Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
La Resurrección. Durante la celebración de la resurrección he visto al Señor en la belleza y el resplandor y me dijo: Hija Mía, la paz sea contigo; me bendijo y desapareció, mi alma se llenó de alegría y de júbilo indescriptibles. Mi corazón se fortaleció para la lucha y los sufrimientos.
Reflexión: La Resurrección
Durante la celebración de la Resurrección he visto al Señor en la belleza y en el resplandor y me dijo: Hija mía, la paz sea contigo. Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: “La paz sea con vosotros, se asustaron y creyeron ver un espíritu. Pero Él les dijo: “Ved mis manos y mis pies y tocadlos”. El Ángel les dijo a María Magdalena y demás mujeres: No temáis, sé que buscáis a Jesús Nazareno, no está aquí porque ha resucitado según predijo. En la Resurrección de Cristo se apoya nuestra futura Resurrección. Los apóstoles fueron testigos de la Resurrección de Jesús y anuncian que Cristo vive es kérygma de toda predicación. Después de veinte siglos, nosotros anunciamos al mundo, ¡Jesús está vivo! La Resurrección de Cristo traspasa los límites de la vida presente y es comienzo de la vida eterna. Su naturaleza humana está transformada libre de la sujeción a la muerte desligada de todas las limitaciones espacio-temporal, es una naturaleza humana espiritualizada. La Resurrección de Cristo: 1. Es fundamento de nuestra fe, 2. Fundamento de nuestra esperanza cristiana, de nuestra resurrección al final de los tiempos. 3. Fundamento de toda la vida cristiana. La resurrección de Cristo: es el gozo de Jesús, el Triunfo sobre la muerte y el pecado. Es la gloria como mesías y Rey sentado a la derecha de nuestro Padre Dios. La resurrección de Cristo es una fuerte llamada al apostolado. Ser luz y llevar la luz a otros, proclamar esa realeza de Cristo, anunciarla con nuestra palabra y con nuestras obras.
Desearte un lindo día, el Señor de la Misericordia te conceda la esperanza de su Resurrección a ti y a tu familia.
Santa Faustina: ruega por nosotros.
Dios te bendiga y proteja.
Amén.
Dr. Victor Arce.