Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

En un momento, el día de la Navidad, siento que me envuelve la omnipotencia, la presencia de Dios.  Otra vez evito dentro de mí el encuentro con el Señor.  Pedí a la Madre Superiora el permiso de ir a “Józefinek”, [para] visitar a las hermanas.  La Madre Superiora nos dio el permiso y una vez terminado el almuerzo, empezamos a prepararnos.  Las hermanas ya me estaban esperando en la puerta.  Fui corriendo a la celda a buscar la capita, en el umbral vi al Señor Jesús quien me dijo estas palabras:  Ve, pero Yo Me tomo tu corazón.  De pronto sentí que no tenía corazón en el pecho.  Como las hermanas me llamaron la atención de que debía darme prisa porque ya era tarde, en seguida me fui con ellas.  Pero un gran descontento empezó a molestarme.  Una añoranza penetró mi alma, sin embargo, nadie, excepto Dios, sabía lo que había pasado en mi alma.

Reflexión: La virtud de la pobreza

En un momento, a días de la Navidad siento que me envuelve la omnipotencia, la presencia de Dios. Pedí a la madre superiora, el permiso de ir a Józefinek para visitar a los hermanos. Fui corriendo a la celda a buscar la capita, al pasar cerca de la pequeña capilla en el umbral vi al Señor cerca de la pequeña capilla, en el umbral vi al Señor Jesús quien me dijo estas palabras: ve pero yo me tomo tu corazón.

La pobreza fue santificada por Jesús puesto que fue su virtud por excelencia y porque con ella repara la gloria de Dios destruida por el pecado original y por nuestros pecados personales: la pobreza es un medio para practicar la virtud de la penitencia.

Por consiguiente, todo el que quiera ser santo ha de ser pobre de afecto y en cuanto al estado: La perfección y la santidad consiste en preparar siempre tener menos que más. La pobreza espiritual de Jesús: es la corona y la vida de la virtud de pobreza.

La virtud de la pobreza: es una virtud evangélica que compromete al corazón a separar de los fines temporales, a lo cual el religioso está obligado estrictamente en virtud de su profesión.

Padre: ¿Cuándo se peca contra la virtud de la pobreza?

Respuesta: Cuando se desean cosas contrarias a esta virtud, cuando se toma apego a alguna cosa, cuando usa cosas superfluas. Padre: ¿Cúantos y cuáles son los grados de pobreza?. Respuesta: Hay cuatro grados de pobreza: No disponer de nada sin depender de los superiores. Evitar la opulencia, conformarse con lo indispensable esto constituye la virtud. Tender de buena gana a las cosas más míseras y esto con la satisfacción interior; como la celda, la ropa, la comida: estar contento de la escasez como el pobre nada tiene, a nada se apega.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te permita participar de la virtud de la pobreza, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.