Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Oh Jesús mío, cuando observo la vida de las almas, veo que muchas Te sirven con cierta desconfianza. Y en ciertos momentos, especialmente cuando hay ocasión para demostrar el amor hacia Dios, justo entonces veo cómo estas almas huyen del campo de batalla. Entonces me dijo Jesús: ¿Tú también, hija Mía, quieres comportarte así?  Le contesté al Señor: Oh no, Jesús mío, no me retiraré del campo de batalla, aunque el sudor de la muerte bañe mi frente, no dejaré caer de la mano la espada, hasta que no descanse a los pies de la Santísima Trinidad. Para cualquier cosa que hago, no cuento con mis propias fuerzas, sino con la gracia de Dios. Con la gracia de Dios el alma puede superar victoriosamente las más grandes dificultades.

Reflexión – Letanías de la Divina Misericordia I

El Amor de Dios es la flor y la Misericordia es el fruto.

Que el alma que duda lea estas consideraciones sobre la Divina Misericordia y se haga confiada.

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre, en Ti confío.

Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.

Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.

Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.

Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico, en Ti confío.

Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad, en Ti confío.

Misericordia Divina, más sublime que los cielos, en Ti confío.

Misericordia divina, fuente de milagros y maravillas, en Ti confío.

Misericordia Divina, que abarca todo el universo, en Ti confío.

Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado, en Ti confío.

Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús, en Ti confío.

Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores, en Ti confío.

Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia, en Ti confío.

Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia, en Ti confío.

Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.

“Padre eterno, Yo te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro señor Jesucristo como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”.

Desearte un lindo día. El señor en su infinito amor te envuelva a ti y a tu familia. Dios te bendiga y proteja.

Amén.

Dr. Victor Arce.