Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

22 III 1937. Hoy, mientras hablaba con cierta persona he conocido que su alma sufría mucho, aunque por fuera fingía que no sufría nada y que estaba alegre. Y he sentido una inspiración para decirle que lo que la atormentaba era una tentación. Cuando le he revelado lo que la atormentaba, ha irrumpido en llanto y ha dicho que precisamente por eso había venido a hablar conmigo, porque sentía que eso la aliviaría. El sufrimiento consistía en que, por un lado, a esa alma la atraía la gracia de Dios, y por otro, el mundo. Padecía una lucha tremenda hasta romper a llorar como una niña pequeña; se retiró aliviada y en paz.

Reflexión: Las tentaciones

El sufrimiento consistía en que por un lado, a esa alma la atraía la gracia de Dios y por otro el mundo. Eclesiastés: Hijo si quieres servir a Dios consérvate en justicia y en temor y prepárate para la tentación. Tentación: es seducir a alguien para que haga lo malo, arrastrarlo al pecado, convencerlo para que elija el camino equivocado. Tentación es ser puesto a prueba para saber de qué es capaz. El proceso de la tentación es este: primero asoma en la mente un mal pensamiento, segundo: enseguida una mala imaginación. Tercero: viene la delectación, quiere decir la aceptación agradable de la voluntad. Cuarto: Sigue el mal movimiento. Quinto: al final el consentimiento. Y así es el enemigo va tomando posesión de nuestra alma sino le ponemos resistencia. ¿Cómo prevenir las tentaciones?: Con oración frecuente, mortificaciones y penitencias. Buscar a Jesús en el silencio y en el sagrario, cuando nos sintamos tentados buscar el auxilio maternal de María, pedid ayuda a San José que es el terror de los demonios. Las tentaciones las tenemos siempre hasta el final de nuestra vida, lo importante no es tenerlas sino lograr vencerlas. Nunca dialoguemos con el diablo porque la tentación no se combate discutiendo. Recordar: el Señor siempre estará a nuestro lado y en cada tentación.

Santa Faustina, ofrenda en pro de los pecadores: Ruega por nosotros.

El Señor de la Misericordia te conceda la oración para ti y tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Amén.

Dr. Victor Arce.