Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
He comprendido que estos dos años de sufrimientos interiores que soporto sometiéndome a la voluntad de Dios, para conocer mejor esta voluntad de Dios, me han hecho progresar en la perfección más que los pasados diez años. Desde hace dos años estoy en la cruz, entre el cielo y la tierra, es decir, que estoy sujeta al voto de la obediencia, debo escuchar a la Superiora como a Dios Mismo; por otra parte, Dios Mismo me da a conocer directamente su voluntad y por eso mi tormento interior es tan grande que nadie puede imaginar ni comprender estos sufrimientos interiores. Porque es imposible describir; conocer directamente la voluntad de Dios, y al mismo tiempo ser perfectamente obediente a la voluntad de Dios.
Reflexión: La voluntad de Dios I
Santa Faustina nos dice en su diario que es imposible describir, conocer directamente la voluntad de Dios. Dios ama y bendice a quien busca identificarse en todo con el querer divino. He hallado a David varón según mi corazón, que cumpliera en todo mi voluntad y David: Dispuesto está mi corazón. Dios mío dispuesto y preparado está en el cumplimiento de la voluntad de Dios, es donde se demuestra nuestro amor a Dios y el grado de unión con él porque haciendo su Santa Voluntad, está la fuente de serenidad y de paz en nuestras almas, ¿Qué debo hacer para conocer su voluntad? Dios da siempre suficiente señales de luz pero se necesita: 1. Humildad, 2. Pureza de corazón, 3. Tener silencio en la oración, 4. Tener buenas disposiciones interiores, 5. Tener mucha fe para tener visión sobrenatural. Cuando Dios te pide algo es importante la obediencia a la Voluntad Divina no el repetir su nombre. La total conformidad a la voluntad de Dios, el alma tendrá perfecta caridad y amor de Dios y cuanto más crezca en ella más es el amor de Dios. Porque el amor a Dios no consiste en palabras sino en obras. Dice San Gregorio: la prueba del verdadero amor son las obras.
Santa Faustina, gran apóstol de la misericordia de Dios. Ruega por nosotros. Desearte un hermoso día, que los rayos de su Misericordia te acaricien a ti y a toda tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Amén.
Dr. Victor Arce.