Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

23 VI [1937].  Mientras rezaba delante del Santísimo Sacramento, súbitamente mis sufrimientos físicos desaparecieron y oí en el alma una voz: Vez que en un instante puedo darte todo, no estoy sujeto a ninguna ley.          

24 VI [1937].  Después de la Santa Comunión oí estas palabras: Has de saber, hija Mía, que en un solo instante puedo darte todo lo que necesites para cumplir esta obra. Después de estas palabras una luz singular ha quedado en mi alma y todas las exigencias de Dios me parecen tan sencillas que hasta un niño pequeño las podría cumplir.

Reflexión: La Misión

Oí en el alma una voz: ¿Ves que en un instante puedo darte todo? Has de saber, hija mía, que puedo darte todo lo que necesitas para cumplir esta obra. Jesús conoció a los doce y los envió: “Vayan y proclamen que el Reino de Los Cielos está cerca, curen a los enfermos, y el Señor les da una misión”. Y Sta. Faustina nos recuerda: “Si Dios te ha dado la gracia de descubrir tu vocación, también te dará la gracia de perseverar en ella”. Si Dios te da una misión, te dará los medios para cumplirla, pero recuerda: Tú solo, no podrás hacer nada por ti mismo, pero conmigo, puedes todo. Cuando el Señor te envía a la misión, hay que tener la confianza de que Dios te va a ayudar.

Tú, Señor, me mandaste, me guiaste, me darás lo que me falta. San  Agustín dice: “Señor, dame lo que mandas y mándame lo que quieras”. Como obligando a Dios, para que le dé lo que manda.

No dudes que tu corazón es la mayor gracia que el Señor te ha hecho. Agradécele y ve al Apostolado a darlo todo y no buscar nada terreno. Ahora que te entregaste, pide una vida nueva, que de firmeza a la autenticidad de tu misión como hombre de Dios.

¿Cuál era la misión de Sta. Faustina? Transmitir lo que el Señor quería: Que el mundo conociera la Misericordia de Dios, proclamándola al mundo entero. A esta sencilla monja, sin grandes estudios, pero valiente y abandonada totalmente en Dios, el Señor le confió una gran misión: el mensaje de la misericordia dirigido a toda la humanidad, para que recuerde una verdad conocida desde siempre pero olvidada, acerca del amor misericordioso de Dios al hombre.

En su diario escribió: “Oh Dios mío, Amor mío, sé que en el momento de mi muerte, empezará mi misión”. Falleció el 5 de octubre de 1938.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda el apostolado a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja. Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce.