Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Oh Jesús mío, Tú sabes que me he expuesto a más de un disgusto por haber dicho la verdad.  Oh verdad, qué oprimida estás muchas veces y casi siempre andas con una corona de espinas.  Oh verdad eterna, sostenme para que tenga el valor de decir la verdad, aunque tuviera que sellarla con mi vida.  Oh Jesús, qué difícil es creer en esto cuando se ve que la enseñanza es una cosa y el comportamiento en la vida otra.

Por eso, durante los ejercicios espirituales, tras una larga observación de la vida, he decidido clavar fuertemente mi mirada en ti, Jesús, modelo perfectísimo.  ¡Oh eternidad que descubrirás muchos secretos y mostrarás la verdad!…

Reflexión: La verdad

Oh Jesús mío, tú sabes que me he expuesto a más de un disgusto por haber dicho la verdad. Oh verdad que oprimida estás muchas veces y casi siempre andas con una corona de espinas.

No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte. “A vosotros os debe bastar decir sí o no”. El profeta Jeremías dice que el pensamiento grato a Dios debía ser realizado en verdad en juicio y en justicia. En las enseñanzas de Cristo, la hipocresía y la falsedad son vicios muy combatidos, mientras que la verdad es una de las virtudes más gratas a nuestro Señor. Jesús es la verdad, quienes sigan al maestro han de ser hombres forzados y sinceros que huyen siempre del engaño. La verdad se transmite a través del testimonio del ejemplo y de la palabra. Debemos decir como Jesús hemos venido al mundo para atestiguar sobre la verdad. Jesús señaló el amor a la verdad como una cualidad necesaria en sus discípulos que lleva consigo la paz del alma. “Porque la verdad os hará libres”. Debemos amar la verdad, “sea nuestra palabra”. “Sí, sí”, “No, no”.

El amor a la verdad debe defendernos de un cómodo conformismo y nos llevará a discernir. La fe es la verdad e ilumina nuestra razón, la preserva de errores. La fe es luz que e ilumina el camino, nos hace fuertes y valientes para defenderla.

¡He aquí un verdadero israelita en quien no hay doblez ni engaño: es un hombre sin poesía, no tiene “como dos corazones y dos dobleces en el corazón: uno para la verdad y otro para las mentiras”!

Esta virtud es fundamental para seguir a Cristo, pues Él es la verdad Divina y aborrece todo engaño.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la verdad, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.