Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Hoy tuve un gran disgusto de parte de cierta persona seglar. A base de una cosa verdadera ha contado muchas cosas inventadas, pero como todas esas cosas han sido tomadas por verdaderas y difundidas por toda la casa, cuando han llegado a mis oídos se me oprimió el corazón. ¿Cómo es posible abusar de la bondad de uno? Pero he decidido no decir ni una palabra en mi defensa y a esa persona manifestarle aún más bondad. Pero me di cuenta de que tenía pocas fuerzas para soportarlo tranquilamente, dado que el asunto se prolongaba por semanas. Al ver que la tempestad estaba por desencadenarse y que el viento empezaba a tirar la arena directamente contra los ojos, he ido delante del Santísimo Sacramento y he dicho al Señor Jesús: Jesús, Te pido fuerza de Tu gracia actual cooperante, porque siento que no tengo fuerzas para esta lucha. Protégeme con Tu pecho.
De repente oí estas palabras: No tengas miedo, Yo estoy contigo. Al alejarme del altar una fortaleza y una tranquilidad misteriosas envolvieron mi alma y la tempestad que azotaba golpeó contra mi alma como contra una roca y la espuma de la tempestad cayó sobre aquellos que la habían provocado. Oh, qué bueno es el Señor que pagará a todos según sus obras…. Que cada alma implore para si la ayuda de la gracia actual cooperante, ya que a veces la gracia ordinaria no es suficiente.
Reflexión: La tristeza
Hoy tuve un gran disgusto de parte de cierta persona. Señor, ¿cómo es posible abusar de la bondad de uno? Jesús en Getsemaní: “Mi alma está triste hasta la muerte”. Estoy sufriendo una tristeza capaz de causar la muerte. Jesús entra en agonía Él solo y triste sufre y empapa la tierra con su sangre.
Jesús se dirige su Padre, en una entrega total a Él: “Padre mío, si es posible que pase de mí este cáliz, pero que no sea como yo quiero sino como quieras tú. En nuestra vida puede haber momentos de mucha tristeza y dolor profundo, debemos abrazarnos a la voluntad de Dios, sin poner límites, ni condiciones identificándonos con el favor de Dios por medio de una oración perseverante.
Hay una tristeza que está pegada al fondo de nuestro corazón, que forma parte en patrimonio, legado por Adán pecador, a su desdichada posteridad. La tristeza no se origina por sufrimiento o dificultades sino por dejar de mirar a Jesús. Enseña Santo Tomás que ese mal del alma es causado por el desordenado amor de sí mismo. La tristeza origina muchas faltas de caridad, despierta el afán de compensaciones, mueve la ira y al enojo. Fácilmente nos enfadamos y alteramos por cualquier cosa. Hace al hombre, sospechoso y malicioso. El alma entristecida, cae con facilidad en el pecado, es camino cierto para la derrota. Como la polilla al vestido, así la tristeza daña el corazón del hombre. Si buscamos al Señor en nuestra vida, nada podrá quitarnos ni la paz, ni la alegría. El dolor purificará el alma. Hay que saber desalojar la tristeza. No con amigos, ni tragos o drogas. ¿Dónde hallar el verdadero remedio? Es la comunión. Si recuerdan a los discípulos de Emaús, iban tristes y se llenaron de gozo cuando lo reconocieron al partir el pan.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda rechazar la tristeza a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja. Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce.