Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh Jesús, paz y descanso mío, Te ruego por esta hermana, ilumínala para que cambie interiormente, sostenla con Tu gracia fuertemente para que también ella llegue a la perfección……

Reflexión: La perfección I

Oh Jesús, paz y descanso mío. Te ruego por esta hermana iluminada para que cambie interiormente, para que también ella llegue a la perfección.

La perfección y la santidad consisten en preferir siempre tener menos que más, en simplificar la vida disminuyendo sus placeres, en empobrecerse por amor de Jesucristo; en hacer de Jesús el modelo de nuestra pobreza, la ley de nuestra vida interior y exterior; en reproducir, la vida de Jesús en nosotros.

La pobreza espiritual de Jesucristo: esta es la corona y la vida de la virtud de pobreza. Nosotros nada sabemos y por esta razón debemos callarnos y escuchar a Jesucristo, que todo lo sabía, puesto que era la misma inteligencia del Padre y del verbo divino.

En el camino de la perfección, Dios cambia la oración: la vocal la cansa; no encuentra en ello, la unción y el gusto divino de antes; también los libros la cansan, no encuentra en ellos alimento para su corazón. En cambio, se siente atraída a una oración interior, silenciosa, tranquila y llena de paz, junto a Dios; en ella se alimenta divinamente. En la perfección, el cesar de progresar es señal cierta de decadencia y de muerte espiritual. Otro estado de perfección es la pureza. Debemos evitar la menor mancha. Para ser delicados en la pureza hasta amar a Dios, más que a sí mismo, más que todo lo demás. La pureza nace espontáneamente del amor, no se aprende como una ciencia, sin que es fruto de la inspiración.

“Seré perfecto como lo es Nuestro Padre Celestial”. En estas breves palabras está resumido todo el evangelio y ellos expresan el objeto de la venida de Jesucristo y el fin de toda vida cristiana. La perfección no tiene término porque la santidad de Dios es infinita.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la perfección a ti, y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce