eso no ceses de prepararte para la batalla. No descansemos tampoco nosotros en esta lucha espiritual con metas concretas.
El primer combate que debemos librar contra la fuerza del amor de Jesucristo, ha de ser en el espíritu. Dios pide el don y la sumisión del alma. El orgullo y los siete pecados capitales son espirituales, sino la rechazamos por parte del espíritu, estamos perdidos, igual debemos vigilar nuestros pensamientos y la imaginación. El segundo combate se libra en el corazón, es peligroso conversar con ángeles humanos porque engendra simpatía, de esto se vale el demonio, para conducirnos del alma a los sentidos y de los de las cosas divinas a los hermanos. Dios quiere nuestro corazón, al prójimo se le ama con los actos de Caridad
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te fortalezca en la lucha espiritual, a tí y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce