Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Cuando murió Sor Doménica, a eso de la una de la noche, vino a verme y me avisó que había muerto. Recé por ella con fervor. A la mañana siguiente las hermanas me dijeron que ya había muerto, contesté que ya lo sabía porque había venido a verme. La hermana enfermera me pidió que ayudara a vestirla. En un momento cuando me quedé con ella, el Señor me reveló que sufría todavía en el purgatorio.  Redoblé mis oraciones por ella, pero a pesar del fervor con el cual rezo siempre por las hermanas difuntas, confundí los días y en vez de ofrecer tres días de oraciones como prescribe la regla, por error ofrecí dos.  Al cuarto día me recordó que todavía le debía unas oraciones, y que las necesitaba.  En seguida formulé la intención de ofrecer un día entero por ella, pero no solamente ese día, sino más, según me sugería el amor al prójimo.

Reflexión: Los difuntos

Cuando murió Sor Doménica, a eso de la una de la noche vino a verme y me avisó que había muerto, el Señor me reveló que sufriría todavía en el purgatorio. Redoblé mis oraciones por ella “obra santa y piadosa es orar por los difuntos, para que sean absueltos de sus pecados”.

La Iglesia, desde los primeros tiempos conservó con gran piedad el recuerdo de los difuntos y ofreció sufragios por ellos. Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, necesitan de una última purificación para participar de la alegría del Cielo. El alma que despojada de su cuerpo ha tenido la visión de la hermosura de Dios cuando el alma se separa del cuerpo, se ve caminando sobre un prado hermoso y al final, una luz maravillosa, el alma es tan atraída por esta luz que ha divisado que sufre una agonía hasta volver a ella.

Mientras hacemos este rato de meditación podemos recordar a esas personas que ya han muerto y que sigan estando unidos a nosotros por fuertes lazos examinemos hoy como es nuestra oración por ellos no olvidemos que se trata de una gran obra de misericordia muy grata al Señor. ¿Cuál es el medio más eficaz para ayudar a nuestros difuntos? Es en la Santa Misa, lo más grande que unidos a Cristo podamos ofrecer a Dios Padre. Otra ayuda son las indulgencias plenarias que perdonan la culpa y la pena temporal. Los difuntos interceden por sus seres queridos que dejaron en la Tierra, ellos no pueden merecer nada pero si interceder por los méritos adquiridos aquí en la Tierra.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda pedir por los difuntos, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.