Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Ejercicios espirituales anuales 10 I 1934.
Oh Jesús mío, se acerca nuevamente el momento en que me quedaré Contigo a solas. Oh Jesús, Te ruego con todo mi corazón, permíteme conocer lo que no Te agrada en mí y al mismo tiempo dame a conocer lo que tengo que hacer para agradarte más. No me niegues esta gracia y quédate conmigo. Yo sé que sin Ti, oh Señor, mis esfuerzos valen poco. Oh, cuánto me alegro de Tu grandeza, oh Señor. Cuanto más Te conozco, tanto más ardientemente Te deseo y anhelo.
Jesús me concedió el conocimiento de mí misma. En esta luz de Dios veo mi defecto principal, es la soberbia, su característica el cerrarme en mi misma, la falta de sencillez en las relaciones con la Madre Superiora.
La segunda iluminación, respecto al hablar. A veces hablo demasiado. Para un asunto que podría ser solucionado con dos o tres palabras, yo empleo demasiado tiempo. Mientras tanto Jesús desea que ese tiempo yo lo emplee para pequeñas plegarias con indulgencias por las almas del Purgatorio. Y me dice el Señor que cada palabra será pesada el Día del Juicio.
La tercera iluminación, respecto a nuestra regla. Evito poco las ocasiones que llevan a infringir la regla y especialmente en lo que concierne al silencio. Me comportaré como si la regla hubiera sido escrita solamente para mí y no es asunto mío ver cómo se comportan los demás, con tal que yo me comporte como Dios desea.
Reflexión: Lo que no te agrada en mí
Ejercicios espirituales anuales 10-1-1934
Oh Jesús mío, se acerca nuevamente el momento en que me quedaré contigo a solas. Oh Jesús, te ruego con todo mi corazón, permíteme conocer lo que no te agrada en mí y al mismo tiempo, dame a conocer lo que tengo que hacer para agradarte más. No me niegues esta gracia y quédate conmigo. Yo sé que sin tí, Oh Señor, mis esfuerzos valen poco. Cuanto más te conozco, tanto más ardientemente te deseo y anhelo.
Primera iluminación: Jesús me concedió el conocimiento de mí misma, mi defecto principal, es la soberbia, su característica el cerrarme en mí misma la falta de sencillez en las relaciones con la Madre Superiora.
Segunda Iluminación: respecto al hablar. A veces hablo demasiado. Para un asunto que podría ser solucionado con dos o tres palabras. Mientras tanto Jesús desea que ese tiempo yo lo emplee para pequeñas plegarias con indulgencias por las almas del purgatorio. Y me dice el Señor que cada palabra será pesada el Día del Juicio.
Tercera Iluminación: Respecto a nuestra regla, evito poco las ocasiones que llevan a infringir la regla y especialmente en lo que concierne al silencio. Me comportaré como si la regla hubiera sido escrita solamente para mí en el trato con la Superiora procuraré ser abierta y sincera como una niña.
Jesús ama a las almas escondidas. Buscar con retiro para el corazón de Jesús en mi propio interior. En los momentos difíciles y dolorosos te entono un himno de la confianza hacia tu Misericordia, es inconmensurable.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda agradar a Dios, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.